Abastecimiento: demoras, retaceos y freno en la entregas de distintos productos
La disparada del dólar paralelo en las últimas jornadas es una suerte de estocada para los sectores productivos que trabajan desde hace tiempo con entregas a cuentagotas, importaciones frenadas y dificultades para conseguir insumos.
Mientras más atadas al dólar, mayores dificultades presentan estos días las actividades de la economía. Si hasta hace muy poco una de las preocupaciones principales pasaba por cómo congeniar la logística para acogerse al dólar agro y no morir en el intento, hoy la urgencia tiene que ver con poder mirar una certeza, si eso fuera posible. Es que la escalada del dólar paralelo -que subió unos $60 en la última semana- ha implicado un importante freno a las actividades productivas.
En este contexto, está prácticamente suspendido el movimiento en todo lo que viene del exterior, como neumáticos u otros repuestos importados. Lo mismo sucede con los productos de ferretería, maquinaria y diversos insumos para la producción, que esta semana detuvieron sus entregas o lo hicieron sin precio.
Las importaciones son un dolor de cabeza desde hace tiempo para quienes producen, pero esta situación sube aún más las alarmas, debido a que se desconoce el posible valor del dólar hacia adelante.
Uno de los elementos clave para la producción es el acero y ya se percibe una retracción en la oferta. En palabras de Juan Pablo Solís, de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), se ha disminuido la entrega habitual de acero; algo que sucede de un mes a esta parte. Así, las empresas limitan las cantidades y, como norma general, no hay precio de lo que se puede entregar.
Falta de precio
El empresario explicó que mientras los proveedores locales aceptan enviar acero a las empresas, debido a la existencia de relaciones de confianza, lo cierto es que este envío va sin precio cierto. Y es aquí donde comienzan los problemas ya que, si bien algunos toman la opción con tal de no frenar la línea, la incertidumbre de cuánto puede valer y -por ende- cuánto tendrán que cobrar, coloca un inevitable freno a la producción.
La frase que más se escucha es “te entrego y cuando tenga precio te facturo”, destacaron desde el sector industrial y agregaron que en los casos en que hay una referencia, las listas se realizan de manera diaria, con el desgaste que ello implica para ambos extremos de la cadena. El retaceo de acero por parte de proveedores de otras provincias es algo que se da desde hace un mes y que se ha profundizado esta semana.
Matías Díaz Telli, presidente de la Unión Industrial de Mendoza (UIM), detalló que esta situación se observa en ámbitos que van desde la vitivinicultura y la fruta hasta las dificultades de comprar un repuesto para un camión que despacha la mercadería. “Algunos proveedores directamente han decidido no enviar mercadería, mientas que otros lo hacen sin precio hasta nuevo aviso”, expresó Díaz Telli. Agregó que todo genera un entorpecimiento productivo permanente de capital de trabajo, insumos y ni qué decir del capital de inversión.
Día por día
Muchos comerciantes eligieron el silencio, debido a que poco había para comunicar frente a la incertidumbre. Otros prefirieron el fuera de micrófono. El punto común tuvo que ver con la incertidumbre y con el miedo a perder en medio de subas de precios y de visualizar el techo del dólar. Del lado de los clientes, eran comunes los comentarios de que no había precio o falta de productos; situación que se dio especialmente en los rubros repuestos, automotor, tecnología y ferretería; entre otros.
La mayoría admitió que en estos contextos la especulación se incrementa debido a la falta de certezas de costo de reposición o existencia de dichos productos. Estas dificultades no solo se trasladan a precios, sino también a todas las áreas de la empresa. “Si uno pacta una forma de pago a 30 días, pero después el cliente no puede pagar la futura financiación, se hace muy compleja de diseñar o afrontar debido a la incertidumbre existente”, graficó Solís.
Así, más allá del impacto inflacionario que presentan este tipo de situaciones, hay que sumarle una mayor retracción a la actividad, ya que nadie querrá tomar “riesgos” extra. En palabras de Díaz Telli, para la industria es una situación preocupante, debido a que se necesitan ya no certezas, sino cierto grado de horizonte temporal para poder trabajar.

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