La doble cara del crecimiento de las importaciones en Mendoza: entre el alivio y la preocupación
La suba en las importaciones que se ha vivido en todo el país también ha impactado en la provincia dejando una ambivalencia en el sector productivo.

La suba de las importaciones ha generado dos escenarios muy diversos en la economía de Mendoza.
Imagen generada con MidjourneyLa liberación de los controles y la dinamización de la actividad ha traído aparejado un incremento generalizado en las importaciones en el país. En el caso de Mendoza, esta nueva realidad ha traído aparejado dos situaciones: por un lado, el alivio por el ingreso de insumos y repuestos dedicados a la producción industrial; por el otro, la preocupación por el aumento del ingreso de bienes de consumo, en un contexto en el que aseguran los locales corren con desventaja competitiva.
Las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en el Intercambio Comercial Argentino (ICA) marcaron que en el mes de mayo las importaciones a nivel país (no hay datos disponibles desagregados por provincias) crecieron 29,4% en la comparación interanual, alcanzando un total de US$ 6.488 millones.
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Según el Indec, este crecimiento se atribuye a un aumento de 39,4% en las cantidades, en tanto que los precios registraron una disminución de 7%. Al analizar los datos desestacionalizados, se registró una baja de 4,3% en las importaciones y de 0,3% en la tendencia-ciclo, en comparación con el mes anterior.
Un detalle a considerar es que todos los usos registraron subas salvo combustibles y lubricantes, que descendió 31,1% (-US$ 136 millones). El que más se elevó fue “Resto”, con 194,8% (US$ 45 millones), esencialmente por la mayor compra de bienes despachados mediante servicios postales (couriers) (US$ 45 millones).
De todas maneras, la categoría con mayor peso fue la de bienes intermedios, con el 31% de lo importado, aunque las compras cayeron un 1% (US$ 20 millones), con un alza de 7,9% en las cantidades y una baja de 6,0% en los precios. A eso le siguieron piezas y accesorios para bienes de capital, el 21,7% del total, con una variación positiva de 32,7% (US$ 347 millones). El podio fue completado por los bienes de capital, que representaron el 19,2% de lo importado y tuvo un incremento de 69,0% (US$ 509 millones) como consecuencia de un aumento de 62,2% en las cantidades y de 4,3% en los precios.
Lo que falta para competir con las importaciones
Desde la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, su gerente general, Mario Bustos Carra, argumentó: “En general hay una conformidad porque se agilizan y sobre todo se tiene acceso a todo lo que son repuestos de maquinaria y todas los insumos destinados a la producción. Pero hay algunas quejas porque hay productos importados elaborados, alimentos y bienes de consumo que entran a precios más baratos que los locales, pero los locales porque tienen la carga impositiva que es muy elevada”.
En estas dos caras de una misma moneda que es el comercio exterior, más allá de la satisfacción que puede tener para la industria mendocina la facilidad para el acceso a tecnología e insumos para poder generar bienes y servicios que luego también sean exportables, la preocupación que trae aparejada la importación es la falta de condiciones en el país para que los mendocinos puedan competir de igual a igual con los ingresos del exterior, tal como lo expuso Bustos Carra.
“Los productos del exterior entran a un precio inferior porque, primero, le bajan los derechos a las importaciones y, segundo, porque la presión es positiva en nuestro país hacia la industria alimenticia, por ejemplo, es muy elevada. Es lo que llamamos el famoso ‘costo argentino’”, sostuvo el referente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo.
Desde la perspectiva de Bustos Carra, el panorama de cara al futuro se ve completamente atravesado por la coyuntura electoral que transita el país este 2025. “No puede ser que tengamos elecciones cada dos años. Hay toda una serie de cosas que pareciera que se van a postergar hasta después que se definan las legislativas de octubre. Esa es una cosa que no sirve porque genera incertidumbre”, completó.
Como lo señaló Santiago Laugero, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), la apertura de importaciones se visualiza principalmente en los productos alimenticios, farmacéuticos, marroquinería, textil, electrodomésticos, motos y materiales de construcción y que esta decisión ayudan a que los precios bajen.
Sin embargo, esto trae aparejado una difícil realidad para la industria local. “Marcamos la contrapartida que el alto costo argentino deja fuera de competencia a muchas industrias y comercios nacionales (ergo cierre de empresas, aumento de desocupación y baja de consumo). En definitiva, no nos preocupa la competencia, pero instamos a que se de en un marco de cancha equilibrada, que hoy no está pasando”, analizó Laugero.
Walter Carvalho, gerente de la Unión Comercial e Industrial de la provincia de Mendoza (UCIM), compartió la preocupación que hoy tienen sus colegas y señaló que es un tema de discusión en la cámara que representa. Al igual que Bustos Carra, reconoció que el crecimiento de las exportaciones tiene su lado rescatable.
“Hay un fenómeno que en principio estaría favoreciendo al país, es que el principal componente de las importaciones son bienes de capital, maquinarias, partes máquinas y demás. Se está viendo a nivel macro que el país está creciendo más allá que, como venimos diciendo en la institución, la microeconomía todavía está muy castigada y no ve las bonanzas que dan los números a nivel macro, principalmente acompañada por la estabilización del valor del tipo de cambio, la baja paulatina de la inflación”.
En este sentido, Carvalho se mostró optimista con lo que puede pasar si esto se mantiene en el tiempo: “Esto es algo bueno porque el componente de las importaciones empuja a la economía a un crecimiento que entendemos se va a dar en el mediano plazo y entonces ya se va a empezar a ver si esto se consolida”.
Sin embargo, también reparó en el saldo negativo que dejan las importaciones en el comercio por la falta de competitividad de la industria nacional: “Genera un efecto de competencia que pone en vilo a los comerciantes porque el costo argentino sigue siendo muy alto, principalmente por la presión impositiva del cual la institución viene bregando desde hace tiempo para que haya una reforma para que baje el costo argentino y que nos haga más productivos frente a una economía que se está abriendo cada vez más”, completó.