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María Castiglioni: "Vamos a un país con tendencia a la apreciación del peso o a una moneda fuerte"

Inflación, cepo cambiario, actividad económica ordenamiento de la macro y apertura comercial, son algunos de los temas que desgranó la economista María Castiglioni, en esta entrevista con MDZ.

Carlos Boyadjian
Carlos Boyadjian sábado, 16 de noviembre de 2024 · 06:44 hs
María Castiglioni: "Vamos a un país con tendencia a la apreciación del peso o a una moneda fuerte"
Para María Castigioni el ordenamiento de la macroeconomía que vino haciendo el Gobierno es fundamental para un despegue de la economía en 2025. Foto: Analía Melnik/MDZ

María Castiglioni Cotter, socia y directora de C&T Asesores Económicos, es una de las profesionales más escuchadas por el mercado. Docente de macroeconomía y siempre atenta al impacto de las medidas en la actividad productiva y también en el tejido social admite que "la vieron" ya al comienzo de la gestión de Javier Milei y que si bien aún falta mucho para ordenar los desequilibrios que tenía la macro, el camino seguido en estos once meses es el correcto. 

En diálogo exclusivo con MDZ, Castiglioni se muestra optimista sobre el próximo año, pero cree que viene un nuevo tiempo, de mayor apertura de la economía y que los actores económicos también deben adaptarse. “Las empresas deben pensar bien su estrategia, ya no es negocio stockearse de mercadería”, reflexiona y sostiene que hay que buscar "cómo mejorar procesos, cómo ser más competitivo, cómo vender mi producto, cómo hago que haya variedad", y reconoce que eso es lo hacen en todo el mundo.    

-¿Ya dejamos atrás la recesión como dice el Gobierno o todavía falta? ¿Qué momento estás viendo de la economía?
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Yo diría, obviamente, todavía con muchísimos problemas. Argentina viene de décadas de enormes problemas y desequilibrios macroeconómicos y, sobre todo, el lograr la tan ansiada estabilidad macroeconómica, que es el punto de partida y no de llegada para resolver los problemas que tiene Argentina, de pobreza y de crecimiento.

En ese sentido, vamos por un buen camino. A 11 meses de gestión se ha dejado atrás lo principal, que era el riesgo de un desborde inflacionario o de hiperinflación cierta, que se fue cortando con una política macroeconómica que, a nuestro juicio, atacó la raíz del problema de Argentina, que era el crónico déficit fiscal de un Estado cada vez más grande, que no le alcanzaba con más impuestos, que fue poniendo en todos los niveles de gobierno.

No le alcanzó con endeudarse, más allá de la idea o del speech del desendeudamiento, solo se endeudaron con el Fondo Monetario, pero el resto de la deuda siguió creciendo, en el pequeño mercado local, sacando al sector privado de posibilidad de tener crédito y el mercado internacional con reestructuración, defaults y una muy mala gestión que fue bastante perversa. 

Entonces, lo primero fue cerrar el déficit fiscal. Eso fue un gran mérito que, al principio, muchos dudaban de que pudiera sostenerse en el tiempo y el gran mérito fue ir consolidando esa política y mostrando que se puede sostener, porque el que lidera esta mirada es el propio presidente. Es algo inédito. Por lo general, los economistas somos los técnicos que limitamos a la política y esta vez el primer mandatario es el que está convencido, creo que esto es muy importante. 

Y la otra fue, mientras tanto, ir saneando también el balance del Banco Central para permitir que esos pesos viejos de los déficit pasados no desbordaran la situación y no generaran un salto inflacionario excesivo. Obviamente, hubo una alta inflación porque se corrigió el tipo de cambio fuertemente al principio, porque se corrigieron las tarifas, sobre todo en el conurbano y en la Ciudad de Buenos Aires, y eso se vio en números de inflación muy altos al principio, pero que fueron convergiendo a un ritmo que, en general, superó las expectativas de lo que se relevaba en el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) en general.

En particular en C&T teníamos una mirada que coincidió bastante con lo que pasó porque creímos que el Gobierno efectivamente iba a mantener el equilibrio fiscal. Eso era una duda y un punto de partida para los pronósticos. No era tan fácil pensar que iban a tener éxito con ello.

