Fuerte ajuste

Alquileres: cómo afrontar aumentos del 100% y no morir en el intento

Las familias dejan buena parte de sus ingresos para mantener el techo en el que viven por lo que la morosidad no ha crecido. Una situación límite que no presenta una solución a la vista, pero implica mayores índices de informalidad; entre otras complicaciones.

Diana Chiani
Diana Chiani miércoles, 31 de mayo de 2023 · 16:45 hs
Alquileres: cómo afrontar aumentos del 100% y no morir en el intento
El costo de alquilar sube a la par de la inflación Foto: Archivo

“A mí el sueldo no me lo suben al doble”, contó Marina, quien debe renovar su contrato de alquiler -una casa en la que vive con su esposo y dos hijos- y ya anticipa privaciones para poder pagar el techo. El Índice de Contratos de Locación (ICL), que regula los aumentos de los alquileres, ya llegó al 100%, monto por el que se harán las actualizaciones a partir de junio.

Es para contratos que ya están vigentes desde, al menos, un año. Así, si de 2021 para 2022 subieron 60%, ahora lo harán al 100% y, por caso, quienes pagan 80.000 pesos por mes deberán desembolsar 160.000 pesos, con las dificultades que ello implica para la mayoría.

Hay que tener en cuenta que por la inflación y la nueva ley de alquileres, los valores de renta arrancaban por encima de los precios de mercado debido a que los propietarios no tenían la posibilidad de realizar ajustes intermedios; como sí posibilitaba la ley anterior. En este contexto, la situación de los inquilinos es crítica.

Quienes todavía pueden afrontar el pago de la renta, es lo primero que hacen cuando cobran el salario. En este contexto, desde las entidades inmobiliarias advirtieron que no han subido los niveles de morosidad, pero que los retrasos se ven en las expensas, tasas de servicios y otro tipo de gastos fijos que no pueden afrontarse en su totalidad debido al retraso salarial.

La financiación de alimentos y otros bienes ya es un clásico que habilita a las familias a cumplir con el alquiler, al tiempo que “pedalea” el resto de los gastos. Esto, para quienes aún con mucho esfuerzo logran juntar el dinero ya que, para el resto, es cada vez más común dejar el departamento y volver a vivir con un familiar.

Estanislao Puelles, miembro del Consejo Federal de Colegios Inmobiliarios (Cofeci), comentó que se ve a chicos jóvenes que se van con sus padres o con algún hermano y que lo mismo sucede con personas mayores que alquilan. “La familia no los puede ayudar más y regresan con sus hijos”, relató y aseguró que es una experiencia de primera mano.

Mayor informalidad y riesgos

La difícil situación de los inquilinos, que deben desembolsar valores casi imposibles, ha derivado en el incremento de contratos informales. “Lamentablemente, este tipo de situaciones favorece acuerdos que no están en el marco de ley, pero se dan por una conveniencia tanto del inquilino como del propietario”, expresó Eduardo Rosta, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza.

Así, ambas partes hacen acuerdos de actualizaciones trimestrales o semestrales. Para el que alquila es una manera, tal vez, de comenzar con el valor un poco más abajo, mientras que para el dueño es la posibilidad de ajustar al ritmo de la inflación. “El inquilino también entiende que si todo sube mensualmente, es absurdo que el alquiler no lo haga”, subrayó Santiago Debé, representante de Mendoza de la Cámara Argentina de Propietarios.

No obstante, todas las partes coinciden en que esta informalidad es una situación riesgosa que podría perjudicar a cualquiera. “Esto es lo que sucede cuando una ley es tan dañina como esta (27551)”, subrayó Debé, quien insistió en la importancia de volver a la legislación anterior. Algo que en algún momento se sugirió desde el Gobierno, pero quedó en la nada en medio de la agonía de quienes alquilan.

Inmuebles casi sin mantenimiento

Las dificultades para llegar al incremento de la renta muestran situaciones límites prácticamente a diario. Sin embargo, desde el sector inmobiliario destacaron que los propietarios tampoco la tienen sencilla. En primer lugar, debido a la caída en la rentabilidad del alquiler, pero también por los altos costos de mantenimiento que crecen de la mano de la inflación.

“Si se rompe un termotanque o una grifería, hay que pensar en invertir unos $100.000 sin contar la mano de obra”, comentó Puelles. Esta situación impacta en la mínima inversión que se realiza en las viviendas, que comienzan a acusar recibo. El deterioro de los inmuebles es cada vez más común, algo que se traslada a los edificios o consorcios a los que se les dificultan los arreglos o mejores debido al retraso en los pagos.  

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