Presenta:

Dinero: ¿qué pasa con los pesos?

El reordenamiento del mercado de dinero trajo diversas consecuencias tanto a nivel de los agregados monetarios como de las tasas de interés, activas y pasivas. ¿Cuál es el desafío para adelante?

Anses, pesos argenitnos, aumento, inflación
Shutterstock

Los sacudones cambiarios y financieros que viene atravesando la economía argentina desde antes de la previa electoral de Buenos Aires ha tenido un correlato en las preferencias de los ahorristas e inversores, sobre todo de los tenedores de pesos. El cambio en las carteras del sector privado, que data de comienzos de julio pasado se refleja en un aumento de la demanda de dólares y en la caída en la demanda de pesos.

Claro que además del cronograma electoral, y en particular, la cercanía de las legislativas bonaerenses, hubo otros factores que se coadyuvaron en este proceso como por ejemplo la baja estacional de la liquidación de divisas de los agroexportadores y el desprolijo desarme de las LEFI del Tesoro.

Así, pues, entre el 8 de julio y el 22 de septiembre (último dato) los depósitos privados en pesos cayeron más de 7% en términos reales, según estimaciones de la consultora Quantum. La mayor parte correspondieron a colocaciones en caja de ahorro que pasaron, en términos reales, de $30,6 billones a $23,4 billones (-23.5%) y en menor medida a los depósitos en cuenta corriente que cayeron casi 10% de $19,4 billones a menos de $17,5 billones. Mientras que los plazos fijos crecieron 4,5% de $47,5 billones a $49,6 billones, en el mismo período.

El impacto del "rescate" de Estados Unidos y la liquidación extraordinaria

Frente a este panorama monetario, el Gobierno reaccionó con algunas medidas para revertir las razones que llevaron al aumento de la demanda de dólares. Además, el anuncio del rescate del Tesoro de los Estados Unidos junto con la liquidación extraordinaria de exportaciones por US$7.000 millones surtieron efecto inmediato al revertir las tensiones cambiarias previas y frenar la suba de las tasas de interés en pesos.

Ahora, el desafío del Palacio de Hacienda y del Banco Central(BCRA), amén de factor político, es sostener estas tendencias y reordenar las políticas monetaria y cambiaria. Veamos qué hizo hasta ahora el Gobierno.

El Banco Central y los encajes

Por un lado, el BCRA con el fin de neutralizar el efecto del desarme de LEFI sobre la oferta de Base, fue incrementar regulatoriamente la demanda de Base. Para ello subió el efectivo mínimo integrado en pesos y, posteriormente, cambió su forma de cálculo, que pasó de mensual a diaria (al final se volvió al sistema de Pases Pasivos, que es lo que estabilizó el mercado, aunque generó más volatilidad en la Base). De esta manera, la Base Monetaria del BCRA aumentó 19% en términos reales entre el 8 de julio y el 23 de septiembre, el efectivo mínimo lo hizo 80% también en términos reales, mientras que el circulante cayó, tanto en poder del público como en entidades. Los datos del BCRA dan cuenta que la Base Monetaria a precios constantes pasó de $34,7 billones a $41,2 billones (+19%).

Está claro el efecto del aumento de los efectivos mínimos (encajes bancarios) que pasaron de $9,8 billones a $17,7 billones mientras que el dinero en poder de la gente cayó 4% de $22,5 billones a $21,6 billones y el de los bancos más del 17% de $2,3 billones a $1,9 billones. Todo este combo de mecanismos regulatorios y de absorción de liquidez que se utilizaron tuvieron consecuencias importantes sobre la tasa de interés, la demanda de dinero y del crédito. Veamos los efectos sobre las tasas y los préstamos al sector privado.

La "explosión" de tasas

Por un lado, la tasa de política monetaria que existía al momento del desarme de LEFI era 33,6% efectiva anual. “Si bien el BCRA no fija una tasa de política monetaria, opera en distintos mercados para provocar ajustes en las condiciones de liquidez”, explican los analistas de Quantum. En la actualidad, la tasa de caución es más baja que la de política monetaria previo al desarme de LEFI, pero la tasa TAMAR se ubica en 54% efectivo anual, determinando un “spread” sobre las tasas que podrían tomarse como de referencia, superior al anterior al desarme de las LEFI (TAMAR 39,1% vs 33,6% de la tasa de política monetaria).

En lo que respecta a las tasas activas, la de Adelantos pasó de 43,8% efectivo anual el 8 de julio al 67,2% efectivo anual el 24 de septiembre, después de alcanzar un registro previo a las elecciones de Buenos Aires de 93%. Cabe señalar que “en el mismo período el conjunto de los préstamos al sector privado en pesos tuvo un leve crecimiento del 2,9% en términos reales, lo que representa una variación inferior a la de la capitalización de intereses”, advierte la consultora. El panorama de tasas en pesos mostró que la de Repo pasó del 37,3% efectivo anual al 37% en ese período (apenas bajó 24 puntos básicos) algo similar a la de Caución que bajó del 25,6% al 25,5% (-12 puntos) mientras que la TAMAR subió más de 1.500 puntos del 39,1% al 54,3% y la de Adelantos más de 2.300 puntos desde los 43,8% al 67,2%.

No puede soslayarse que todos los efectos de las modificaciones en el marco monetario analizados, que se observaron desde julio, se desarrollaron en un contexto cambiario desafiante. "Esta instancia, que se modificó con el apoyo del Tesoro Americano y la decisión de incentivar la liquidación de divisas de las exportaciones agropecuarias, se reflejó en la reciente variación del tipo de cambio, que se apreció en términos nominales, y en el cambio en las expectativas de depreciación". Pero también se observa en una baja de la tasa de interés en pesos, como por ejemplo la tasa de Caución que pasó de 35% al 25% nominal anual.

El desafío pendiente

Desde la consultora dirigida por el exsecretario de Finanzas, Daniel Marx, sostienen que ahora el desafío es reacomodar las políticas cambiarias y monetarias para confirmar los movimientos de los últimos días, revertir las tendencias de caída de los saldos monetarios reales en pesos y aumentar el crédito al sector privado. Un flor de reto para el equipo económico. Veremos.