-Esta semana se conoció el dato de inflación de octubre con un número por debajo del 3% como esperaba el Gobierno. ¿Estamos ya en el ajuste fino para bajarla a niveles internacionales?
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Para eliminar la inflación el Gobierno está haciendo lo que hay que hacer. El problema de la inflación es el exceso de moneda, en este caso pesos argentinos, respecto de lo que la gente quiere. Esto era una canilla permanente de emisión de pesos, creciente, entonces la gente empezó a querer cada vez menos pesos. Nos acabamos encima los pesos los cambiábamos por cualquier cosa, por recitales, por viaje, por electrodomésticos, por lo que fuere. Esto explicó un consumo muy alto en relación al tamaño de la economía que hubo, sobre todo el año pasado, y que obviamente explica en parte porque se hundió el consumo los primeros meses de este año, más allá de la situación económica también fue por un reacomodamiento de esa anormalidad que hubo el año pasado. 

Mirá el video sobre proyecciones 2025

Se trabajó en la nueva emisión de pesos, pero también había que trabajar en la cantidad de pesos que habían guardados en el Banco Central, que no permitían bajar la expectativa de inflación, porque obviamente hay que hacer lo que hay que hacer, pero hay que lograr que sea creíble para que ese proceso de baja inflación sea rápido. En el corto plazo la suba de tarifas impactó directamente en los índices, en los costos y en la inflación. Hoy ya ese ajuste de precios relativos es más fino, más chiquito, queda menos, no es que se terminó, esto es un factor que está colaborando.

El otro tema es que se está construyendo credibilidad sobre que se va a sostener esta política de no emisión monetaria, que llevó varias etapas, no solo la fiscal, sino también el sanear el balance Banco Central, o sea esos pasivos que estaban guardados y que devengan intereses y luego los pesos que se emitieron por intervención en el mercado de divisas. El Banco Central lo que hizo fue decir ‘vamos a intervenir con el CCL para sacar parte de esos pesos. Sobraban los dólares en este esquema de crawling peg, pero en realidad no sabemos si esos pesos la gente los quería y si sobran la gente iba a ir a comprar dólares. ¿Por qué? Básicamente, porque no tenemos moneda todavía, porque todavía la gente piensa en dólares. Ese proceso es difícil de saber a qué ritmo se va a ir “eliminando”. Obviamente, los buenos datos de inflación realimentan esto.

El otro tema es el proceso de indexación. Muchos precios tienen ajuste que antes era anual o semestral o trimestral de precios con inflación pasada. En la medida en que los contratos se van achicando, en que se cree que la inflación va a ir bajando, eso puede ayudar a que ese proceso sea más rápido. De hecho, por ejemplo, el gobierno mismo colaboró indexando jubilaciones por la inflación del último dato conocido mensualmente, en vez de esperar trimestres. Esa indexación más rápida colabora. 

La dinámica y las expectativas están empezando a converger. En un momento se creía que el piso era 7%, que después iba a ser 4$, varios meses de 4, que no se iba a perforar. Ahora está mostrando de nuevo un dinamismo bastante grande.

-¿Cómo ves el 2025 en materia de actividad? ¿Es un momento para empezar a invertir y posicionarse?
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Los números que vamos viendo de la actividad y de consumo están marcando lo siguiente: primero, que ya no hay duda de que la economía está recuperando, que en el segundo trimestre se tocó piso, empezó a oscilar el nivel de actividad en niveles más bajos, pero no recuperó. Ya a partir de julio estamos viendo que mes a mes la actividad se está recuperando en lo que es la macro en todos los sectores, pero no es pareja esa recuperación.

La industria manufacturera, que también es un conjunto heterogéneo, era la que venía más rezagado, y también a partir de julio ya vienen con varios meses de muy buen ritmo de recuperación, pero todavía cuando lo comparamos contra el año pasado hay sectores que están muy por debajo. Lo mismo que está pasando con la construcción. Pero sí lo que vemos es que está empezando a haber cada vez más sectores recuperando y los sectores ligados al consumo interno, los que más demoraron, pero que está viendo recuperación.

Ésta es una economía que requiere que la productividad se gane por la vía de mirar la eficiencia, mirar los costos, empezar a pensar que ahora se cuenta con crédito y financiamiento de capital de trabajo, que los consumidores van a contar con ese crédito, que no existiera, era una economía de contado. Llegamos a que el crédito privado solo sea cinco puntos del PBI, nada. Se pagaba con un bolso de dólares los autos y los departamentos.

Sí lo que va a cambiar es qué va a ser el consumidor, mirando precios con una economía que tiende a ser más abierta, tratando de ver la financiación. Se viene una economía desafiante y hacia adentro de las empresas, pensar qué estrategia tienen. Ya no es negocio stockerame de mercadería. Con el cepo ni siquiera se sabía si ibas a poder contar con insumos importados, con tasas de interés negativas, con una expectativa de devaluación y una brecha muy alta, el negocio era stockear. Hoy por el contrario creo que el negocio empieza a ser la rotación, el volumen.

