De ser DJ a crear una procesadora de pagos con más de 1.000 sucursales y 700.000 clientes en el país
Juan Boubée, fundador de Ripsa Pagos, charló con MDZ y contó la historia de la empresa familiar que fundó hace 30 años en Mar del Plata.
Hace más de 30 años, Juan Boubée decidió cambiar las bandejas y los discos en la noche porteña y marplatense para darle vida a una empresa visionaria en ese momento: Ripsa Pagos. Acompañado de su familia, desarrolló la tecnología para el procesamiento de pagos digitales, cuando todavía no se hablaba del tema, y desde Mar del Plata creó una fructífera compañía que hoy en día cuenta con 700.000 clientes mensuales en sus más de 1.000 sucursales en todo el país.
En una entrevista con MDZ, quien también es presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Cobranza Extrabancaria de Impuestos y Servicios (Caeceis), no solo contó su historia como empresario, sino que también habló de la actualidad y los desafíos del sector que solo integran nueve compañías, pero que utilizan unos 20 millones de argentinos al mes.
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-¿Cómo nació Ripsa Pagos?
-Detectamos de forma muy temprana una oportunidad que tenía que ver con esto de que los bancos no querían recibir a la gente para el tema de pagos. Eso es lo que empezaba a pasar, no solo acá, afuera también no se veía eso. Ahí es donde nace. También antiguamente, más allá de los bancos, las empresas de servicios tenían sus cajas de cobro y también se empezaba a evidenciar que no era una cosa fácil de manejar para ellos, con lo cual, un poco surge ahí, de buscar una alternativa totalmente descentralizada. Ya que iba a hacer una cosa nueva, buscamos pensarla mucho más cerca de la gente.
-¿Cuándo fue esto y qué hacías vos para que se te ocurriera esa idea?
-Fue en 1994. Yo vengo del área de sistemas, soy analista. En esa época me dedicaba al diseño de software y siempre estuve muy cercano a todo lo que tenía que ver con la tecnología. De hecho, justamente mi ingreso en esto tuvo que ver con haber hecho el desarrollo del software para que este emprendimiento pudiera funcionar.
-¿Puede ser que también eras DJ?
-(Risas) En realidad era Disc Jockey, por DJ es un término de ahora. Pero sí, yo soy de Mar del Plata, así que me vine a estudiar a Buenos Aires, pero allá trabajaba como DJ. Cuando me vine a estudiar, mi padre me hizo jurar que no iba a trabajar más en la noche, porque según él yo me venía a estudiar, pero no me lo creía. El tema es que, claro, a la edad que vine, tenía que pagar mis gastos de facultad, de departamento, de todo, y con lo que el trabajo que tenía no me alcanzaba la plata. Era imposible, era súper joven y los sueldos para un chico en esa época era lo mismo que seguramente por ahí es ahora. Así que empecé a tímidamente de nuevo en la noche, como una changuita, y siempre me agarraba el cargo de conciencia, entonces dejaba y volvía de nuevo a pasar hambre, como digo yo, entonces volvía hasta que un día dije basta y decidí seguir en la noche hasta por lo menos terminar la facultad. Gracias a Dios pude dejar antes, pero sí estuve en lugares súper emblemáticos como Hipopótamo, como África del Hotel Alvear, lugares que seguramente no tienes ni idea de lo que te estoy hablando, pero nuestros lectores los van a recordar.
-¿Cómo fue empezar una empresa familiar desde el interior, desde Mar del Plata, a extenderse a varias partes del país?
-Hoy la empresa cuenta con 1.000 sucursales. Estamos en todo el país, así que la verdad que hemos tenido un crecimiento bastante grande y te diría que muy ordenado. Nosotros nacimos en Mar del Plata y nuestra política comercial fue desde ahí empezar a crecer por la costa y después nos fuimos un poquito más por la provincia de Buenos Aires. Ahí también estaba Pago Fácil y hasta ahí éramos las únicas dos empresas, tiempo después viene Rapipago y otros. Pero, ¿qué pasaba? Para nosotros era muy interesante esto de ir por localidades chicas, de baja densidad poblacional, porque en realidad lo que estábamos haciendo de esa manera era que el día de mañana, cuando la competencia quisiera ir a ese lugar de baja densidad lo analizara porque realmente son lugares en los que no tiene sentido que haya muchos jugadores, porque ya el negocio no daría. Logramos armar en todo lo que es el sur de la Provincia de Buenos Aires como una especie de bastión.
