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Bonos soberanos: la entusiasta apuesta del Ministerio de Economía para el 9 de enero

Tras la confirmación del apoyo de Estados Unidos, el Gobierno empieza la cuenta regresiva para formalizar el pago del cupón de los bonos soberanos en tres meses.

Javier Milei y Donald Trump en la última bilateral

Javier Milei y Donald Trump en la última bilateral

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Luis “Toto” Caputo espera tranquilo y va por una utopía, algo que el mercado evalúa como una audacia. Busca lograr que el pago del vencimiento del 9 de enero de 2026 de los cupones Bonares y Globales de la deuda reestructurada en 2020, pueda ejecutarse con dólares comprados por el Tesoro desde la semana pasada y hasta fin de año.

De esta manera, se podrá liberar la necesidad de utilizar el primer giro del “salvataje” anunciado la semana pasada por los Estados Unidos para la Argentina, planteado originalmente para que el país no entre el default en los dos vencimientos clave del año próximo (el ya mencionado en enero y un segundo el 9 de julio), mediante el aporte del gobierno de Donald Trump de los dólares necesarios para los dos llamados.

La presentación de esta operación internacional comenzó a negociarse la tercera semana de septiembre, cuando el riesgo país se aceleraba hasta los 1.500 puntos básicos y el tipo de cambio por arriba de los $1.500, luego de un viernes de ventas de divisas en el Banco Central por unos U$S678 millones, amenazando con una crisis financiera y monetaria que llevaría a un default (ya que hubiera sido imposible que Caputo hubiera podido colocar deuda con ese nivel de riesgo) y a una devaluación sin techo.

Sin embargo, desde el lunes pasado el panorama cambió. Trump se comprometió a un rescate poniendo en la mesa no menos de U$S20.000 millones; y el acuerdo con unas 5 cerealeras y sojeras le permitió al gobierno una nueva oferta por otros U$S7.000 millones.

Riesgo país en alza

Con ambas medidas el riesgo país retrocedió a los 1.000 puntos básicos y luego subió hasta 1.142 puntos, y el precio del dólar oficial bajó a los 1.400 pesos (al mediodía de este martes).

Por su parte, el Tesoro nacional comenzó a recuperar divisas perdidas, compró unos U$S1.700 millones y proyecta adquisiciones para esta semana por otros U$S2.000 millones. Si todo sale bien, al final de la operación (hacia fines de la semana próxima), la cantidad de dólares que habría comprado el gobierno a través del Tesoro nacional (sin imprimir pesos, sino utilizando el dinero del superávit fiscal primario), podría superar los 4.000 millones de dólares.

Esas reservas deberían estar en la vidriera de las cuentas públicas para el 31 de diciembre de este año, fecha de cierre de las metas a cumplir por parte de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a la firma del acuerdo de Facilidades Extendidas vigente desde el 11 de abril pasado.

En busca de dólares

Luego de fin de año, el contabilizador vuelve a cero, y comienza una nueva etapa de suma de dólares para cumplir con el FMI, con lo que el Gobierno podría disponer de esos dólares comprados en estos días para cerrar el vencimiento del 9 de enero.

O al menos gran parte de los 4.300 millones de dólares que deben pagarse ese día a los tenedores de la deuda reestructurada en octubre del 2020 durante el gobierno de Alberto Fernández, con Martín Guzmán sentado en el Ministerio de Economía.

Cuanto más dinero pueda aportar el Tesoro para el pago, menos dólares se requerirán del préstamo/ swap/ recompra de bonos por parte de los Estados Unidos, y el debate pasará entonces para el 9 de julio. Sin embargo, también esa fecha podría estar algo liberada, ya que desde marzo a julio del 2026 comenzará el período de liquidación de la cosecha gruesa (soja, maíz), sin dudas, la más importante del año.

Bonos soberanos

Y si el Gobierno abandona la algo fallida estrategia de este año de no comprar dólares hasta que la divisa llegue al piso; durante ese tiempo el Tesoro podría volver a sumar dólares a las reservas propias. Luego, enfrentar el vencimiento del 9 de julio por unos U$S4.000 millones, sin recurrir aún a la ayuda norteamericana.

Se supone que esta estrategia (más sana que pagar con dólares prestados), haría retroceder el riesgo país para el 2026. Pero, además, y lo más importante, liberaría al país de la duda sobre su capacidad de pago hasta fines del 2028, ya que los U$S20.000 millones disponibles de piso desde EEUU, aún estarían en gateras.

En definitiva, según la visión oficial que se quiere trasladar a los mercados, no habría que desesperarse porque los dólares provenientes de los Estados Unidos lleguen rápidamente, sino que se confirme que el primer lote por unos U$S4.300 millones esté disponible antes del 9 de enero del 2026, día en que el país debe pagar la primera cuota del próximo año correspondiente a la liquidación de los Bonares y Globales.

El juego de Trump

Si igualmente se necesitara de todo o parte del dinero de Donald Trump, el mecanismo podría tener dos opciones. O un simple swap de monedas (mecanismo de recambio de pesos por dólares sin registró en la cuenta de pasivos monetarios) o una recompra de bonos en poder del Estado nacional a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad.

Lo importante de las dos alternativas, es que, según la visión oficial (y la de la mayoría de los analistas del mercado) no necesitaría una ley que respalde la operación, ya que técnicamente al menos, no se trata de incorporar nueva deuda. Por otro lado, y en el caso que el Gobierno logre un resultado aceptable en las próximas elecciones legislativas del 26 de octubre, podría el oficialismo negociar la aprobación del Presupuesto para el 2026 con la incorporación del acuerdo con los Estados Unidos adentro, lo que ya de manera definitiva le daría cuerpo legal a la operación de rescate de Donald Trump.

Lo mismo pasaría si la “ley de Leyes” incluyera el acuerdo de Facilidades Extendidas firmado en abril con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que hasta ahora sólo tiene la legalidad de un DNU.

En definitiva, lo importante en el mediano plazo, es que se confirme que el primer lote del dinero proveniente de los Estados Unidos se utilizará para pagar el 9 de enero, y que Argentina no caerá en default. Y hasta que no se llegue a esa confirmación, no hay que esperar que el riesgo país se ubique muy lejos (para arriba o para abajo) de los 1.000 puntos básicos. Y ni hablar si el 26 de octubre el Gobierno no obtiene un resultado digno.