-¿Las empresas ya lo están empezando a entender de esta manera?
-Algunas sí, no todas, pero crecientemente están empezando a ver esto. Obviamente, eso requiere que uno crea que esto se va a poder mantener en el tiempo y como en Argentina esto no ha sido siempre la regla, costó mucho que los sectores la empezaran a ver y creo que cada vez más hay una expectativa de que esto va a pasar. Cuando miramos distintos indicadores de confianza de los consumidores o de las empresas, sigue habiendo mucho optimismo de cara al futuro, pero cada vez más gente cree que su situación personal hoy, si bien no es buena, es mejor que un año atrás. Sobre todo, en el interior, todavía está más rezagado en el Gran Buenos Aires, que es el que está pagando sobre todo el costo de la suba de tarifas, que venía muy subsidiadas. Es el sector que tiene más informalidad o que está ligado a algunos rubros industriales que vivían de una protección y que hoy muchos tendrán que reconvertirse o reconfigurarse

Mirá el video sobre el plan del Gobierno 

-El Gobierno quiere avanzar en un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. ¿Argentina está preparada para un acuerdo de este tipo?
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Cuando uno mira Argentina y el Mercosur en general, es la unión aduanera y comercial más cerrada del mundo, la que tiene aranceles externos más altos, pero que no ha permitido desarrollar industrias competitivas, ha sido un factor de cierre de las economías.

De hecho, esto ha generado roces entre los miembros más chicos como Paraguay y Uruguay, que apuntaban y han hecho acuerdos con otros países. El ALCA fue hace mucho tiempo y se rechazó, esa unión de toda América y muchos países como Chile y o las regiones del Pacífico siguieron teniendo y tienen muchísimos más acuerdos comerciales que Argentina o que Brasil, o que el Mercosur en general.

Creo que es muy bueno que haya acuerdos, porque eso también te permite el acceso a ese mercado que es el NAFTA hoy y Estados Unidos en particular. Es algo muy positivo para Argentina, pero de aquí a que se concrete es un proceso que lleva mucho tiempo. De hecho, el Acuerdo Unión Europea-Mercosur se firmó y todavía no se convalidó y lleva muchos años de trabajo. El mensaje creo que es súper positivo, que Argentina es un país que tiene un montón de sectores y la industria tiene nichos industriales, pero también a nivel de la agroindustria, de la minería, de la economía del conocimiento, incluso del turismo, que en el marco de los acuerdos generaría un montón de posibilidades de potenciar todo lo que Argentina puede dar.

Ya sin estos acuerdos, Argentina está plantada de otra manera, gracias a Vaca Muerta, gracias al litio, con una política de apertura. El RIGI también está potenciando estos sectores, que es un régimen de incentivo de grandes inversiones que, de alguna manera, es como un canal, donde no está cepo y donde hay una regla estable y de largo plazo en lo tributario, en lo cambiario, en lo jurídico, que va a alentar inversiones grandes de sectores que son exportadores, que va a potenciar esto, esto que está empezando a verse y que es algo que Argentina históricamente no tenía, tenía solamente el agro como generador de divisas y los otros sectores eran deficitarios.

Es un mensaje el acuerdo de libre comercio, que requiere construir instituciones, construir reglas que hagan que Argentina pueda ser competitiva y no pensar todo lo contrario. Eso requiere combinarlo con los puntos del Pacto de Mayo, que no olvida, pero para mí son muy importantes, que fue muy importante que 19 de 24 gobernadores firmaran, pero que hay que avanzar. 

-El cepo parece ser un tema de agenda de la primera parte de 2025. ¿Levantarlo es condición necesaria para que la economía se ordene? 
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Punto uno, cepo es una palabra, pero en realidad global millones de trabas y restricciones del Banco Central, normativas, trabas para arancelarias como eran las SIRA, al acceso a los dólares

Segundo, se fueron sacando muchísimas de esas trabas a lo largo del tiempo y se siguen sacando y creo que esto es muy importante. Es una mirada de empezar a normalizar, porque el cepo es una anomalía. Pero yo lo veo como la frutilla del postre. 
¿Por qué se puso el cepo en octubre de 2011? ¿Por qué se reimplantó post PASO 2019? Post PASO 2019 no era porque había desequilibrios macro, ya se habían resuelto la gran mayoría, pero porque la expectativa, un cambio de gobierno era probablemente el kirchnerismo va a volver a va a poner trabas porque la política, algo que efectivamente pasó y por lo tanto se anticiparon y todo el mundo fue a comprar dólares, y eso provocó la necesidad de reimplantar el cepo.

