Exportaciones en riesgo

El dato preocupante que llega de Brasil que alarma a empresas argentinas

La falta de dólares en la Argentina es un tema de mucha preocupación. Por este motivo, las exportaciones del país son clave para que la situación no se agrave. Brasil es el principal socio comercial y un freno en la economía vecina puede golpear a las empresas locales.

Horacio Alonso
Horacio Alonso sábado, 25 de marzo de 2023 · 16:50 hs
El dato preocupante que llega de Brasil que alarma a empresas argentinas
El 70% de la producción local del sector automotor se exporta y el mercado brasileño es el principal destino Foto: Noticias Argentinas

La situación de la economía argentina es delicada. A los problemas internos por la falta de dólares y la inflación, se le sumaron conflictos globales que impactan directamente en el país. Primero, la pandemia y, más tarde, la invasión de Rusia a Ucrania y la sequía, son factores que repercuten en un escenario interno de alta fragilidad.

Es conocido el dicho que señala que, cuando un país estornuda, la Argentina se engripa. Una forma de reflejar la dependencia que hay sobre los acontecimientos externos ante la debilidad interna.

Por ejemplo, la crisis bancaria a nivel internacional que se vive en estos días también tendrá su implicancia en las cuentas locales. Todavía no se sabe cuál será el impacto, pero está claro que lo habrá y será mayor en la medida en que este colapso financiero se prolongue en el tiempo.

Si bien este panorama ya es de por sí lo suficientemente serio para la economía local, hay otro problema en ciernes que puede agravar la situación y está relacionado con Brasil.

Se sabe que el país vecino es uno de los principales socios comerciales de la Argentina y hay sectores industriales que dependen de forma muy marcada de sus ventas a ese mercado. Una caída de las exportaciones podría ser un golpe muy duro.

Uno, por ejemplo, es el automotor. El 70% de la producción local se exporta y el mercado brasileño es por lejos el principal destino. Para muchas de las marcas casi es el único. Hoy, esa dependencia es mayor ya que, ante la falta de dólares, las terminales locales necesitan vender lo máximo que puedan al exterior para generar sus propias divisas y poder tener balanza comercial positiva para poder importar el resto de los vehículos que vende internamente.

Incluso, en algunos casos, se sacrifica con demoras en las entregas en las concesionarias locales para cumplir con los compromisos de exportación ante la imposibilidad de aumentar la producción para abastecer la demanda total.

En este contexto, en los últimos días comenzaron a llegar noticias desde Brasil que encienden la luz de alarma en la Argentina.

Varias automotrices de ese país, como Hyundai, Volkswagen, General Motors y Stellantis decidieron parar la producción y licenciar al personal por entre dos y tres semanas.

Si bien es cierto que hay un problema de abastecimiento de semiconductores que afecta la fabricación de 0KM en casi todos los países, a esta situación se suma un incipiente freno en el consumo que está provocando el crecimiento de los stocks.

Las expectativas del sector, según la cámara que agrupa a los fabricantes de autos, eran de un crecimiento de la actividad para este año. Sin embargo, la realidad económica brasileña está obligando a replantear esas estimaciones.

Al asumir el presidente Luiz Inacio “Lula” Da Silva, el pronóstico era de una inflación menor en 2023 respecto al 5,9% del 2022.

Comparado con la Argentina es un nivel muy bajo, pero el país vecino viene de índices inferiores en los últimos años. En los últimos meses de gestión de Jair Bolsonaro se registró deflación.

En las últimas dos semanas, el Banco Central brasileño y economistas privados alertaron que la inflación podría ser mayor a la esperada para el 2023. Este panorama tiene como correlato una suba de tasas que está enfriando la economía por el endurecimiento del crédito.

El sector automotor es uno de los más rápido que siente el cambio de clima, pero es una muestra de lo que sucede en otros rubros. 

En las concesionarias brasileñas reconocen una menor demanda en las últimas semanas. Por el momento, se cree que puede ser algo momentáneo. Sin embargo, la política de mayor gasto social que impulsa la actual gestión brasileña, en esto contexto económico, hace suponer que será difícil bajar la inflación sin un impacto en el consumo.

Tampoco en las fábricas argentinas están recortando los planes de producción, como consecuencia de lo que sucede en Brasil, aunque siguen con atención su evolución. Otra consecuencia del cierre de las plantas en ese país puede ser la disminución de la oferta de 0KM brasileños en el mercado local, pero ante las duras trabas para importar que existen hoy en la Argentina, su impacto se diluirá en este contexto.

En cambio, un freno de la economía del país vecino no sólo afectará a la industria automotriz sino a muchos sectores y eso implicará menor entrada de dólares para un año que, por la sequía, tendrá un recorte de divisas de U$S 20.000, según algunas estimaciones.

Por este motivo, desde la Argentina se mira con preocupación el cambio de clima económico que está registrándose en Brasil

Archivado en