El campo, entre la oportunidad del acuerdo con Estados Unidos y el problema de los precios
Maratón de reuniones en el campo. Falta “la letra chica” del acuerdo. El clima, alterado, mientras siguen mercados firmes. También el girasol va a ser récord.
Lo que comenzó con el recibimiento de Donald Trump a Javier Milei en la Casa Blanca, terminó con un acuerdo bilateral.
PresidenciaTras la ansiedad generada por el acuerdo de comercio e inversiones con Estados Unidos, finalmente se conoció el texto marco que, de arranque, provocó un salto alcista en la mayoría de los mercados, mientras bajaba el riesgo país en forma directamente proporcional.
Y, aunque algún analista lo considera “desbalanceado”, hubo una lectura mayoritaria positiva que ni la supuesta movida (en contra) de los farmers estadounidenses pudo opacar. De hecho, nadie cree seriamente que en un país que importa 1,5-2 millones de toneladas de carne vacuna por año, el adicional de 80.000 tn preferenciales que se le podría otorgar a la Argentina (y que difícilmente podría cumplir en su totalidad), les puede mover el fiel de la balanza.
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Se sabe, sin embargo, que cuando aparezcan los datos de la instrumentación, o “letra chica”, surgirán una serie de cuestiones, la mayoría de índole general, pero que inciden también en el campo, desde las patentes, hasta la propiedad privada, pasando por asimetrías tributarias (como las retenciones), y de política laboral, que van a estar sobre la mesa impulsadas por el propio Washington.
Esto determinó que, aunque ya estaban avanzando en algunas entidades, tras las elecciones del 26 de octubre se dispararon exponencialmente las reuniones e intercambios, con miras a propuestas alternativas y/o eventuales correcciones, en especial, a la Modernización Laboral, y a la Reforma Fiscal que serán tratadas inmediatamente después del Presupuesto.
Inversiones a la cabeza
Considerando que el comercio de Argentina es apenas el 0,3% del total mundial, y de este exiguo porcentaje el 0,2% corresponde a la agroindustria, queda claro que la importancia para EE.UU. no pasa por ahí, y si por la posición estratégica geopolítica que hoy por hoy ostenta el Hemisferio Sur.
Sin embargo, con más de 450 empresas de capitales estadounidenses en el país, que además están pidiendo “respaldo” en algunas cuestiones, no puede extrañar que la administración Trump vea con buenos ojos la consolidación de las que ya están trabajando en Argentina y la región, y luego el desembarco de nuevos grupos que potencien la presencia estadounidense en esta parte del globo.
Y ahí si el campo puede recibir un impacto positivo importante, desde insumos hasta servicios pasando, incluso, por créditos y fondos de inversión imprescindibles para que este sector comience a crecer mostrando su verdadero potencial. Además de la tecnología, maquinaria, equipos, logística, etc.
Buena parte de estas cuestiones se escucharon en los últimos días durante las reuniones anuales de FIEL, en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, o la Jornada de la UIA en el Centro de Convenciones, y que estaban alineadas con el multitudinario encuentro del Foro Abeceb en el Faena, entre otros, donde lo más llamativo fue la gran coincidencia entre los sectores empresarios, aún de distintas organizaciones y, a pesar de que, en algunos casos, los intereses son encontrados.
“Hay industria prebendaria e industria competitiva”, señaló un dirigente de la Mesa de Enlace, dando a entender que se estaría achicando la brecha histórica entre algunas industrias y los productores agropecuarios, algo que ya es posible comprobar, por ejemplo, en el IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina) donde se reúnen ganaderos y frigoríficos, en un trabajo conjunto para potenciar la presencia de la carne en el exterior pero que, además , encara trabajos en el mercado interno, tanto a nivel de los consumidores, como de las industrias irregulares en materia impositiva, algo que también tiene en jaque al Gobierno. De hecho, los datos mostrarían que de 7 millones de contribuyentes, solo 1 millón aporta el grueso de la recaudación.
Tanto es así, que hasta algunos gobernadores ya se manifestaron totalmente a favor de las reformas planteadas por el Gobierno, aunque esa posición no estaba tan clara hace semanas atrás, mientras que ahora, con el resurgir del Consejo de Mayo, solo resta saber si el Congreso también se volverá proactivo, o seguirá con el estilo del primer semestre.
Las vacas vuelan
En octubre, el índice de precios de la carne bovina continuo aumentando, impulsado por las mayores cotizaciones procedentes de Australia, debido a la firme demanda mundial. Tras este incremento, el índice acumula once meses consecutivos de suba y se ubica en 146,2 puntos, lo que equivale a un 15,1% por encima del nivel registrado un año atrás, y marca el mayor valor nominal desde el inicio de la serie”, señala el último informe del Rosgan.
La noticia es muy buena para la producción, y mucho menos “interesante” para los consumidores y para el gobierno, aunque ahora la carne vacuna a dista de tener la incidencia en la canasta familiar que hace un par de décadas atrás, cuando superaba los 75 kilos por habitante y por año, mientras que ahora llega a solo 50, y el resto es cubierto por carne de cerdo y de pollo.
Y en este sentido, la parte negativa es que la suba de precios locales se debe a la escasez del producto que, además, va a seguir faltando por el fuerte retroceso que registró, especialmente, en lo que va de este siglo. De ahí que el producto registró un incremento de 37,5% en lo que va del año, y de 61,3% en los últimos doce meses pero, el precio del pollo fresco mostro un aumento acumulado de 21,9% desde enero y de 31,9% en la comparación interanual. A su vez, el precio del pechito de cerdo registro una suba de 12,7% en lo que va del ano y de 33,1% frente a octubre de 2024, según datos del mercado ganadero de Rosario.
Esto, y la firmeza de la demanda mundial, lleva a prever que el consumo doméstico de carne vacuna podría caer más aún, siendo suplantado por las otras alternativas, entre las que aún no “juega” la carne ovina.

