¿Cuán sostenible es este equilibrio fiscal?
EL debate sobre el superávit primario y el futuro del déficit financiero. ¿Quién paga el ajuste y como se computa? El mal ejemplo del déficit fiscal y los errores del kirchnerismo.
¿Cuán sostenible es este equilibrio fiscal que persigue Javier Milei?. Foto: EFE
El principal argumento que el Gobierno usa para demostrar el éxito de su política económica es el haber eliminado el déficit fiscal en tan solo un mes. Como ya lo comenté en otras oportunidades, en realidad el Gobierno tiene superávit fiscal primario, pero tiene déficit fiscal financiero.
Lo que ocurre es que Hacienda no computa los intereses devengados de las LECAPS, LEFIs y BONCAP, bonos que emitieron cuando le transfirieron al Tesoro la deuda de los pasivos remunerados del BCRA. La realidad es que el problema no desapareció, solo cambió de lugar.
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Si se computan los intereses mencionados, en 2024 el Tesoro tuvo un déficit fiscal financiero de $12,3 billones. Por su parte, en el primer cuatrimestre de este año, el déficit fiscal financiero fue de $15,4 billones.
Puesto de otra forma, los intereses devengados por los bonos mencionados sumaron $14,1 billones en 2024 y, en el primer cuatrimestre de este año, los intereses que se acumularon fueron de $ 17,3 billones. En solo un cuatrimestre, los intereses crecieron el 23% respecto a todo 2024.
De este tema no se habla, pero en realidad es un problema que está latente y desmiente el relato del superávit fiscal financiero.
El crecimiento del déficit financiero
Es más, el economista Christian Buteler estimó que el déficit fiscal financiero pasó de 2,6% del PBI en 2004 a 4,8% del PBI en el primer cuatrimestre de 2025.
Pero dejando de lado este tema de los intereses que, por cierto, no es menor, la pregunta que surge es: ¿Cuán sostenible es el superávit fiscal primario que muestra el Gobierno como un gran éxito? ¿En qué está basado?
Cuando el presidente dijo que iba a vetar la ley que aprobó diputados por el aumento a los jubilados afirmando que el superávit fiscal no se negocia, terminó reconociendo que el ajuste no lo pagó la casta, sino que lo pagaron los jubilados, entre otros. Además, la obra pública en Argentina disminuyó en 2024, con una reducción de más del 75% en la inversión pública.
Durante el primer trimestre de 2025, la inversión pública nacional experimentó una caída del 69% en términos reales respecto al mismo período del año anterior. Uno puede entender que en épocas de crisis no se construya una autopista nueva, pero lo que no debe hacerse es no destinar recursos al mantenimiento de la infraestructura.
El ejemplo del hospital Garrahan
Si se hace eso, se hace lo mismo que hizo el kirchnerismo en su momento. No destinó recursos a mantener los trenes que luego chocaron y produjeron un desastre con muertes, nos consumimos el sistema energético, diez millones de cabezas de ganado vacuno para tener asado de tira barato durante un tiempo y los ejemplos pueden seguir.
O sea, el Gobierno está financiando el equilibrio fiscal consumiendo el stock de capital, dejando de mantener las rutas. En algún momento van a tener que gastar mucha plata en mantenerlas o nos vamos a matar todos en rutas que son una trampa mortal por falta de mantenimiento.
Otro ejemplo que puede darse sobre cuán sostenible es este ajuste fiscal tiene que ver con el hospital Garrahan. Desde el Ejecutivo y diputadas oficialistas, bastante mal preparadas en su formación, salieron a atacar a los residentes que hacían huelga por la miseria que están ganando.
El Gobierno primero los descalificó pero luego terminó aceptando que tenía que darles un aumento. El argumento que esa plata salió de los ñoquis del hospital luce muy poco creíble porque, en tan poco tiempo, no pudieron arreglar el problema de los ñoquis. En rigor, hace un año y medio que este Gobierno está manejando el Garrahan y no se ocupó de ver cuántos ñoquis tenían. ¿Recién ahora lo descubren?
Tuvieron que salir los residentes, médicos que estudiaron seis años en la universidad y luego pasaron a hacer la residencia de cuatro años con una gran carga horaria y dedicación. Decir que los residentes pueden vivir con la canasta básica total para una persona que al mes de abril el INDEC la calculó en $359.244, demuestra lo desconectada que está la legisladora de la LLA.
Los números de Santillán
Encima, la diputada Santillán, haciendo gala de su falta de conocimientos, tomó como dato la canasta básica total para cuatro personas en vez de tomar el dato para una persona, que era lo que correspondía cuando debatía con una médica con formación.
Santillán muestra como todo curriculum que hizo una diplomatura en Escuela Austríaca en ESEADE. Yo estuve ligado a ESEADE desde su fundación en 1978 y di clases como titular de cátedra muchos años. Conozco la institución que ahora viene en caída libre. Esa diplomatura es un curso de dos meses y medio, con 19 clases que duran 2 horas cada una.
Que alguien que solo puede esgrimir esa diplomatura, un simple cursito de introducción a la escuela austríaca, desprecie a una joven médica que estudió 6 años de medicina porque no puede vivir con los $ 800.000 que le pagan por estar todo el día y, además, haciendo guardias, es patético. Es más, es algo que los diputados no hacen. Es decir, trabajan poco y ganan mucho, es una falta de empatía total.
Hubo otra diputada que dijo que si lo que ganaba una residente del Garrahan no le alcanzaba para vivir, que fuese a trabajar de otra cosa. Milei también mostró falta de empatía cuando dice que no le interesa que quiebren empresas porque no pueden competir con productos importados, cuando en realidad muchas empresas no pueden competir por la carga impositiva, la legislación laboral, el atraso del tipo de cambio, etc.
El impacto en el sector agropecuario
Cuando uno ve ese desprecio de Milei y las diputadas que llegaron a la Cámara bajo su ala, pareciera ser que disfrutan viendo cómo la pasan mal los jubilados, las PYMES, los médicos, las empresas que tienen que cerrar, etc.
A todo esto le agregaría la existencia de los derechos de exportación, que para el fisco representan US$ 7.800 millones anuales de ingresos tributarios.
¿Cuán sostenible es el equilibrio fiscal sin que el Estado esquilme al sector agropecuario?
En definitiva, no está en discusión la necesidad del equilibrio fiscal basado en una baja del gasto público. Lo que está en discusión es la forma en que bajan el gasto público y cierto disfrute de ver cómo sufren aquellos que no pueden sostener el ajuste que no pasa por la casta, sino que pasa por los jubilados, PYMES y una clase media que agoniza.