Políticas polémicas

Los dos datos que muestran cómo el Gobierno nacional genera inflación

Con los datos del Indec de abril, se confirma cómo las políticas del Gobierno nacional fomentan la inflación más que combatirla. El rubro indumentaria y el de hotelería son los que más aumentan. Se benefician con proteccionismo y subsidios ya innecesarios que hacen subir los precios.

Horacio Alonso
Horacio Alonso viernes, 13 de mayo de 2022 · 11:06 hs
Los dos datos que muestran cómo el Gobierno nacional genera inflación
Foto: Télam

Del análisis del aumento del 6% del costo de vida de abril surge una conclusión: no son los empresarios los que impulsan la inflación, sino las mismas políticas del Gobierno nacional. Los sectores que más subieron el mes pasado son los que se están beneficiando con la política oficial de proteccionismo y subsidios.

El rubro indumentaria y calzado encabezó el ranking con 9,9% de incremento, mientras que el segundo lugar fue ocupado por Hoteles y Restaurantes con 7,3%. No es casual.

En el primero de los casos, se trata de un sector que tiene una fuerte protección contra la competencia externa, principalmente, por el cierre de las importaciones y aranceles

Esto hace que cualquier producto cueste en la Argentina el doble o más que en otro país. Es un rubro que golpea más a la población de recursos bajos y medios. Quienes tienen oportunidad de viajar pueden comprar ropa en el exterior a precios mucho más bajos.

Un dato para tener en cuenta es que el actual secretario de Industria, Ariel Schale, proviene de la fundación ProTejer, una entidad que combate cualquier indicio de apertura económica en el sector textil, como el juego de palabras de su nombre lo insinúa.

La justificación de este cierre a la competencia es la defensa de los puestos de trabajo. El sector textil debe ser de los sectores de mayor incidencia del trabajo informal.  Poco hace el estado para regularizar esta situación.

Además de las barreras arancelarias, la protección que tiene este sector también está dada por precios dolarizados con salarios en pesos devaluados. Es lógico que, ante este escenario, los precios estén descontrolados y los industriales locales, como suele decirse, cazan en el zoológico.

En el caso de la hotelería y restaurantes, es cierto que por la cuarentena, es un sector que sufrió la parálisis económica. Por ese motivo, los precios del sector venían rezagados, pero ya hace meses que se terminaron las restricciones sanitarias y los principales destinos turísticos han recuperado sus tarifas.

Desde el Gobierno nacional se implementó el plan de subsidios PreViaje que generó una gran demanda. Fue entendible, en todo caso, en la primera parte de la salida de la cuarentena. Después de esa etapa inicial hizo que se recalentara innecesariamente la demanda, la ocupación hotelera estuviera a pleno o desbordada y los precios subieran por arriba de lo normal.

Con un subsidio que hace que los consumidores paguen el 50% de valor de los servicios, la práctica en el rubro hotelero fue de subir fuerte las tarifas ya que al pasajero le costaría la mitad. Como no se limitaba a un nivel determinado de hotelería, lo que sucedió fue que alojamientos de lujos llenarán sus habitaciones con el subsidio estatal a sectores de altos ingresos.

El otro 50% de lo que los consumidores pagaban por un hotel, podía ser utilizado, mediante una tarjeta, para consumir, por ejemplo, en restaurantes.

El Gobierno nacional ya anticipó que habrá una tercera etapa de PreViaje para los próximos meses y eso ya está impactando en la tendencia de precios.

Los valores de reserva de alojamiento, para después de las vacaciones de invierno, se ajustarán al ritmo de la mayor demanda que se espera por este nuevo subsidio.

Es decir, el Estado entrega dinero para que haya una alta ocupación hotelera y, por este motivo, los precios del sector se disparan, como confirman las últimas mediciones del Indec, con este rubro entre los que más suben.

A esto se suma que, con las trabas para viajar al exterior (dólar “turista” con recargo impositivo, fin de pago en cuotas y pocas frecuencias aéreas con altos precios) hace que muchos argentinos no tengan alternativa y se vuelquen al turismo interno.

Ya con esta sola medida, la hotelería local tendría altos niveles de ocupación, pero con precios más bajos.

Esto sin contar que para dar estos subsidios, el Estado tiene que emitir y ese mayor circulante de pesos, termina, generando más inflación.

El otro factor es la brecha cambiaria, que surge por el cepo al dólar que dispuso el Gobierno. Este desdoblamiento beneficia a los turistas extranjeros que llegan con billetes que pueden cambiar en el mercado “blue”, especialmente los que vienen de países vecinos. La hotelería de los principales destinos turísticos están demandados por viajeros que tienen un alto poder de compra. Esto hace que las tarifas de hotelería y restaurantes estén presionadas a la suba por este fenómeno que genera el mismo Gobierno con su política económica.

Uruguayos, brasileños, chilenos, principalmente, se benefician de esta anormalidad cambiaria que hace que el país sea barato para sus ingresos. Sus principales consumos están en hoteles, restaurante y, también, indumentaria, ya que con dólares a $205, todo es buen negocio para comprar.

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