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Inteligencia artificial y empleo: la verdadera batalla por el futuro del trabajo

Plantear los desafíos reales que impone la inteligencia artificial sobre el empleo, la capacitación, la ética y la regulación, propone una mirada propositiva, audaz y con raíz humanista.
Las tecnologías de IA están tomando decisiones en lugar de las personas, pero la clave del trabajo futuro es amigarse con esta tecnologia. Foto: Shutterstock
Las tecnologías de IA están tomando decisiones en lugar de las personas, pero la clave del trabajo futuro es "amigarse" con esta tecnologia. Foto: Shutterstock

Hay una pregunta que atraviesa a todos, aunque muchos aún no lo saben: ¿qué trabajo vas a tener en cinco años? No en veinte, en cinco. La inteligencia artificial, la digitalización de tareas, la automatización de decisiones y la hiperconectividad están transformando el mercado laboral a una velocidad que la legislación, la educación y los sindicatos apenas logran seguir. Estamos ante un cambio de época en la configuración del trabajo humano.

La IA es una herramienta concreta que ya está reconfigurando empleos, eliminando puestos tradicionales y creando nuevas funciones que requieren habilidades completamente distintas. No estamos perdiendo trabajo, estamos perdiendo empleabilidad. Y esa es la verdadera batalla que hay que dar.

La IA no es ciencia ficción, es una herramienta concreta que ya está reconfigurando empleos, eliminando puestos tradicionales y creando nuevas funciones que requieren habilidades completamente distintas.

Nueva configuración del empleo

Las tecnologías de IA están tomando decisiones: seleccionan currículums, asignan turnos, predicen demandas, gestionan clientes y automatizan procesos enteros. Esto no elimina el trabajo, pero muta las funciones, redefine perfiles y exige nuevas competencias. 

Los empleos  repetitivos, de baja interacción humana, están siendo reemplazados. A cambio, surgen nuevos roles en programación, datos, mantenimiento, control y supervisión de sistemas. Pero también crecen los puestos con alta carga emocional: enfermería, cuidado, acompañamiento, educación personalizada.

La inteligencia artificial, la digitalización de tareas, la automatización de decisiones y la hiperconectividad están transformando el mercado laboral, señalan los especialistas.
Foto: Archivo MDZ.

La diferencia la marcará quien sepa aprender, adaptarse y reconvertirse. El capital más valioso del siglo XXI no es el dinero, son las habilidades.

El nuevo "oro" del mercado

A diferencia del siglo pasado, en el que la destreza técnica era central, hoy lo humano vale más que nunca: comunicación, pensamiento crítico, resolución de problemas, empatía, liderazgo, flexibilidad. ¿Por qué? Porque la IA puede calcular, pero no puede sentir. Puede optimizar, pero no puede cuidar. Puede generar textos, pero no puede generar confianza. La empleabilidad futura dependerá más de lo que no puede hacer una máquina que de lo que sí puede hacer una persona. Esa es la inversión clave.

La IA puede calcular, pero no puede sentir. Puede optimizar, pero no puede cuidar. Puede generar textos, pero no puede generar confianza

Ética, regulación y límites urgentes

Hoy la IA decide a quién entrevistar, a quién despedir, qué perfiles priorizar. Pero lo hace con algoritmos entrenados en datos pasados, no en criterios de justicia. Por eso es urgente establecer marcos legales claros, éticos y adaptativos. 

La IA no puede violar derechos. No puede sesgar contrataciones. No puede replicar discriminaciones históricas. Debe estar regulada con mirada laboral, con enfoque de derechos humanos y con capacidad de auditoría real. Pero cuidado: regular no es frenar la innovación, es garantizar que beneficie a todos.

Humanos + máquinas, la combinación ganadora

La IA no viene a reemplazarnos, viene a completarnos. La pregunta no es "qué va a hacer la máquina", sino "qué podemos hacer mejor con la máquina al lado". El futuro del trabajo no está en competir con la IA, sino en aprender a trabajar con ella, usarla como herramienta, dominar su funcionamiento, interpretar sus resultados. Eso requiere formación, acceso, regulación y una estrategia país.

Hoy la IA decide a quién entrevistar, a quién despedir, qué perfiles priorizar. Foto: Shutterstock.

No hay empleo sin inclusión digital

El que domine la IA, dominará el trabajo. Y el que quede afuera, quedará desplazado, no por la tecnología, sino por la falta de acceso a ella. El futuro del trabajo está ocurriendo hoy. Y está en juego mucho más que un puesto: está en juego la dignidad laboral, la equidad, la justicia social. Argentina necesita una estrategia nacional de capacitación digital con mirada laboral. No hay tiempo que perder.

Porque si no hacemos de la IA una herramienta para todos, será otra palanca de exclusión. Y entonces sí, el futuro no nos pertenecerá.

Juan Pablo Chiesa

Juan Pablo Chiesa es abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas, escritor, docente y presidente de Aptitud Renovadora. 

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