Presenta:

Reservas: la Fundación Capital pide que el Gobierno aclare como acumulará dólares

La Fundación Capital valora el cambio en la política monetaria, pero duda de la acumulación de reservas debido a la escasez de oferta de dólares.

La inteligencia artificial trazó escenarios sobre un futuro con dólar en lugar de peso.

La inteligencia artificial trazó escenarios sobre un futuro con dólar en lugar de peso.

Shutterstock

La decisión oficial de modificar el esquema de banda cambiaria y priorizar la acumulación de reservas fue recibida con cautela por Fundación Capital, que valoró el giro pragmático de la política económica, pero alertó que aún persisten definiciones clave sin resolver que ponen en duda la consistencia y la sostenibilidad del programa.

En un informe denominado "Consecuencias del cambio de bandas y aclaraciones pendientes", subraya que el Gobierno parece haber corrido el eje y ya no pone foco en la baja de la inflación sino en el fortalecimiento de las reservas internacionales, un cambio que la consultora considera necesario dadas las tensiones que comenzaban a emerger en el mercado cambiario.

Sin embargo, advierte que este nuevo enfoque no estará exento de costos ni de riesgos si no se clarifican tres aspectos centrales: el programa financiero, el agregado monetario objetivo y la estrategia a seguir en caso de que la demanda de dinero no acompañe.

El informe pone el foco en la falta de definiciones sobre el programa financiero. Entre ellos, el ministerio de Economía comandado por Luis Caputo debe definir cómo se afrontarán los próximos vencimientos en dólares, clave para aliviar la presión sobre la balanza de pagos y facilitar la acumulación de reservas. La ausencia de precisiones, incluso sobre pagos inmediatos es - señalan- una señal de improvisación que conspira contra la reducción del riesgo país.

Reservas

Según Fundación Capital, la actualización de las bandas por inflación pasada implica que el tipo de cambio deje de funcionar como un ancla nominal. Con un ajuste estimado de alrededor del 2,5 por ciento mensual y una inflación que se mueve en valores similares, el esquema previo ya mostraba señales de agotamiento, con el dólar operando muy cerca del techo de la banda. En ese contexto, la corrección resulta razonable, pero abre interrogantes sobre la consistencia entre política cambiaria y monetaria.

El problema de la oferta de dólares

El punto más sensible del análisis está vinculado a la acumulación de reservas. El Banco Central plantea un escenario de re-monetización que llevaría la base monetaria del 4,2 por ciento al 4,8 por ciento del PBI hacia fines de 2026, lo que permitiría comprar hasta US$ 10.000 millones, o incluso US$ 17.000 millones si la demanda de dinero fuera mayor.

Pero, para la Fundación Capital, estas cifras están lejos de estar garantizadas ya que dependen de la oferta de divisas de la balanza de pagos.

En ese sentido, el informe señala que, según la metodología acordada con el FMI, las reservas internacionales netas se ubican en un fuerte rojo de -US$ 16.500 millones, muy lejos de la meta comprometida de cerrar el año con un negativo de apenas US$ 3.000 millones. Por lo que el desvío, cercano a US$ 13.500 millones, condiciona cualquier estrategia de acumulación futura.

Además, el escenario externo tampoco luce holgado. Fundación Capital proyecta para 2026 un déficit de alrededor de US$ 8.000 millones en la cuenta corriente cambiaria y un rojo inicial cercano a US$ 10.000 millones en la cuenta capital y financiera. Aun suponiendo una fuerte caída en la formación de activos externos —estimada en US$ 16.000 millones, frente a los US$ 31.500 millones registrados en 2025— y mayores ingresos de préstamos del sector privado y de las provincias, el panorama sigue mostrando un gap importante, agravado por vencimientos de deuda externa por casi US$ 10.000 millones.

Desde la consultora destacan como positivo que el Banco Central busque evitar compras agresivas de divisas que distorsionen el mercado, operando en volúmenes acotados o mediante operaciones puntuales. No obstante, señalan que la discrecionalidad observada en algunas intervenciones recientes refuerza la necesidad de mayor transparencia y previsibilidad, especialmente en un contexto donde la credibilidad sigue siendo un activo escaso.