El inesperado golpe a un tipo de vino que estaba de moda

Desde hace casi dos años, la industria vitivinícola argentina está afectada por la falta de botellas. Al aumento del consumo de vino durante la cuarentena, se sumó a la parada de las fábricas cristaleras, por las restricciones sanitarias, más una lenta recuperación de la producción y la falta de insumos importados.

Una serie de factores que hace que la provisión de envases esté entre 20% y 30% por debajo de la demanda.

Si bien el problema tiende a normalizarse, todavía continúa. El incendio de una planta productora, volvió a complicar el panorama.

Sin embargo, no afecta a todos por igual. Las bodegas más grandes lograron garantizarse un abastecimiento mejor. Las medianas o chicas siguen con dificultades

Tampoco golpea a todas las variedades de vinos por igual. La escasez de envases hace que no haya opción de elegir y las botellas blancas o incoloras son las más preciadas y, por consiguiente, las más difíciles de conseguir.

Más a partir de la parada de un horno que se dedica exclusivamente a la producción de botellas blancas y que recién para julio alcanzaría su ritmo normal. La proporción de la producción de botellas es de un 20% para blancas y el resto para las que tienen color.

Parece un dato menor, pero está impactando en la tendencia de producción y poniéndole un freno a una moda que venía en aumento como la venta de vino rosado.

En el caso de los tintos, la utilización de botellas de color, por ejemplo las verdes, no es una traba determinante. Incluso, se busca este tipo de envases que le brinda una imagen especial al producto envasado.

Para los blancos y los rosados, una botella verde, anula la posibilidad de transmitir sensaciones a partir de la coloración que tengan los vinos. Este último caso es el más golpeado.

“En el caso de los vinos blancos, pueden ser envasados en botellas que tengan cierta coloración, mientras que los rosados necesitan una botella blanca porque el color del producto es un factor determinante. Es por donde va diferenciarse y a atraer al consumidor” explicó a MDZ Sergio Villanueva, gerente de Unión Vitivinícola Argentina.

Esto hace que las vinos blancos tengan otra opción. Sin embargo, se resiente la demanda. Según un empresario del sector, la rotación en supermercados del vino blanco envasado en botellas de color es menor que las que están en botellas blancas.

Las dificultades que están enfrentando algunas bodegas son importantes, ya que están obligadas a cambiar su estrategia comercial ante esta crisis de envases.

“Tuvimos que reducir la venta de vino rosado porque no podemos ofrecerlos en botellas de color. En un tema serio porque habíamos planificado un crecimiento importante de nuestra producción de este producto” señaló a MDZ una ejecutiva de una bodega.

Si bien el consumo de vino rosado es bajo, venía mostrando una mayor presencia, siguiendo la tendencia que se registra en el mundo. Según los datos del 2021, el 4% de los vinos que se venden son de esta variedad. El 28% corresponde a blancos y 68% a tintos.

Las bodegas pequeñas o boutiques están más complicadas porque apostaron a este tipo de productos para penetrar en un nicho en crecimiento.

“Hay una tendencia mundial de crecimiento de determinados tipos de vinos. Los que se pueden tomar fríos, con menor graduación alcohólica, más bien dulces y que se puedan mezclar con otras bebidas. En este caso, los rosados generan otras oportunidades de consumo” agregó Villanueva.

La importación de envases no es la solución ya que, además de los problemas para acceder a divisas que tienen las empresas de distintos sector, los precios de las botellas en el exterior son muy elevados.