Respecto a cómo se dio que sea algo familiar, cuando surge la idea me junté con tío y nos dividimos el trabajo. Él se encargó de la parte financiera y yo me encargué de la parte técnica/comercial.
-Mencionabas un poco la competencia con otras empresas de cobro, ¿cómo se hace para ganarle mercado?
-En realidad es que hay espacio para todos, el país es enorme y uno podría decir que quisiera estar enfrente de la casa de cada persona. Con esa mirada, el lugares es enorme. La realidad es que finalmente yo no puedo hacer demasiado para que vos vengas a pagar a mi red, el que lo termina haciendo eso es lo que nosotros llamamos el agente de cobro, que sería el kiosco, el almacén, la estación de servicio... va a depender de esa persona. Por ahí en Capital Federal esto es distinto, porque es una locura, estamos todos corriendo, pero si uno se va de la capital y, si quieres vamos a Mendoza, es muy probable que conozcamos de toda la vida al dueño de donde está el local de Ripsa. Entonces ir a pagar ahí es un gusto, porque voy, pago, de paso charlo un poquito… En el interior la gente tiene mucho más tiempo y anda a otra velocidad. Entonces depende mucho de eso, yo dependo mucho de ese agente de cobro.
-Mencionaste a Mendoza, ¿cómo eligieron la sucursal que tienen en la provincia?
-Muchas veces vamos empujados por las mismas empresas que se instalan y quieren saber si tenemos presencia o no en determinado lugar. Y la verdad, a nosotros no nos cuesta nada ir a esa provincia o a esa localidad, es cuestión de mandar a una persona y ver cuáles son los lugares que más o menos están ubicados en zonas con tráfico de gente, porque este es un negocio literalmente de volumen. No te sabría decir la razón concreta, pero obviamente si tuvo que ver con que Mendoza es una de las provincias más importantes.
-¿Tiene estimado cuántos pagos procesa Ripsa por día y qué monto?
-El monto no es algo muy significativo, pero me parece que el mejor dato es la cantidad de gente. Son 700.000 clientes todos los meses que eligen pasar por nuestra red. Y te voy a dar un dato más que a mí me gusta darlo porque muchas veces se desconoce, inclusive me pasa que como presidente de la Cámara tengo reuniones con distintos organismos y cuando tiro este dato ves caras de sorpresa. Y es cuántas personas pagan todos los meses en nuestra industria, somos nueve empresas en total, y son 20 millones de personas. Si vos tomas el padrón activo del país, la gente activa que paga, 20 millones hace un 70%.
-¿La industria se ha visto afectada por el cambio de hábito respecto al dinero en efectivo, los pagos con QR y el abandono de las sucursales físicas?
-Este número de los 20 millones que te doy se viene manteniendo hace bastante. Obviamente la pandemia afectó a la actividad, de alguna manera aceleró el uso de la tecnología como cinco años para acá, pero también vimos algo que fue increíble. Tuvimos esa baja, pero con el tiempo volvimos a recuperar. No toda, pero mucha gente volvió a elegir la presencialidad, que es como a mí me gusta definirlo, te vendo presencialidad. Está buenísimo la billetera, está bárbaro, pero yo te vendo la esto de ir a charlar con Luis, la parte humana. Nosotros como como industria somos un eslabón muy importante en este proceso de digitalización, porque por lo pronto le permitimos a las billeteras que hagan su cash in y cash out. La única forma que tenés de poner plata dentro de la billetera es, si estás bancarizada, con una transferencia desde tu cuenta del banco, pero si no, tenés que ir con efectivo a cualquiera de las redes y poner plata para tal billetera. Lo mismo para sacarla. Desde ese, dentro de todo lo que sería el ecosistema, nuestra industria tiene un papel muy importante.
El tema del QR, para nosotros es una forma más de pago. La gente puede venir, pagar en efectivo, pagar con una tarjeta de débito, o puede pagar leyendo un QR con su billetera. Vamos conviviendo todos siendo parte de ese ecosistema.
-¿Cuál es el desafío más grande que enfrenta la industria de cobro electrónico?
-Queremos darle más herramientas a la persona y que pague de la forma más cómoda, pero sin perder nuestra esencia. A mí me encantaría darte una billetera de Ripsa y que vos no te alejes de nuestra red. Eso sería si quieres mi aspiracional: darte un montón de herramientas, pero que vos no me abandones el local, porque estarías abandonando esto que te digo que para nosotros es tan importante que es la parte humana. Siempre tengo la mirada en el kiosco, para ellos, que vayas a pagar le es muy importante.