Franquicias: qué se espera para 2024 y qué precios se manejan

Frente a un 2024 que se presenta incierto y con altas chances de caída de la actividad, el negocio de las franquicias admite una doble lectura. Por un lado, el freno lógico que la incertidumbre impone a las inversiones al menos durante el primer semestre. Por el otro, la oportunidad que se abre en un mercado cambiante y de la mano de un negocio probado. En esta línea, una posibilidad tiene que ver con llevar franquicias nacionales a los países limítrofes.

Este año, ajuste mediante, se suma la posibilidad de que nuevos desocupados decidan emprender su propio negocio con el dinero de las indemnizaciones. Algo parecido a lo sucedido en los '90, pero con la duda de qué pasará con las indemnizaciones, ya que, si se aprueban los cambios laborales, podrían no ser tan jugosas. Como la mayoría de los negocios, las franquicias se calculan en dólares y han tenido un aumento post devaluatorio en esa moneda.

De este modo, si bien las gastronómicas siguen estando entre las más elegidas, desde hace un tiempo las que ofrecen servicios también son muy demandadas. En especial porque son mucho más económicas y bajan la vara de ingreso. Fueron estas las que más salieron en 2023 junto con las que ofrecen cafetería o panadería con modelos de negocios que no superen los tres empleados.

Además, las franquicias también tienen su capítulo dentro de la discusión de la Ley Ómnibus que se da en el Congreso. Aquí se proponen algunas modificaciones que podrían ser beneficiosas desde el punto de vista de los que conocen el rubro. De manera muy amplia y según explicó Nicolás Suraci, de Suraci Evolución de Empresas, se refuerza la independencia de las partes, posibilita a marcas fuertes, pero con un solo local abrirse al negocio, así como limita el tiempo en la duración de los contratos entre franquiciado y franquiciante.

Las más demandadas y algunos precios

Nicolás Suraci comentó que en 2023 las franquicias tuvieron una buena performance que, como todo, también fue impactada por la incertidumbre que conllevó el largo proceso eleccionario. En coincidencia, Adrián Taboada –especialista en franquicias y profesionalización de pymes- dijo que el pasado fue un año bueno, en especial para los rubros de servicios. La posibilidad de iniciar un negocio de la mano de una marca reconocida es lo que más atrae a los franquiciantes que buscan hacer rendir sus dólares al máximo.

En la actualidad, hay que pensar en un desembolso promedio de entre 30.000 y 50.000 dólares para cualquier franquicia. Por supuesto, hay más baratas –en torno a los 15.000 dólares- y muchos más costosas con valores de entre 100, 150 o 200 mil dólares. En estos casos, lo común es que la inversión se haga entre dos o tres socios. Ambos profesionales coincidieron en que la gastronomía sigue como la más demandada debido a que, más allá de la crisis, siempre encuentra un nicho donde crecer.

“Además, la gastronomía tiene mucho de aspiracional, del sueño de ponerse un bar, un café o una cervecería y esto todavía tracciona”, destacó Suraci. Sin embargo, el formato de comida ha cambiado y –en un contexto de crisis- tiende achicarse. Es que ya casi no se piensa ni en locales grandes ni en espacios con muchas mesas o cubiertos sino en propuestas minimialistas, que ofrezcan para llevar y requieran la menor cantidad de personal posible.

En este rubro, las marcas que se manejan solo con despacho de comida y pedidos a través de las plataformas digitales demandan un desembolso promedio de entre U$$25.000 y U$S30.000. Por ejemplo, para una firma como La Vene –que vende al público pastas, panadería y café- hay que pensar en unos U$$40.000 mientras que formatos más grandes como cervecerías artesanales o un local de venta de sushi como Omoi, hay que pensar en unos U$S150.000 para arriba.

Para una cadena de kioscos como Yes! Kioscos Únicos, que ha crecido mucho en los últimos años y que suele tener locales de 100 metros cuadrados o más, el desembolso es de U$S50.000. En tanto, las franquicias de servicios son más económicas. En palabras de Taboada se trata prácticamente de franquicias de autoempleo o microempleo que requieren inversiones que arrancan en los 10.000 dólares. Aquí se pueden encontrar rubros tan diversos como construcción, peluquerías, gimnasios, control de plagas, capacitación, jardín de infantes y hasta espacios de coworking.

Perspectivas y horizontes

Aunque todo es variable, el tiempo estimado de recuperación de la inversión en una franquicia está entre los 18 y los 24 meses. “Son una buena inversión, aunque más riesgosas que un plazo fijo o comprar dólares”, precisó Taboada. Para 2024, los especialistas prevén un crecimiento en torno al 10% en comparación con el año pasado, aunque es probable que el movimiento comience recién después del mes de junio. Sin embargo, la mejora sería menor a la registrada en 2023.

Por este motivo, y como todos los que buscan sobrevivir, el rubro de franquicias ya ha comenzado a abrir nuevos mercados y modalidades. Además de la readecuación de tamaños y formatos, se ha comenzado a trabajar en la exportación de marcas, debido a la buena reputación que Argentina tiene en otros países, en especial los limítrofes. La migración de franquicias también trasciende los límites provinciales y algunas también han llegado a Europa.

De hecho, la nueva gestión de ProMendoza apunta a incorporar al sector de franquicias como modelos de exportación. De este modo, se incentivará la participación del sector en ferias en Chile y Miami, así como del Foro de Inversiones que se realiza en marzo en esta provincia. De este modo, podría crecer la estrategia de llevar marcas locales a distintos mercados entre los que también se cuentan Perú y Paraguay.