La UIA se metió en la polémica "anti-Shein" y las importaciones
Durante su visita a Mendoza, Martín Rappallini, presidente de UIA, habló del momento que atraviesa la industria, los desafíos a futuro, la tecnología y más.

Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), junto al gobernador Alfredo Cornejo.
El máximo referente de la industria en el país pasó por Mendoza en el marco del Bootcamp Empresarial Mendoza II. Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) completó su gira por la provincia en la apertura del evento que convocó a más de 650 personas. Allí, el dirigente brindó una entrevista a MDZ Online donde habló de uno de los temas más preocupa hoy por hoy al sector: la polémica “anti-Shein” y las importaciones.
“Lo que nosotros conversamos con el Gobierno es tratar de coordinar las velocidades de apertura con reformas”, planteó Rapallini en el marco del encuentro organizado por el Gobierno de Mendoza y la Unión Industrial Joven de la provincia. En este sentido, valoró el año y medio de proceso de ordenamiento de la economía, pero resaltó que aun quedan pendientes reformas macroeconómicas en términos de baja de costos, impuestos y modernización laboral.
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“Conceptualmente estamos todos de acuerdo. El tema son las velocidades, porque vemos que por ahí en algunos sectores, por ejemplo, el textil, se abre o se da la posibilidad de que se reciba productos importados sin pagar impuestos, y por otro lado no ha habido reformas todavía. Tenemos que ir coordinando para darle la oportunidad a la empresa argentina que compita”, aseguró Martín Rappallini en su paso por Mendoza.
-Durante su presentación habló de la importancia de abrir Argentina al mundo, ¿por qué es importante esto?
-Yo nací empresario global. Eso significa que en mi empresa siempre pensaba en la capacidad de adaptarme a las condiciones globales de calidad y de precio. Esa era mi vara para saber si estaba trabajando bien o estaba trabajando mal, independientemente de lo que estaba pasando en el mercado local.
Es siempre pararse en este lugar de que somos empresarios del mundo y que tenemos que adaptarnos a las condiciones globales. Creo que esto es fundamental para que todos se piensen de esa manera. Cuando eso pase nos vamos a dar cuenta de que no estamos tan lejos y que siempre hay cosas para hacer frente a las dificultades que uno tiene. Pararse como un empresario global es ver los pros y contras de estar acá y entender la importancia de estar en un permanente cambio y adaptación a las condiciones que están pasando.
-¿Cómo se tiene que parar hoy la industria argentina frente a este contexto que estamos viviendo?
-Hoy veo que en la Argentina, por las condiciones estructurales, tenemos un problema de altos impuestos y también de condiciones laborales que a veces al empresario lo dejan fuera de juego. Veo muchas empresas con muchísima capacidad técnica y tecnológica, pero a veces estas cuestiones estructurales lo sacan de su competitividad.
A veces tenés una opción de pedir protección para no competir, pero lo que pido en realidad son las condiciones porque queremos competir, porque es la única manera de tener una industria sustentable en el tiempo. Si no competís, no sos sustentable, podés vivir un tiempo. Las medidas de protección deberían ser por algún tiempo hasta tener la capacidad de construir tu fortaleza para competir, pero la competitividad tiene que ser la regla básica de todo sector industrial.
-En ese aspecto vienen reclamando desde hace un tiempo una reforma tributaria y laboral, ¿cuál es el estadío hoy de ese tema?
-Nosotros presentamos un nuevo contrato productivo y el mensaje que estamos dando con él es atemporal. Estamos pasando un momento difícil, pero esto es para toda la clase política. Lo que digo es lo siguiente, política industrial es que el estado te ayude a ser competitivo. Esto es lo importante, porque si nosotros tenemos alta inflación, altos costos de financiamiento, rompemos los contratos, tenemos impuestos altos, una legislación rígida, no tenemos infraestructura, no hay acuerdo público que genere política industrial. La política industrial que piensa a la industria solamente como protección y en alentar el consumo interno con gasto público, está destruyendo el sector. El éxito son los países en los que se ha trabajado para que esas empresas sean competitivas a nivel global, y esto es lo que quiero para mi país.
-Otro punto de discusión es la modernización y el acceso a la tecnología, ¿en qué estadio está hoy la industria argentina?
-Creo que muchas veces los países del tercer mundo, no tan desarrollados, que han tenido el gran salto cuántico, son los que hacen transferencia tecnológica. Para nivelar, creo en la capacidad del empresario argentino, pero hay un momento que tenés que nivelar en condiciones globales para después dar el salto. Eso se llama, desde el punto de vista filosófico, pararse en los hombros de gigantes. Vos tenés que subir a un hombre a hombro de un gigante y después vas a ver más lejos, pero tenés que nivelar, y este es el gran desafío que tenemos.
-¿Qué proyecciones hacen para este año?
-Estamos en un momento un poco difícil, sobre todo por el tema de las tasas de interés. Estamos viendo la actividad un poco estancada y con pérdida de empleo. Esperemos que una vez que pasen las elecciones, se tranquilice el mercado financiero y podamos sentarnos y conversar a ver cómo terminamos el año y cómo enfrentamos mejor el 2026.