Búsqueda desesperada de dólares

Blanqueo de capitales: las tres condiciones que debe cumplir para ser exitoso

Cada gobierno argentino en las últimas cuatro décadas tuvo su incentivo a blanquear capitales, que invariablemente busca una sola cosa, detectar capitales fugados y sin declarar. El impulso del acuerdo de intercambio de información tributaria con Estados Unidos.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño miércoles, 7 de diciembre de 2022 · 19:30 hs
Blanqueo de capitales: las tres condiciones que debe cumplir para ser exitoso
El Gobierno avanza en un blanqueo de capitales, que tiene como condimento el acuerdo logrado con Estados Unidos para detectar bienes de argentinos en ese país que no hayan sido declarados.

Sin importar ni el país ni la circunstancia del llamado, la norma general y consensuada sobre los blanqueos define que, para que éstos sean exitosos, deben cumplir tres condiciones indispensables. E innegociables. Y que todo Gobierno que impulse este tipo de llamados debe respetar. Éstas son:

1) Que no revise hacia atrás.

2) Que libere de responsabilidades hacia adelante.

3) Que sea negocio.

Sólo luego de garantizar estas tres características, vale considerar lo que, en general, es más importante para el gobernante: el factor temor. O dicho de otro modo, el miedo que pueda tener una persona con dólares en el exterior que se descubran esas posesiones y las autoridades puedan abalanzarse sobre ellas.

Este ranking de prioridades también lo tiene presente, y le preocupa, al equipo económico nacional que necesita que el llamado sea exitoso para, al menos, conseguir un aumento en las reservas del Banco Central de no menos de U$S 3.000 millones limpios durante el primer semestre del 2023. Conoce la realidad del potencial público blanqueador, y de las dudas que la realidad argentina genera en los eventuales interesados.

Mientras tanto, el equipo económico recibió una novedad. El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio el aval al proyecto de blanquero impositivo y de capitales que Sergio Massa oficializó esta semana. No porque le gusten los blanqueos. Sino porque ayudará al país a lograr una de las tres metas pactadas con el organismo: aumentar las reservas.

Los fundamentos

La negación a la revisión hacia atrás se basa en que ningún organismo recaudador, en el caso argentino la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), debe preguntar cómo fue que los dólares que se exponen en el blanqueo fueron logrados. Queda fuera del requerimiento de liberación de información, la posibilidad que hayan sido obtenidos vía tráfico de armas, personas, narcotráfico, corrupción y delitos similares; los que son penalmente objetables a nivel mundial.

Fuera de estos ítems, para que alguien se interese en exponer sus dólares no declarados, en este caso la AFIP, no debe preguntarle al interesado de dónde sacó el dinero y con qué actividades desarrolladas teóricamente en Argentina, consiguió las divisas que luego no declaró. Simplemente, debe aceptar que el dinero existe y que hacia delante estarán dentro del sistema financiero habitual. Local o extranjero.

En cuanto a lo que suceda hacia delante, y luego de pagar todas las multas y penalidades que se impongan para blanquear, las reglas de juego no deben alterarse. Y, bajo ninguna circunstancia pueden cobrarse más impuestos que los que ya se liquidaron luego de haber aceptado el llamado del Gobierno nacional a exponer los capitales no declarados.

Esto incluye, obviamente, la eliminación de cualquier delito que se hubiera cometido, como tampoco perseguir con una mayor presión impositiva que a cualquier otro contribuyente del sistema tributario local.

Debería sumar también el compromiso de mantener el secreto de la presentación, y el cuidado de parte de las autoridades de no aparecer en ningún listado mediático con detalles de las personas y montos blanqueados. Sobre todo, si estas publicaciones obedecer a cuestiones políticas e ideológicas, de cualquiera de los lados de la grieta. 

Una penalidad "barata"

Finalmente, y de manera obvia, blanquear el dinero debe ser buen negocio para la persona que se volverá contribuyente. Si, por el motivo que sea, una persona decide ingresar dólares al sistema financiero y tributario legal del país; debe ser porque ganará dinero. O no lo perderá.

Puede haber también motivaciones personales y familiares, las que, a la larga, también pueden relacionarse con rentabilidades generales. Esto incluye donaciones.

El acuerdo de intercambio de información tributaria con Estados Unidos es clave para que avance el blanqueo de capitales.

La relación directa con el llamado a un blanqueo al negocio potencial, que puede haber a oficializar dinero no declarado con anterioridad, es que la penalidad sea la suficientemente barata (o no tan cara, que es lo mismo), como para que el cálculo final termine siendo positivo.

Para el contribuyente, la duda sobre este punto incluye también la percepción sobre el principal argumento del Gobierno: la idea del temor. El miedo a que los dólares no declarados se descubran. En este caso, los depositados en cuentas de los Estados Unidos que hayan tenido movimientos, datos que en teoría llegarían a la AFIP en septiembre del 2023.

Debe creer el contribuyente que esta alternativa es cierta. Que de verdad las autoridades locales podrán acceder a los datos de los residentes locales con dinero no declarado depositado, con movimientos en bancos de EEUU, y que éstos pueden ser detectados. Esto debería tener un costo detectable, y la persona con potencialidad blanqueadora poder realizar un cálculo de conveniencia de declarar o no esos fondos. En definitiva, si es o no negocio. 

 

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