Pero cuando se puso en aquel momento era porque había restricciones crecientes macroeconómicas y que el gobierno en vez de resolverlas, optó por limitar el acceso a los dólares. Entonces yo lo veo así. Sacar el cepo si vos no resolviste los problemas, puede sincerarte y mientras vos resolver los problemas, llegar a un punto positivo pero en el camino el riesgo de tener un golpe inflacionario, que dejara mucho peor a la situación de la gente y romper todos los contratos iba a ser muy doloroso, más doloroso de lo que ya ha sido este ajuste y por lo tanto no se quitó el cepo

El Gobierno está esperando el momento y la discusión que hubo todos estos meses era si sacar el cepo no iba a ayudar a sincerar. Hay varias maneras indirectas de ver que, en definitiva, se está normalizando el mercado de cambios, porque la brecha cambiaria está achicándose, más allá de que hay restricciones, el dólar libre está retrocediendo. El Gobierno dice "en algunos meses probablemente", pero pone restricciones objetivas. Primero va a optar por reducir el ritmo de crawling peg, más que por sacar el cepo; luego está pensando en qué pasa con los pesos, la demanda de dinero y la base monetaria versus una base monetaria amplia.

En la medida en que la brecha sea chica como es hoy, el problema del cepo es más acotado en el sentido que muchos que quieren mandar dólares al exterior lo hacen a través del mercado financiero formal, aunque obviamente le trae problemas a aquel que compra dólares esta restricción cruzada para acceder al MULC, el mercado único y libre de cambios.

-¿Es consistente esta baja del dólar blue y los financieros o hay un atraso que en algún momento puede hacer presión?
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Lo veo consistente desde el punto de vista de lo monetario, lo fiscal y lo que se está trabajando. Sí creo que puede haber un atraso desde lo comercial. Vos podés no tener cepo y tener el tipo de cambio “atrasado” o bajo, según la fórmula tipo de cambio nominal por inflación internacional dividido la inflación local. Eso le pasó a Macri cuando liberó el cepo y quedó un tipo de cambio relativamente bajo comparado con la historia, parecido con lo que hay hoy. ¿Cuál es la gran diferencia con aquel momento? Déficit fiscal. Eso significa que el Gobierno necesitaba financiamiento para su deuda, sobre todo el acceso al mercado internacional. Hoy Argentina no tiene déficit fiscal. 

Hoy hay superávit comercial y la expectativa es que siga habiendo, a pesar de que las importaciones deberían recuperarse, porque tenés fuerte superávit en el sector energético que se suma al sector agroindustrial, con lo cual vamos a un país de tendencia a la apreciación o a la moneda fuerte.

Me parece que pensar que vamos a resolver devaluando el problema de que el real se devaluó, no es bueno. Como todavía no tenemos moneda, un salto discreto del tipo de cambio, que era lo que muchos creían que iba a ocurrir, hubiera provocado impacto en los precios, por las expectativas por cómo el argentino conforma su cabeza porque no hay moneda local.

Queremos ir a un país sin cepo, es una anomalía el cepo, pero queremos que esa salida sea permanente y no transitoria, que no se crea que esto en algún momento se puede reimplantar, porque aquel que va a hundir capital en Argentina no está pensando en un año o dos, está pensando en el largo plazo y ya se quemó. Entonces, o busca inversiones que realmente tengan alta rentabilidad o cree que más allá del cepo es interesante Argentina como mercado.

-Lo interesante es que vamos a un 2025 en el que la competitividad se va a ganar por inversión y por bajar impuestos.
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Ese es el gran desafío, exactamente, y también empezar a pensar lo que piensa el mundo entero, cómo mejorar procesos, como ser más competitivo, cómo vender mi producto, cómo hago que haya variedad. El mundo hace eso, nuestros vecinos también lo están haciendo y no que cerremos la economía y pongamos trabas para cazar en el zoológico a consumidores que tienen que pagar productos muy por encima de lo que valen afuera, porque obviamente todo esto no se puede sostener.

Tampoco al final fue beneficioso, el PBI no crece desde 2011. Por habitante, va a haber caído a fin de 2024, un 15%. El mundo va por otro lado y peor si le agregamos lo que es la productividad, que es medir quiénes trabajan, cuánta gente trabaja. Ha caído muy poco el empleo en general y el desempleo no aumentó, es algo muy positivo para lo que uno podría esperar, pero los ingresos de la gente son muy bajos y sobre todo hay un enorme sector de la sociedad que es muy poco productivo. La productividad cayó 20%. El mundo está mejorando la productividad y crece con mejora productiva y nosotros caemos. Eso es lo que obviamente tiene que cambiar y ése es el foco en el cual creo hay que poner toda la energía.

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