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Javier Milei ya piensa en relanzar su gestión en mayo y de la mano de Larry Fink y BlackRock

Una vez que esté despejado el camino legislativo con la sanción de la ley ómnibus, el Gobierno se mostrará market friendly. Y nada mejor mostrarse cercano a uno de los mayores inversores globales.
El presidente Javier Milei quiere darle otro dinamismo a su gestión y para eso nada mejor que mostrarse junto a uno de los principales inversores a nivel global. Foto: Télam
El presidente Javier Milei quiere darle otro dinamismo a su gestión y para eso nada mejor que mostrarse junto a uno de los principales inversores a nivel global. Foto: Télam

La reunión será en mayo. Probablemente, en la segunda semana de ese mes. Y el visitante recibirá tratamiento de jefe de Estado. Larry Fink llegará a Buenos Aires invitado especialmente por Javier Milei, en lo que se espera sea el relanzamiento a nivel mundial de la gestión de libertario; no sólo con la foto oficial con el principal financista e inversor del universo, sino la persona considerada más seria en los mercados internacionales.

El dueño de BlackRock es considerado hoy en el mundo como el Veraz de la confianza de los inversores, y la persona que podría lograr que el presidente argentino entre en serio en la consideración de los fondos internacionales. Pero la idea es ir más allá de la imagen y hacer algún anuncio puntual sobre alguna inversión concreta con nombre y apellido, en los dos terrenos ideológicos en los que  Milei quiere hacer historia: las nuevas privatizaciones de empresas públicas en debate hoy en el Congreso Nacional y el plan a la chilena de obra pública o licitaciones de servicios.

Aparentemente, Fink le dio el visto bueno para considerar ambas posibilidades en la conversación que el presidente argentino y el inventor de BlackRock mantuvieron vía virtual la semana anterior, y se tomarán los tres meses que restan para la visita del magnate para resolver el grado de compromiso que Fink puede tener en el país.

Larry Fink, titular del fondo de inversión BlackRock, y un jugador importante en el mundo de las finanzas a nivel global.

Ahora es tiempo de aprobaciones de leyes en el Congreso y de informes de los muchos operadores locales (directos e indirectos) que el norteamericano tiene en el mercado criollo, para que se estudie el panorama real de inversiones. Pero, según la impresión que dejó el inversor, el interés es real y concreto. Y estaría dispuesto a dar un gesto a favor de Milei ante el mundo para darle un espaldarazo. Pero no una frase de apoyo, sino algún tipo de apuesta real y concreta.

Para el Gobierno sería el momento exacto para mostrar que la batalla de aprobaciones de leyes y DNU ya pasó, y que el tiempo de gestión comenzó. Y qué mejor que el aval del principal inversor global como padrino. 

Pragmatismo puro

Fink en un pragmático. Que se maneja sin rencores, y sólo mirando negocios. BlackRock, con apuestas más o menos públicas, es un aliado necesario y casi imprescindible para el país.

Como sucede en casi todos los países del globo (incluyendo tanto estados hiper desarrollados como países como Irak o Afganistán) BlackRock es un socio de la Argentina, tanto en la economía financiera como en la real. Además de sus US$ 3.000 millones en deuda en vías de reestructuración (tanto emitida bajo legislación local como extranjera, el fondo más grande del mundo tiene una presencia fuerte en la tenencia de acciones de empresas argentinas, tanto con cotizaciones en la Bolsa de Comercio local como en las ADR que cotizan en Nueva York.

BlackRock invierte en las mayores compañías a nivel global y también las naves insignia del mercado accionario nacional.

Es accionista de multinacionales de fuerte presencia local como Coca Cola, Bayer, Apple, Microsoft, Telefónica o Procter & Gamble (entre muchas otras) y mantienen participación local en varias de las empresas más representativas como Mercado Libre, Tenaris, Grupo Galicia, Banco Macro, Telecom, Pampa Energía, TGN, Arcos Dorados y Adecoagro.

Donde más representativa es su apuesta local, mantenida en los peores momentos de crisis en su relación con el Gobierno anterior, en medio de la negociación de la deuda privada en 2020, es como el segundo mayor accionista privado (luego del fondo Wellington) en la gran apuesta empresarial del Estado argentino en general y el kirchnerismo en particular: YPF.

Mercado petrolero

BlackRock poseía antes de la renacionalización de 2012 y mantuvo hasta hoy un 5,67% del paquete, con 9,77 millones de acciones en su poder. Ingresó en la petrolera como socio privado en los ‘90, como parte de su alianza global con Repsol y permaneció inmutable (sólo negocios, nada personal), durante el conflicto por la renacionalización de la petrolera por parte del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en 2012.

En esos días, BlackRock decidió retirar su alianza estratégica con Repsol en la petrolera, luego de una conversación directa y sincera mantenida con el CEO designado, Miguel Galuccio. El buen diálogo con el ingeniero entrerriano maduró con el tiempo y se mantiene hasta estos días.

Miguel Galuccio, extitular de YPF, dueño de la petrolera Vista y con fuertes vínculos con Larry Fink.

De hecho, Galuccio fue uno de los pocos que pudo demostrar tener línea directa con el propio Fink, a quién intentó convencer de aceptar alguna de las ofertas del exministro de Economía Martín Guzmán. No tuvo éxito en este punto, pero sí en volver a sentar a BlackRock a la mesa de negociaciones y sostener una tregua judicial hasta el final feliz de la primera semana de agosto de 2020.

La alianza de Blackrock en YPF se mantiene firme, al punto de mostrarse “friendly” con el país ante el juicio que el fondo buitre inglés Burford inició por la operación de renacionalización, ofreciendo sus gestiones de buenos oficios. Sabe el Gobierno que cuenta con el fondo de inversión para sostener la posición legal oficial en el tribunal de Loretta Preska en el Segundo Distrito Sur de Nueva York. Otra vez, sólo negocios.

Calificado en 2014 como “fondo buitre” por Cristina Fernández de Kirchner (al tener acciones de la papelera Donneley, que cerró sus puertas ese año) el compromiso del fondo de Fink como socio local llegó a la cima durante el gobierno de Mauricio Macri, con el que tuvo dos encuentros y cuando decidió abrir una oficina en julio de 2018 en el país, eligiendo dos impactantes pisos en la zona de Catalinas, desde donde fiscalizaría las enormes posesiones medidas en miles de millones de dólares que BlackRock tiene en la Argentina y Uruguay.