Los cuidados que hay que tener al hacer trámites bancarios por WhatsApp

A veces la inmediatez o quizás la comodidad puede llevar, sobre todo a empleados de entidades financieras, a cometer algún error involuntario según los cánones y prácticas regulatorias, lo que deviene en sanciones, algunas económicas.

Es el ejemplo, según cuenta el diario financiero británico 'Financial Times', del banco de inversión estadounidense Morgan Stanley, que sancionó con multas que oscilan desde unos miles de dólares por empleado, hasta más de un millón de dólares a trabajadores de la entidad que realizaron gestiones oficiales a través de WhatsApp y otras plataformas de mensajería.

A la hora de aplicar las sanciones, el banco lo haría en función de un sistema de puntos que tiene en cuenta factores como la cantidad de mensajes enviados, la antigüedad del banquero y si este recibió advertencias previas. Al respecto, en función de la magnitud de la sanción correspondiente, los fondos se habrían recuperado del desembolso de bonus anteriores o se descontarán de pagos futuros.

Cabe recordar que en septiembre del año pasado, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) multó a una decena de firmas de inversión de EE.UU. con una sanción conjunta de 1.100 millones de dólares por no guardar registros de sus comunicaciones internas, según informó en un comunicado.

La SEC sancionó con 125 millones de dólares a Barclays, Bank of America, Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank, Goldman Sachs, Morgan Stanley y UBS. Asimismo, multó con 50 millones a Jefferies y Nomura, mientras que la firma Cantor Fitzgerald abonó una multa de 10 millones.

Lo que ocurrió fue que entre enero de 2019 y septiembre de 2021 los empleados de estas firmas se comunicaron sobre asuntos vinculados a negocios de las entidades usando aplicaciones de mensajería en sus dispositivos personales. Por ello, las empresas no mantuvieron registros de estas conversaciones, contraviniendo la legislación actual.

Claro que alguno puede haberle venido bien que no haya quedado registro, pero la picardía la termina pagando el empleado, salvo que sea compinche. Lo cierto es que las normas internacionales, y sobre todo en los mercados desarrollados, son muy celosas de estas cuestiones. Por las dudas, a la hora de algún trámite u operación mejor realizarlos por los canales formales.