El gasto público muestra caídas en obra pública y subsidios, pero crecen las transferencias a provincias
El gasto público cayó un 2% en el mes de septiembre, aunque en el año mantiene un leve crecimiento del 0,9%. Las transferencias a las provincias aumentaron un 42% y los ATN un 206%.

El gasto en el INTA cayó un 23%
El Monitor de Gasto Primario elaborado por la consultora Analytica reveló que en septiembre el gasto público primario devengado del Estado Nacional cayó un 2% interanual a precios constantes, aunque en el acumulado de los primeros nueve meses del año todavía muestra un leve crecimiento del 0,9% respecto al mismo período de 2024.
El informe señala que entre enero y septiembre los mayores incrementos en términos reales se dieron en las transferencias corrientes a provincias (+42,2%), en las asignaciones familiares y por hijo (+15,8%), con un fuerte impulso de la AUH (+23,2%), y en los gastos de bienes y servicios (+15%). Dentro de las transferencias a provincias, los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) registraron un salto del 206,6% real interanual.
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En contraste, las partidas con más recortes fueron los programas sociales (-21,1%), los subsidios económicos (-45,2%), en particular los vinculados a energía (-57%), y la obra pública (-48,3%). En este último rubro, la contracción se concentró en las transferencias de capital (-61,9%), mientras que las construcciones tuvieron una leve mejora (+4,5%).
El reporte también destaca que la eliminación temporal de retenciones al sector agroexportador representa un costo fiscal estimado en $1,6 billones, equivalente al 0,19% del PBI. La mayor parte de esa pérdida de recaudación surge de la exención aplicada a la soja y sus derivados, que concentran el grueso de las exportaciones del complejo agroindustrial argentino.
El gasto en Agricultura y en el INTA
En cuanto a la secretaría de “Agricultura, Ganadería y Pesca”, el gasto acumulado en los primeros nueve meses de 2025 mostró una caída real del 6,1% interanual, que se suma al ajuste del 61,7% registrado en igual período de 2024. La fuerte reducción se explica, en parte, por la alta base de comparación generada en 2023, cuando se incrementó la asistencia al sector por la sequía.
Los fondos destinados al agro se distribuyeron principalmente en: Políticas para aumentar la productividad agroindustrial (17,9%), inocuidad y calidad agroalimentaria (14,7%), protección vegetal (9,9%), sanidad animal (9,5%), investigación pesquera (6,1%) y producción de semillas (2,9%). Además, un 38,6% del gasto se concentró en actividades centrales de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo.
El presupuesto 2026 prevé un crédito de $375.461 millones para Agricultura, lo que implica un aumento nominal del 6,9% frente al presupuesto 2025, pero una caída real del 8,4% si se toma la inflación proyectada en el Presupuesto (14%), y del 16,4% si se considera la estimación de inflación de Analytica (23,5%).
El INTA, uno de los organismos clave en la política agropecuaria, también sufrió un fuerte recorte: en los primeros nueve meses del año, su gasto cayó 23% real interanual y se mantiene en niveles históricamente bajos. Su programa central, orientado a la investigación aplicada, la transferencia tecnológica y el desarrollo rural, absorbió el 71% de su presupuesto y registró un ajuste del 15,2% real interanual. El segundo programa en relevancia, dedicado a la investigación fundamental e innovaciones tecnológicas, sufrió un recorte del 26,5%.