Ecos del discurso

La inversión que confirmó Alberto Fernández pero aún es un proyecto

El presidente Alberto Fernández destacó, en el discurso de apertura de sesiones, una inversión de una empresa australiana para producir hidrógeno "verde". La dio por confirmada. Desde el sector energético local como desde Australia, señalan que recién está en etapa de estudio.

Horacio Alonso
Horacio Alonso miércoles, 2 de marzo de 2022 · 11:58 hs
La inversión que confirmó Alberto Fernández pero aún es un proyecto
Foto: EFE

Durante el discurso de apertura de sesiones ordinarias, el presidente Alberto Fernández habló del proceso de inversiones que hay en el país. En ese punto, mencionó de forma especial, como la "más importante", un desembolso de US$8.000 millones por parte de la empresa australiana Fortescue Future Industries para la producción de hidrógeno verde en la Argentina.

El anuncio inicial fue realizado a comienzos de noviembre pasado, durante la gira que el primer mandatario llevó a cabo por Europa. En esa oportunidad, tuvo un encuentro con el propietario de la compañía, el millonario Andrew Forrest. La idea de este holding es generar energía “limpia” en la provincia de Rio Negro.

Más allá del entusiasmo presidencial, que dio a entender que la inversión está confirmada, la realidad muestra que todavía está en fase de análisis y que su concreción requerirá de un proceso largo de estudios y decisiones que demandará tiempo.

Tal como informó MDZ al conocerse el anuncio, a fines del año pasado, la compañía australiana recién había realizado, dos meses antes, el llamado a licitación para hacer un estudio de factibilidad para invertir en la Argentina.

Es decir, todavía no está efectuada la viabilidad del proyecto, el paso inicial para decidir su concreción y comenzar a avanzar en cuestiones claves como, por ejemplo, la forma de financiación.

Fuentes australianas consultadas por este medio, explicaron, en esa oportunidad, que Fortescue está desarrollando una estrategia a nivel global para apostar a energías no contaminantes y, por ese motivo, busca expandirse en el mundo. En ese contexto, viene anunciando proyectos de inversiones en distintos países como Congo, India, Tasmania, Kazajistán y Brasil, entre otros. La Argentina está entre ellos.

Fuentes locales del sector energético, explicaron a MDZ en qué estado está el proyecto: “Se está trabajando en cuestiones que no requieran desembolsos importantes de dinero. Por ejemplo, recién se están midiendo vientos para los parques eólicos que deberían generar la energía verde para la producción del hidrógeno. Esto es algo a mediando a largo plazo, que requiere de muchos pasos previos. Si la pregunta es si está avanzando, la respuesta es sí. Lento, pero avanza. De ahí a concretarse, es imposible asegurarlo ahora”.

En ese sentido, uno de los problemas más difíciles de sortear tiene que ver con la infraestructura de todo tipo. Por ejemplo, el transporte.

“La Argentina tiene hoy una capacidad de alrededor de 4,5 gigas de energía renovable. El proyecto australiano, como está anunciado requiere, en su punto máximo, de 10 gigas. Más del doble. Esto para tener una idea de su magnitud. Hoy no se pueden ampliar los parques eólicos o solares ya instalados por problemas de transporte. Son obras que llevan años y que requieren inversiones previas. Muchas, las que tiene que hacer la Argentina. Estas plantas son claves porque son las que alimentan el proceso de electrólisis necesario para generar hidrógeno verde”, agregaron.

En tanto, desde Australia, fuentes que siguen de cerca el proyecto, coinciden en darle el contexto real. “Se están haciendo estudios en muchos países. Una vez que estén concretados, vendrá la parte más difícil. Cuando se tengan los estudios de factibilidad, la empresa va plantear qué condiciones ofrece cada país. Los va a poner a competir a todos. El dinero que tengan para invertir se va a repartir entre los países que sean más atractivos desde el punto de vista económico. La decisión definitiva – la Final Investment Decision, el término que se utiliza en estos proyectos – se va a tomar en base a cuál va a ser la ganancia de la compañía. Tal proyecto va a dar un retorno de tanto por ciento. Este otro, de tanto. La inversión va a ir a los países que permiten mayor retorno. Dentro de ese retorno, está contemplado el riesgo. Con el riesgo que ofrece la Argentina ahora, respecto a otros países, el retorno tiene que ser mayor. Ese estudio se presenta al directorio de la compañía y ellos deciden si se aprueba un proyecto o no, según la ganancia que ofrezca”.

En cuanto al gobierno argentino, habría un viaje a Australia del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para avanzar con el proyecto. La historia de esta relación de Forrest con la Argentina se remonta a varios años atrás y encierra una particularidad política. Está claro que inversiones de esta magnitud van más allá del accionar de un presidente o una gestión de un Gobierno. Llevan mucho tiempo de estudio previo y un lapso mayor de concreción, por lo que se enmarca en una visión estratégica de la empresa que decide invertir en determinado país, más que la coyuntura.

En este caso, queda en evidencia. Pese al anuncio de  Fernández, se viene trabajando en este tema desde hace tiempo. Hay que remontarse al inicio del vinculo de este empresario con la realidad argentina que se sintetiza en una frase que pronunció Forrest: “Hay que chequear si lo que dice esta gente es verdad, porque de ser así tenemos que estar en la Argentina ahora".

La dijo a comienzos del 2016, ante un grupo de funcionarios argentinos del Gobierno de Mauricio Macri, que convocaron la reunión para mostrar los planes en económica que tenía la nueva gestión de Cambiemos. En ese momento, todo apuntaba a la actividad minera de la cual Australia es una potencia y la Argentina no lograr desarrollarla en cuanto a sus posibilidades.
Desde entonces, se realizaron numerosos eventos en ese país, impulsados por el Gobierno anterior, en los que participó Forrest. También contactos con empresarios argentinos para sondear las posibilidades de inversión. Uno de los que habló con el magnate australiano fue Gustavo Grobocopatel.

Fuentes que participaron de algunas de esas reuniones revelaron a MDZ que la relación de Forrest con la Argentina es de “amor a primera vista”. Aseguran que quedó fascinado con las posibilidades que tiene el país. Tanto es así que, a mediados del 2016, el empresario visitó Brasil, durante los Juegos Olímpicos, y se hizo un espacio para viajar a la Argentina para reunirse con el entonces presidente Macri. Posteriormente, creó Forrest Argentina, tomó 150 empleados, y comenzó a analizar proyectos de inversión. En ese momento, el centro era la minería.

Lo que había cautivado al magnate australiano era el giro económico que estaba realizando el país y su potencial, a partir de esa decisión. También formulaba duras críticas a las ideas populistas. Sin nombrar al kirchnerismo ni al peronismo, pensaba que el “liderazgo socialista” había destrozado al país.

Su pensamiento quedó plasmado en una entrevista que se le realizó, en mayo del 2018, durante el Gobierno el Macri, en la que participó también la ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Julie Bishop. “Argentina es un país rico en recursos con gente fabulosa. Ha tenido un liderazgo socialista, durante 75 u 80 años, que ha destrozado al país, pero la gestión fiscal de ahora de ese país es responsable. Estamos viendo en América del Sur que el gran experimento socialista-populista finalmente llega a su fin…Esa llama se ha encendido en Argentina y espero que se extienda por Sudamérica por el bien del mundo”, decía Forrest.

En medio de todas esas idas y vueltas, aparece el exrugbier, Agustín Pichot. Una figura importante hoy en esta trama ya que es el representante de la compañía en la Argentina. Forrest tiene una franquicia de un club de rugby australiano y de ahí surge la relación con el excapitán de Los Pumas.

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