Un nuevo ciclo de oportunidades para el mercado inmobiliario
Aunque aún está en una fase incipiente, la sola reaparición del crédito está generando un efecto contagio en el mercado inmobiliario, según indicadores.

Uno de los factores más relevantes de la actividad es el regreso del crédito hipotecario al mercado inmobiliario.
Archivo MDZEl mercado inmobiliario argentino está atravesando una transformación silenciosa, pero profunda. Luego de años de quietud y repliegue, comienzan a aparecer indicadores, que invitan a pensar en una nueva etapa, con reglas diferentes, oportunidades concretas y una demanda que cambia de forma y de fondo.
Uno de los factores más relevantes es el regreso del crédito hipotecario, algo que parecía lejano hasta hace muy poco. La posibilidad de financiar la compra de una vivienda, sumada a los incentivos fiscales vinculados al blanqueo, está reactivando el interés de sectores de la clase media que habían quedado fuera del radar inmobiliario durante años.
Te Podría Interesar
Hoy, las unidades usadas están recibiendo una fuerte atención: ya representan alrededor del 25% de las operaciones de venta, lo que marca un cambio sustancial en el comportamiento del mercado y refleja el retorno de la confianza en el valor del ladrillo.
La vuelta del crédito hipotecario
En paralelo, los desarrollos en pozo vuelven a cobrar protagonismo. ¿La clave? Flexibilidad. Los desarrolladores entendieron que no basta con construir: hay que adaptarse. Por eso, se multiplican las propuestas con pagos en pesos, plazos extendidos y productos personalizables. Esto no sólo reactiva la rueda de la construcción, sino que ofrece una puerta de entrada al mercado para quienes piensan en capitalizarse o planificar su vivienda a futuro.
El segmento comercial también muestra un dinamismo interesante. Con un tipo de cambio más competitivo y alquileres que recuperaron atractivo, los locales en zonas de alto tránsito vuelven a estar en el radar de los inversores. Se destacan aquellos ubicados en esquinas gastronómicas, avenidas tradicionales como Santa Fe, Cabildo o Rivadavia, y especialmente los nuevos locales en planta baja de edificios a estrenar, en zonas en pleno desarrollo como Chacarita, Colegiales o Palermo.
En este último caso, Palermo se consolida como el epicentro más activo del mercado porteño. Su diversidad de oferta y una demanda sostenida, tanto para alquiler convencional como temporario, la posicionan como una de las zonas más codiciadas por inversores y compradores finales.
Nuevos polos de vivienda
Por fuera de la Ciudad, hay polos que se posicionan como alternativas modernas y deseadas. Casos como Puertos, en Escobar, o los nuevos lanzamientos en Nordelta, muestran que la demanda sigue buscando calidad de vida, buena conectividad y espacios verdes, especialmente en contextos donde el teletrabajo sigue siendo una opción viable.
Y si hablamos de inversión estratégica, el mercado de tierras atraviesa uno de sus momentos más activos en años. Con precios atractivos y una expectativa positiva, muchos desarrolladores están stockeándose con lotes bien ubicados, en lo que parece una carrera por anticiparse a un ciclo inmobiliario en alza. El landbanking vuelve al centro de la escena, con compradores decididos a entrar en etapas tempranas que prometen buena rentabilidad.
El mercado inmobiliario de hoy no es el de hace cinco años. Ni siquiera el de hace dos. Es un ecosistema en movimiento, con nichos que avanzan a distintas velocidades, pero con una energía renovada. Para los actores del sector —desde los grandes desarrolladores hasta la familia que busca su primer departamento—, el desafío es el mismo: interpretar el momento, actuar con inteligencia y proyectar con visión.
* Matias Chirom, CEO & Co-Founder Baigun Realty.