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Internet y celulares: las razones por las que aumentan y cómo pagar menos

Como prestaciones prácticamente esenciales están regulados por el Gobierno, que en mayo autorizó subas mensuales hasta fin de año. La dificultad de pagar la factura, las estrategias para bajar el monto y las maniobras de las empresas para evitar la fuga de los clientes.
El aumento en los servicios de internet es uno de los que  más le pega a las familias Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ
El aumento en los servicios de internet es uno de los que más le pega a las familias Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

“¡Que levante la mano el que paga el servicio de internet o de celular sin ninguna promoción!” Si alguien hiciera ese juego en cualquier reunión, es probable que sean pocas las manos levantadas. Es que en la actualidad la tarifa de estos servicios se ha vuelto más que costosa para la mayoría de los argentinos y muchos piden estirar las promociones casi de manera indefinida.

Con facturas finales de servicios de internet que el mes que viene superarán, en muchos casos, los $10.000 y que hoy no son menores de $6.000 o $7.000 se hacen cada vez más difíciles de afrontar. Con la telefonía sucede algo similar, a pesar de la gran variedad por la segmentación de tarifas, planes y promociones.

Sin embargo, pagar el monto “real” de cualquier plan también se hace cuesta arriba, en especial si se cuentan dos, tres o más celulares por familia. El contexto de crisis y dificultades para llegar a fin de mes hace que cada vez más personas se replanteen cambios, ajustes o bajas. Situación que moviliza a las empresas al lanzamiento de ofertas para sumar clientes.

Los ojos desorbitados y las quejas de cuando llegan las boletas de internet o telefonía móvil, dos servicios que desde la pandemia se han convertido en básicos, se abren más cuando se los compara con otros servicios. En líneas generales, se paga mucho menos por la luz, el gas y hasta por el agua que lo que se abona por estar conectados.

La factura es más costosa cuando hay varios aparatos en la familia

Incluso los servicios dolarizados como Netflix y Spotify son más económicos en comparación. La situación, sin embargo, podría ser peor debido a que, aunque no están subsidiadas, sí son prestaciones reguladas. Es decir, que los aumentos están autorizados por el Gobierno y desde mayo se permitieron subas mensuales hasta fin de año de 4,5%.

El economista José Vargas, de la consultora Evaluecon, explicó que, aunque en Argentina los servicios de internet no son los más caros de la región, sí presentan precios altos. En parte, porque tienen una demanda muy elevada y la oferta no acompaña debido a las pocas inversiones y el bajo incentivo para crecer por las regulaciones y la carga impositiva. 

Promociones, pase de empresa y ventas en baja

Pese a la regulación vigente, muchas mediciones muestran que estos aumentos han ido por encima de este porcentaje y oscilan entre el 6% y el 9% por mes. Ése es el motivo por el que la mayoría de las personas llama a sus compañías para estirar el descuento vigente o elige saltar de una empresa a otra, debido a las promociones para los nuevos clientes que prometen congelar el precio durante un año.

Debido a los aumentos autorizados mencionados y a cierta falsa publicidad, estas promociones raramente se mantienen por el tiempo prometido. No obstante, se trata de una opción que toman muchos debido a que es más económica y, al fin de cuentas, se trata de llegar mejor a fin de mes.

La factura "pierde" en la comparación con otros servicios.

En este caso y en líneas generales, no se trata de una típica avivada argentina sino de una gran dificultad real para pagar en servicio esencial. También –y tal vez por el valor del resto de los servicios subsidiados- porque se percibe como algo realmente caro. Desde el punto de vista del economista Daniel Garro, de Value Internacional Group, el principal problema no es tanto que los servicios sean costosos, sino que los salarios en pesos son muy bajos y pierden otra vez contra la última devaluación encubierta.

Desde su punto de vista, son servicios dolarizados que, en esa moneda, no son tan onerosos como lo son en pesos. En esta línea, explicó que mientras los asalariados se empobrecen y se les dificulta pagar el plan, las empresas también lo hacen. Claramente, en menor medida que quienes cobran un sueldo, pero al depender de los clientes locales tampoco pueden realizar grandes subas más allá de la regulación existente.

Es que las bajas comienzan a crecer en las empresas y en un mercado que se amplía y podría tener altas perspectivas, algunas empresas comienzan a tener dificultades. Es que, aunque parecen una de las grandes ganadoras de la economía actual, la crisis les hace mella y no solo hacen ajustes hacia adentro, sino que pelean por no perder clientes a borbotones por la dificultad de pagar.