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La narrativa económica de Milei: de la teoría al meme

Ya pasaron 4 meses de Gobierno del presidente Javier Milei y desde la Universidad Austral, Damián Fernández Pedemonte deja su mirada en este domingo para MDZ.
Presidente Javier Milei Foto: @madorni
Presidente Javier Milei Foto: @madorni

La teoría económica ignora el rol de las creencias del público sobre los eventos económicos, sostiene Robert Shiller, premio Nobel de Economía, en su interesantísimo libro "Narrative Economics". Las narrativas económicas, asegura, tienen la potencialidad de cambiar las decisiones económicas de la gente. Es algo que Javier Milei tiene claro. De hecho, ha convencido a propios y extraños de la necesidad de reducir el déficit fiscal mediante un ajuste, y de desregular la economía y achicar el Estado.

Un dispositivo de comunicación se consolida en el Gobierno. Un enunciador mediático-digital excluyente, hiperbólico, desbordado e incivil: Javier Milei. Un ser bifronte como el dios Jano. Por un lado, teórico de la economía, que se posiciona desde el discurso del saber. Por otro, creador de consignas viralizables (y difusor de publicaciones impresentable de las redes). Es el profesor, pero el profesor "standupero".

Javier Milei, un ser bifronte como el dios Jano. Foto: EFE.

Las dos caras están menos enfrentadas en Milei que en el dios Jano. La exposición de la teoría no está exenta de sofismas. Por eso es fácil que se resuma al final en un eslogan simple que sus fans repiten. Y los memes tienen la función de difundir los axiomas de la doctrina. El primer axioma de su gestión es que la forma de acabar con la inflación es alcanzar el equilibrio fiscal a través de un ajuste de shock. La inflación era y sigue siendo la primera preocupación de los argentinos. Para justificar lo drástico del ajuste, Milei argumenta que es la única forma de evitar una hiperinflación que sin duda llegaría. Lo hace de la siguiente manera en el discurso de asunción:

"El sobrante de dinero en la economía hoy es el doble de lo que se ha hecho en el pasado (…) recordemos que el Rodrigazo multiplicó por 6 veces la tasa de inflación, por lo que un evento similar significaría multiplicar la tasa de inflación por 12 veces y dado que la misma viene viajando a un ritmo del 300%, podríamos pasar a una tasa anual del 3.600. A su vez, dada la situación de los pasivos remunerados del Banco Central (…) en muy poco tiempo se podría cuadruplicar la cantidad de dinero y con eso llevar a la inflación a niveles del 15.000% anual. Esta es la herencia que nos dejan: una inflación plantada de 15.000% anual, la cual vamos a luchar contra uñas y dientes para terminarla".

Como se puede ver, en este párrafo Milei pasa de unas premisas hipotéticas enunciadas en condicional ("significaría", "podríamos pasar", "se podría") a una conclusión real, enunciada en modo indicativo: "Esta es la herencia que nos dejan. Una inflación plantada de 15.000% anual". Se trata, efectivamente, de un sofisma, lo que en retórica se llama entimema: un silogismo en el que se llega a conclusiones verosímiles a partir de premisas indemostrables o directamente falsas. Ningún economista avaló esa cifra delirante.

Su antiguo asesor Carlos Rodríguez, que hoy denuncia que Milei no es realmente liberal, critica en la red social X el axioma justificador del ajuste. "La hiperinflación que nunca existió. Entre abril de 1991 y julio 2023 (386 meses) en argentina solamente hubo un mes con inflación mensual de dos dígitos que fue abril de 2002 (10.4% cuando cayó la convertibilidad). O sea que tuvimos 385 meses con inflación mensual de un dígito. Los datos claramente muestran que nunca en esos 385 meses se estuvo cerca de una hiperinflación, a menos que se recurra al truco trivial de anualizar los datos de alguna semana en particular (…). Sí tuvimos una alta inflación (al final de 2003), con mucha variabilidad dadas las características del proceso electoral".

Javier Milei, creador de consignas viralizables. Foto: Archivo MDZ.

La conclusión del argumento del discurso de asunción se reduce a frases que se convierten en consignas que se difunden a través de las publicaciones de las redes sociales: "No hay plata". "No hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock". Este es el Milei del stand up, el que (según una nota del Financial Times) pasa dos horas diarias o más en las redes sociales. Básicamente para agraviar a todos los que lo critiquen. Y para responsabilizar a la casta de sus fracasos políticos. Pero eso mantiene el lazo con los fans.

En la entrevista de tres horas que concedió a su amigo Alejandro Fantino, Milei, para mostrar cómo está bajando la inflación, citó una cuenta de X que asegura que el IPC desciende de un ritmo semanal de 5% a -4,2% (deflación). Al rato, la cuenta aclara: "Miren, esta cuenta que se llama Jumbo Bot nunca midió nada, nunca analizó precios, nunca quiso proyectar la inflación. Lo único que quiso es poner en evidencia a gente que necesita mostrar resultados cuando no los tiene".

La misma relación entre el Milei teórico de la economía y el Milei comunicador digital desaforado se da entre la idea de que el mercado no tiene fallas que enunció contundentemente en Davos y la pelea con las prepagas, que echa por tierra tanto el DNU que liberalizaba completamente la salud, como el dogma liberal de no interferir en los precios ni en los salarios (todo lo cual está trastocado). Es decir: la teoría es una cosa, la narrativa popular otra. Probablemente la primera tenga por destinatario a los empresarios y la segunda a sus seguidores. El discurso tiene que mantener el soporte de los segundos -el único con el que
cuenta el gobierno- hasta que los primeros vean viable el proyecto y se decidan a jugarse por él. Son los fans quienes expanden la narrativa económica. "El contagio es mayor cuando la gente siente una conexión personal con el individuo que está en la historia", dice Shiller.

Mientras los trabajadores, los jubilados y la clase media sufren el ajuste, Milei mantiene la adhesión de sus fans desviando el discurso hacia la batalla contra la casta y mostrando resultados financieros, aunque estos estén muy lejos de mejorar algo de la economía real (la caída del salario real en lo que va de 2024 está entre las 5 más grandes de la historia argentina de los últimos 90 años, similar a la de 2002, según datos de RIPTE). Lo primero (y lo único por un tiempo) que va a poder mostrar Milei es una baja de la inflación. Este resultado puede darle la esperanza a una parte de la población de que el proyecto puede funcionar y, entonces, vale la pena el sacrificio.

Damián Fernández Pedemonte.

* Damián Fernández Pedemonte (Investigador de la Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral y del CONICET).