La Pety, el Juanca y las 3 millones de razones que nos llevan al súper
Cuánto gastas y el ritmo de las operaciones: así es como cada persona es el reflejo más fiel de la realidad que esconden los informes sobre supermercados.

Un día miro un informe del Indec sobre ventas de supermercados en la compu y de pronto surge la necesidad de buscar unas cosas en el súper que está a media cuadra de casa. Los números no huelen a café ni a pan, pero necesitaba ponerle algo de sentido a esos datos. Los economistas analizan y los periodistas publicamos ventas y crecimientos, pero en ese momento surgió la necesidad de ver a la gente detrás de esas cifras. Con algo de imaginación, esas cifras que tenía frescas me daban vueltas en la cabeza y comenzaron a tener rostro, el rostro de cada persona que empujaba un carro o buscaba en una góndola.
El lugar estaba lleno de carritos que se mueven en un ir y venir constante. Me adentro en los pasillos y siento el olor a pan recién horneado. De repente, es como si una interfaz invisible se activara en mi mente, superponiendo datos sobre cada persona, cada góndola. Pienso en el total de ventas que los supermercados de Mendoza alcanzaron en junio: $98.393 millones de pesos. A nivel nacional, la provincia aportó un 4,9% de las ventas totales. Las personas sacan papitas congeladas, buscan sachets de yogur o se acercan a la panadería en busca de tortitas, y con cada compra, suman un poco más a ese gran número que los informes tiran como si nada.
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Los vecinos que suman
Veo a la Pety, vecina de mi suegra de toda la vida, mirando la sección de lácteos. En su momento, aprovechaba el supermercado 24 horas para ir de madrugada, cuando nadie molestaba. Hoy, su compra se une a las 3.056.195 de operaciones que se registraron en junio en toda la provincia. A unos metros, Juan Carlos, que tiene su emprendimiento de café, busca ofertas en los exhibidores. Cada uno de sus artículos agrega un poco más a ese ticket promedio del habitante de Mendoza que en junio fue de $32.195.
El lugar tiene un ritmo. Recuerdo que cuando este conocido supermercado cambió de dueños, me enojé porque me cambiaron todo de lugar, incluso redujeron la superficie de las góndolas. Este cambio se refleja en la caída de 167 bocas de expendio en enero a 166 en junio. Pero como somos animales de costumbre, ya adopté las nuevas ubicaciones, y ahora las veo como las normales. De hecho, ni me acuerdo cómo era la distribución del supermercado seis meses antes, justo cuando iniciaba el año 2025.
Un recorrido en el tiempo
Esa amnesia de pasillos me dispara el recuerdo del informe del INDEC de inicio de este periodo. Las cifras, que en su momento me parecieron frías, ahora me muestran un panorama de la realidad. El ticket promedio de enero era de $28.446, y en seis meses subió a $32.195. Las ventas totales de la provincia pasaron de $89.015 millones de pesos a $98.393 millones. Aunque la cantidad de operaciones bajó de 3.129.311 a 3.056.195, la productividad aumentó, con las ventas por metro cuadrado subiendo de $348.427 a $387.311. El crecimiento en ventas respecto al mismo mes del año anterior bajó del 57,3% en enero al 31,1% en junio. Todo se mueve, y la inflación nacional de 15,1% acumulada en el primer semestre de 2025 nos recuerda que ese aumento de precios impacta cada compra, pero también, que el consumo local sigue fuerte.
El viaje mental termina cuando voy a pagar al autoservicio. Lo adopté como algo normal, y casi me parece raro interactuar con un cajero, algo que me sigue pasando en los mayoristas. Pienso en cómo el gasto por habitante, como si todo lo que se vendió se dividiera por el total de mendocinos, ahora que uso un pago casi sin interacción humana, es de $47.146. En cambio, a principios de año, cuando usaba las cajas tradicionales con una persona cobrando, el gasto por persona era de $42.652.
La conclusión
Al salir de la zona de pago, me quedo mirando la fila en las cajas tradicionales y observo los carritos. Noto que, claramente, los promedios son solo eso: un promedio. Hay quienes llevan los carritos llenos hasta el tope, casi equilibrando el gasto, pero también están los que ni siquiera necesitan un carro porque lo que les alcanza se puede llevar solo con las manos. Esto demuestra que, por más relevantes e importantes que sean las estadísticas para la toma de decisiones, detrás de cada número y cada transacción hay una de nuestras historias, una vida y un camino que ojalá sea siempre mejor para todos.