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Inteligencia artificial: inversiones bursátiles y un negocio tan rentable como oculto y subterráneo

Se habla del boom de la Inteligencia Artificial que impulsa a inversiones bursátiles, pero parece haber otro negocio muy rentable, del que poco se habla.

Para algunos expertos ya empezó la era en la que el futuro de la inteligencia artificial depende menos de las inversiones en semiconductores y más de la disponibilidad de agua.

Para algunos expertos ya empezó la era en la que el futuro de la inteligencia artificial depende menos de las inversiones en semiconductores y más de la disponibilidad de agua.

Un avezado analista señalaba recientemente que si algún experto sostuviera que el futuro de la Inteligencia Artificial(IA) no depende de la tecnológica Nvidia, ni de los llamados superordenadores, ni siquiera del mayor fabricante de chips semiconductores, la taiwanesa TSMC, sino del agua, eso sí de un agua muy pura, sonaría a demencia senil en un mundo obsesionado por las inversiones.

Sin embargo, parece estar en lo cierto, y constituye una oportunidad de inversión en sigilo. El analista Charlie García escribió recientemente en MarketWatch (“The real money in AI chips is in these stocks - and you’ve probably never heard of them”) que mientras todos discuten sobre Nvidia, el dinero inteligente está entrando en las compañías que limpian, mueven y monitorizan esa agua ultra pura.

Tecnología con "sed"

Según explica, las fábricas de chips avanzados, las célebres “fabs”, consumen alrededor de 10 millones de galones diarios de agua ultra pura (algo así como 38 millones de litros por día), lo mismo que una ciudad mediana. Cada nodo más pequeño duplica la sed del proceso, porque transistores de escala atómica no toleran ni una migaja microscópica.

García escribió en sorna “Shrink the transistor, double the thirst”, algo así como encoge el transistor y se duplica la sed, lo que en realidad esconde una verdad financiera: cuanto más complejos sean los chips, más crecerá este mercado paralelo. Pero, además, la biotecnología se suma a la fiesta, en su caso, el agua no solo limpia equipos: entra en los medicamentos.

Ese suero fisiológico, ese camino, esa terapia… todo necesita pureza de laboratorio. Pocas industrias tienen una dependencia tan estructural de un insumo invisible.

¿Pero quién domina este negocio del que pocos hablan? El dominio del agua ultra pura no está en Silicon Valley, ni en Wall Street. Está en Tokio. Kurita Water Industries es, según García, la joya discreta del sector: una compañía que no solo vende equipos, sino contratos de “water as a service”, el santo grial de los ingresos recurrentes.

El rol del agua

“Kurita es el valor para dormir tranquilo: diversificación, recurrencia y exposición a una mega-tendencia”, sostiene y agrega que opera en los nuevos proyectos de TSMC en Japón y en plantas de Taiwán y Corea. Un “compounder” puro, o sea, una empresa que reinvierte sus ganancias, ignorado por la mayoría de inversores occidentales.

Pero Kurita no está sola. Organo es otro jugador, menos conocido, más ligado al crecimiento de TSMC. “Organo es la rémora más rentable unida al tiburón más grande de la industria”, resume García. Si la “foundry” más avanzada del planeta construye una nueva “fab”, Organo viaja con ella. Cotiza más barato que sus pares estadounidenses pese a tener una posición casi estratégica.

Mientras que Nomura Micro Science es la versión “alta beta2: especializada, volátil, dependiente de ciclos de capex (de inversión en activos) y con potencial explosivo cuando vuelvan los anuncios de nuevas fábricas. Para inversores con estómago, es el salto especulativo dentro del mismo ecosistema.

La apuesta de EE.UU.

¿Qué pasa del otro lado del planeta? Estados Unidos también tiene sus aspirantes. Ecolab, conocida por mantener piscinas hoteleras limpias, ha comprado la división de electrónica de Ovivo, entrando directamente en el corazón de las fabs occidentales.

“Es la tortuga con un turbo semiconductor”, califica el analista. En cambio, Xylem juega en otra liga: sensores, analítica, software, control en tiempo real, siendo el brazo digital del agua pura. Si las fábricas se automatizan, Xylem gana, incluso si pierde un contrato de infraestructura, vende los ojos y oídos del sistema.

La tríada estadounidense la completa DuPont con sus membranas y resinas: los consumibles que permiten purificar agua en escalas inimaginables. Su reorganización corporativa, la escisión Qnity, dará más visibilidad al negocio de agua. El clásico cuchillas y recambios aplicado al silicio.

Pero hay una sorpresa geográfica que es VA Tech Wabag, una empresa india tradicional de tratamiento municipal que ahora se cuela en los planes nacionales de semiconductores. En síntesis, el nuevo giro del análisis es simple, el futuro de la IA depende menos del chip y más de lo que permite crearlo.

Empresas pican en punta

“Nadie presume de acciones de agua en las fiestas: por eso quizás funcionen, dice Garcia. Y en un mundo obsesionado con los titulares de las noticias, las mejores oportunidades suelen crecer en silencio. El agua ultra pura nunca será algo sexy, pero puede ser rentable y en este mercado, a veces basta con mirar donde nadie más está mirando.

¿Cuáles son las recomendaciones del analista? Con los datos del experto y la estructura de mercado, el mapa quedaría así definido:

Kurita, Xylem y Ecolab: visión defensiva, calidad, recurrencia.

Organo: apuesta intermedia con fuerte apalancamiento a TSMC.

Nomura y Wabag: opciones agresivas para capturar el próximo boom de capex.

DuPont: un juego diversificado con exposición indirecta pero estable.