Paritarias vitivinícolas: salarios, renegociación y fecha de encuentro

El día del trabajador vitivinícola se celebra el 1 de febrero y para este mes ya existe fecha en que las partes se sentarán a negociar las paritarias. El encuentro está fijado para la segunda semana de febrero de manera virtual y será el puntapié inicial para la apertura de las negociaciones del período 2024/25. Sin embargo, y como otros rubros de la economía, el sector ha ido teniendo actualizaciones tanto en diciembre como en enero debido a la compleja situación que plantea la inflación.

Este año, los salarios de viña y de bodega fueron revisados y actualizados en varias oportunidades, las últimas se dieron para el mes de diciembre y enero. En líneas generales y con los últimos aumentos que todavía no se incorporan al básico, la remuneración inicial de un obrero de viña es de $221.000 mientras que para el de bodega es de $256.000. Así lo explicó Juan Carlos Aguirre, secretario gremial del Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas Argentinos (SOEVA).

En febrero, cuando comiencen las negociaciones para este año y principios del próximo, entrará al sueldo en blanco lo que no estaba remunerado. Si bien esto puede implicar una pérdida en el bolsillo por los descuentos que implican, es una ganancia para el piso real y para el cobro del aguinaldo entre otras cuestiones. Aguirre reconoció que la inflación ha complicado fuerte la situación de los trabajadores debido a que el año pasado se había obtenido un 100% de aumento y estaban casi a la par del valor de la Canasta Básica.

“Pero con las subas de precios tuvimos una revisión en noviembre y otra hace cuatro semanas”, destacó el sindicalista. En coincidencia, Eduardo Senra, coordinador general de la Unión Vitivinícola y uno de los representantes de los empresarios en las paritarias, destacó la renegociación realizada al tiempo que confirmó el primer encuentro para la próxima semana de febrero.

El mal juego de la inflación

La inflación no sólo impacta el salario de los trabajadores que en casi ningún rubro logran estar al ritmo de los precios, sino también en lo que venden las empresas. En el caso del vino que durante 2023 vendió menos tanto en el mercado interno como en el externo, la situación tiene varias miradas. En palabras de Serna, no es igual la situación del trabajador de viña que del de bodega.

Si bien el sector –que en su mayoría produce para el consumo local- está impactado por el fuerte aumento de costos (a los que se sumarán los de servicios) y la devaluación, este año podría darse una situación difícil para los productores. Aunque no se sabe cómo puede impactar la ola de calor en curso debido a que podría ser la más extensa de la historia, lo cierto es que la cosecha se prevé buena. Sobre todo en comparación con lo escasa que fue la de 2023.

Esto podría atentar contra el precio de la uva y, por tanto, contra las rentabilidades de los productores que, en mayor porcentaje, son pequeños contratistas. Así, si todo les aumenta (incluido el salario), pero no lo hace el producto la situación se complejiza. Hay que tener en cuenta que aunque a muchos se les tonificó el precio por los faltantes, varios otros se quedaron sin nada con las dificultades  que ello implicó para llevar adelante la cosecha actual.

Aunque con una espalda diferente, las bodegas también se las verán difícil debido a que no se ve probable que crezca el consumo de vino, al menos durante el primer semestre. “Las empresas tienen sus propios problemas, pero es importante que el sueldo esté equiparado con la Canasta Básica”, destacó Aguirre. Serna coincidió en este planteo y agregó que hoy no existen paritarias para todo el año ya que la inflación obligará a revisiones cada tres o cuatro meses. Algo que ya se hacía y que otros sectores replican.