Bioinsumos: los productores podrían ahorrar hasta un 70% en dólares
En qué consiste el método de producción que permite acortar, de manera importante, los tiempos de cosecha y lograr un mayor ahorro en los costos de producción.
Por primera vez en la historia, una chacra de Salto Encantado, provincia de Misiones, cosechó tabaco burley en octubre en vez de hacerlo en diciembre. Aunque apenas dos meses de diferencia parezca un dato menor, en la práctica implica que se lograron esquivar los factores ambientales que condicionan a la producción agropecuaria. Uno de los principales factores a los que se atribuyó el adelanto de la cosecha, fue gracias a la utilización de bioinsumos. Los expertos estiman que el rendimiento será mucho más alto que la cosecha tradicional.
Es fundamental destacar el rol de los bioinsumos en la producción de tabaco. A comparación de otros insumos, se logra un "ahorro del 70% en los costos" según Carlos Pereira, Subsecretario del Tabaco de dicha provincia del Litoral. “Esto es una forma de incentivar a que el cambio cultural sea cada vez más rápido”, agregó por su lado Pereira. “La sociedad está exigiendo un cambio frente a nosotros y ese cambio lo estamos viendo en los resultados del sector del tabaco”, sumó el funcionario, quien destacó que en un futuro podrán vender un cigarrillo casi totalmente orgánico.
Desde el sector hablan de un beneficio de triple impacto, en lo que respecta a lo social, lo ambiental y lo económico, y no quedan dudas que el futuro es por ese camino. “Las ventajas ambientales son inocultables”, explicó Joaquín Basanta, presidente de Agro Sustentable, fabricante de productos orgánicos para cultivo. En el caso de la producción de tabaco, Basanta señaló que los bioinsumos, gracias a su acción bioestimulante -que permite una mayor tasa de crecimiento y desarrollo del cultivo, además de proporcionar una mayor resistencia frente a adversidades- escapan a las altas temperaturas y a las potenciales sequías.
Asimismo, con el adelanto de la cosecha (en octubre en vez de diciembre) se evita una mayor incidencia de plagas y enfermedades que se dan en esas condiciones ambientales. El tema estacional es clave, ya que de esta manera se puede desarrollar el cultivo a lo largo del año, logrando una mejor disponibilidad del uso de la tierra y asegurándose de cosechar un producto en mejores condiciones ambientales.
Éxito en Argentina, y también en el mundo
El boom de los bioinsumos no llegó sólo al tabaco. Está comprobado que, en varios casos, los bioinsumos representan un ahorro para los productores, incluyendo el mercado más potente de Argentina que es la soja. Resultados de estas características ya están observándose en Brasil. “En las últimas tres campañas, la adopción del insumo orgánico alcanzó el 80% del sistema de producción de soja en Brasil; pero, además, en el ciclo productivo 2019/2020, donde se sembraron 35.9 millones de hectáreas de soja, el tratamiento de este bioestimulante generó un ahorro para los productores de 15.200 millones de dólares en fertilizantes”, explicó Marco Nogueira, Investigador Principal de la soja de la Corporación Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).
En Brasil, el ahorro también se observó en el maíz, donde se obtuvieron “ganancias importantes de rindes, con mayor concentración de nitrógeno en granos que se tradujo en mayor proteína. Toda esta mejora en el sistema radicular, es un ahorro para los productores de 15,3 dólares por hectárea promedio”, detalló Nogueira. Europa no se queda atrás en este camino. Entre quienes encabezan esta transformación se encuentra Francia, que busca reducir para 2030 a la mitad el uso de químicos, reemplazarlos y combinarlos con biológicos.
La Unión Europea también establece metas de reconversión en la producción agrícola de cara a 2030, aunque según el experto francés Christophe Maquin, director de marketing de De Sangosse, resaltó que “no será una tarea sencilla, pero debemos estar preparados para afrontar el nuevo mercado que se viene y que seguramente se extenderá a otros países del mundo”. Maquin consideró que los bioinsumos pueden desempeñar un papel clave en la conformación de un nuevo paquete tecnológico que se alinee con la tendencia a la descarbonización de los procesos productivos y que den respuesta a las crecientes regulaciones sobre el uso de agroquímicos.
Mientras se continúan buscando reglamentaciones al respecto, la revolución de los bioinsumos llegó para quedarse y promete continuar brindando soluciones tanto al campo como a la sociedad en general.