El discurso de Milei: a la espera de confirmaciones, los empresarios apoyan que baje el gasto

El discurso Javier Milei, ya en funciones como presidente de la Nación, no se corrió demasiado de lo que había anticipado como candidato y como mandatario electo. El ajuste, la reducción del gasto, la eliminación de los subsidios en las tarifas de los servicios públicos y la reiteración de que los meses que vienen serán muy difíciles, estuvo en el texto de la asunción. Desde el sector empresario, en líneas generales, prefirieron la cautela hasta tener no solo las medidas concretas que se anunciarían el martes, sino también la famosa ley ómnibus que se enviaría al Congreso esta semana.
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Sin embargo, la mayoría elogió las ideas expresadas de “racionalidad”, “orden” y “sinceramiento” de precios y tarifas. Pese a las dificultades que se anticipan, el sector empresario valoró honestidad sobre la herencia que realizó el flamante presidente, al tiempo que auguraron una luz al final de camino. No obstante, esta semana y mientras terminan de tenerse claras las medidas, se espera una suerte de feriado y un nuevo compás de espera que, esta vez sí, sería el último. Al menos en lo que se refiere a la letra chica de lo que se viene.
En este marco, el economista José Vargas de la consultora Evaluecon, contextualizó el discurso pronunciado en la asunción del domingo. Se mantuvo el hincapié en la herencia recibida como alta inflación y endeudamiento, caída del Producto Bruto Interno y dificultades de todo tipo. Incluso fue más allá al asegurar que todas estas problemáticas se profundizarán durante buena parte de 2024.
“Tal vez todavía las familias no alcancen a avizorar lo que realmente se viene y cuán difícil pueden ser los próximos meses”, expresó Vargas. Agregó que, si a partir del martes se concretan las liberaciones anticipadas en precios de combustible, medicina prepaga y tarifas, la inflación dará un salto cualitativo. “Es una suerte de ‘Rodrigazo’ pero a la moderna”, ejemplificó el economista en alusión al plan de ajuste impuesto en 1975 durante la presidencia de Isabel Perón.
La diferencia del fogonazo que hoy se viene con aquel momento u otros que se han planteado en la Argentina, es que el presidente está en plena luna de miel con sus votantes y posee el aval de la gente -de una parte- para hacerlo. En este punto, José Vargas comentó que, si no lo hace ahora, luego será muy difícil, pero también dejó algunas dudas: “Después veremos hasta dónde la sociedad está dispuesta a soportar estos costos y hasta qué punto también lo hará la política”, subrayó.
La luz al final del túnel
Sin querer hacer la comparación con el famoso “primer semestre” de espera en el inicio del gobierno de Mauricio Macri, que luego pasó al segundo, lo cierto es que hay coincidencia de que los próximos seis meses serán clave. En este punto y pese a su discurso pesimista, el mismo Javier Milei prometió un crecimiento de la economía luego de realizado todo el ajuste. Del mismo modo, la devaluación está asegurada por lo que habrá que ver el piso del valor del dólar que impondrá el mercado.
El flamante presidente, no obstante, evitó fechas concretas y las que él mismo ofreció hablaron de 24 meses de espera. Para no caer en la desesperación, hay que tener en cuenta que en los próximos dos años las elecciones de medio término serán una prueba de fuego para Milei, por lo que se espera que, de haber mejora, se comience a percibir mucho antes. En este marco, habrá que ver los alcances e impacto de la desregulación y apertura comercial que se promete.
En este marco, el presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM), Eduardo Pulenta, expresó que el discurso de asunción realizó una buena descripción de la realidad con relación a los niveles de pobreza, inflación, cepo e inseguridad. “Ahora tenemos que esperar las medidas económicas, hay alta expectativa y creo que hay que tener paciencia, así como apoyar al presidente electo democráticamente”, destacó Pulenta.
El presidente del CEM se esperanzó con un futuro mejor para los argentinos y coincidió con la idea de Diego Stortini, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM) y de Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi). “Todos esperamos la primera semana y tener las medidas o leyes en la mano para mayor claridad”, explicó Stortini.
“Habrá que ver si podemos tener un dólar realmente competitivo para exportar y qué pasará con las importaciones”, dijo Fabián Ruggeri. El deseo de esta entidad tiene que ver con que el próximo Gobierno apueste por la producción al tiempo de que lleven adelante políticas de manera lógica. “El ajuste para el Estado es algo que pagamos todos y habrá que ver cuánto soportamos y cuán profundas son las medidas”, dijo Rugeri.
Con relación a las medidas, el representante de la FEM opinó que la posibilidad de darle racionalidad al gasto del Estado podría convertirse en la gran épica de esta administración. La reestructuración a nivel nacional, de la mano de las privatizaciones, auditorías y de más control a los empleados públicos, deja la pelota del lado de las provincias y los municipios. “Esto deja un signo de pregunta para el ajuste en estas líneas estatales”, comentó Stortini.