Nuevos presupuestos, sujetos a “lo que pase después de las elecciones”
Es la nueva inscripción que se adjunta, al menos hasta el balotaje y que se suma a la inflación esperada así como posibles modificaciones en el contexto general. Una transición que se alarga.
En un contexto de inflación que nada tiene de nuevo, los presupuestos que se otorgan en los distintos rubros suelen tener una validez de quince días, aproximadamente. Quienes se manejan con presupuestos y pagos que implican varios meses suelen incluir en las cotizaciones la inflación estimada para cada mes. Es el caso de salones de fiestas, obras, construcciones, etc.
La distorsión de precios relativos y la dificultad para acertar el valor de un bien lleva, por un lado, a procesos especuladores, campañas del miedo o cierre de ventas. Con la incertidumbre poselectoral y las dos posturas contrapuestas en danza, esta situación se ha llevado al extremo. Es que la mayoría de las empresas debe seguir adelante y no puede cerrar o no vender hasta nuevo aviso o el balotaje del 19 de noviembre.
De este modo, una vez pasadas las elecciones de octubre, quienes habían esperado hasta entonces no pudieron hacerlo más. El temor así como la sensación de que “cualquier cosa puede suceder”, ha llevado a muchas empresas a enviar presupuestos sujetos a los cambios de la economía nacional.
Aclaración importante
Algunos de manera específica y otros de forma solapada, señalan al final de la propuesta enviada que los precios son los mencionados, de no mediar cambios a nivel macro. Es el caso de algunas escuelas de verano que no pudieron aguantar más y a partir del 23 de octubre tuvieron que informar sus valores.
De este modo, los precios que comunicaron para la temporada 2023/24 fueron con la siguiente inscripción: “Todos los precios están sujetos a posibles modificaciones dependiendo de los cambios en la Economía Nacional”. En el mismo tono, otros enviaron los valores y aclararon que los precios están “sujetos a modificación luego de las elecciones presidenciales”.
En esta línea y aunque con mayores dificultades para llevarlo adelante, este tipo de advertencias también se realizan en los paquetes vacacionales así como en los precios de alojamientos de cara al verano. “Nadie quiere quedarse atrás, pero también esta situación de incertidumbre favorece la especulación”, opinó un comerciante que prefirió no dar su nombre.
Orientado al rubro gastronómico y con la temporada fuerte en las fiestas de diciembre, este pequeño empresario está acostumbrado a la volatilidad. Recordó que el año pasado a semanas de la Navidad, sus proveedores no le fijaban precios y él no sabía cuánto cobrar productos tan tradicionales como un matambre o un pollo relleno.
En este espacio, que también ha comenzado a elaborar presupuestos no solo para las Fiestas sino para diversos eventos corporativos, la aclaración es similar con respecto a la incidencia electoral en la posible modificación de los precios.