Sergio Massa, Javier Milei y una agenda caliente que va de la dolarización a los superávit gemelos
El último debate presidencial dejó en blanco sobre algunas de las principales propuestas económicas de los candidatos, pero también las trabas para implementarlas en un contexto complejo.
Al menos en lo superficial, quedaron firmes en el debate de anoche las dos propuestas económicas de Javier Milei y Sergio Massa. Para el candidato a presidente por La Libertad Avanza (LLA) son innegociables la dolarización y la demolición del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
En el caso del hombre del oficialismo, su propuesta es la de conseguir ya en el 2024 los superávit gemelos, fiscal y comercial. Ninguna novedad, en ninguno de los bandos, salvo la ratificación de una realidad. Ambos tendrán serias dificultades internas en sus alianzas electorales para llevar las misiones adelante.
En cuanto al libertario, el problema es más abierto y con una disputa a la luz del día. Milei no tiene los votos necesarios en el Congreso Nacional para que ambos polémicos proyectos puedan ser aprobados. Incluso, haciendo números, tampoco tendría la cantidad de manos levantadas suficientes como para que la dolarización y el cierre del BCRA puedan ser tratados en la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, la cámara de entrada para ideas de ese calibre y temática.
Incluso, su alianza con el ala macrista de Juntos por el Cambio (JxC) dejó en claro que no incluye un acuerdo para tratar los dos temas, al punto que, en boca de la propia Patricia Bullrich, son cuestiones que quedaron "en un paraguas" a ser debatidos luego de la elección y de haber "derrotado al kirchnerismo".
Economistas en carpeta
El problema es que los economistas de JxC dejaron ya en claro que no avalan la idea, que no piensan recomendarla y que, mucho menos, consideran sumarse a un proyecto que incluya a la dolarización y la demolición de la entidad financiera madre como propuestas irrenunciables.
Milei insiste además en una rara iniciativa: quiere reunir a todos los economistas que él valora y que estuvieron cerca de JxC durante el proceso electoral (acompañando a Horacio Rodríguez Larreta o Bullrich), para convencerlos de la necesidad de las dos propuestas. Piensa en tres nombres: Daniel Artana, Rodolfo Santángelo y Ricardo López Murphy. Por ahora, públicamente, sólo el primero ya se pronunció, y por la negativa. Se puede anticipar que tampoco los otros dos profesionales están dispuestos a acompañar la cruzada.
Por el momento, entonces, los únicos nombres confirmados son los de Guido Sandleris, Luis "Toto" Caputo y Rodrigo Pena, un especialista en presupuesto, valorado en todos los frentes. Quien sigue perfilándose como candidato principal para el Ministerio de Economía es Federico Sturzenegger, pero en su calidad de hombre de Milei, más que por ex macrista.
La idea maestra
En el caso de Sergio Massa, su idea fuerza es lograr los "superávit gemelos", con un resultado positivo en lo fiscal de 1% del PBI y exportaciones superiores a las importaciones en no menos de U$S 10.000 millones. En ambos casos, metas superiores a las fijadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el 2024 de un déficit fiscal de 0,9% y de aumento de las reservas en el BCRA de no menos de U$S 5.000 millones.
Se sabe, y lo anticipó MDZ, el objetivo de superávit fiscal se basa en la idea fuerza que aporta Roberto Lavagna al plan de Massa. La principal característica de lo que se está trabajando es cierta heterodoxia, pero sustentándose en una máxima de la ortodoxia que Lavagna aplicó a rajatabla en el momento de asumir responsabilidades en el Palacio de Hacienda, cuando a comienzos del 2002 debió volver de su rol de embajador ante la Unión Europea (UE) ante un llamado doble de Duhalde y Raúl Alfonsín para tomar el timón de la economía.
Considera Lavagna que es indispensable que la próxima gestión económica, sin eufemismos y con un plan creíble, vaya a la búsqueda de al menos un equilibrio fiscal sólido y sustentable, y un superávit crocante de dólares en el Banco Central.
Lo primero que impulsará este plan será, tal como adelantó MDZ, es la "Caja Única Fiscal, aquella propuesta que lo terminó de enemistar con Kirchner y que resultó su Waterloo con la gestión kirchnerista de primera instancia.
Es una idea que a comienzos de 2004 Lavagna intentó aplicar, en medio de un gabinete en el que ya había perdido gran parte de su poder de control de ingresos y gastos en manos del propio Kirchner y de lugartenientes del entonces presidente como Julio de Vido, ya mandamás del otrora poderoso Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.
En los tiempos de Eduardo Duhalde, Lavagna mantenía un control férreo de las cuentas públicas, garantizando desde el 2002 un superávit fiscal que, a la postre, se mantuvo hasta el 2005. Y que llegó en algún momento a proyectarse en un 3% del PBI. Un nivel que a los ojos actuales parece una utopía.
Radica aquí el principal problema de Massa y su propuesta basada en la estrategia fiscal de Lavagna. Y puede resumirse en una pregunta. ¿Qué opina el kirchnerismo de un plan basado en reducir el gasto público, el que además fue rechazado por el padre del movimiento, Néstor Carlos Kirchner?