Economía de campaña

El dólar y la inflación le marcan la agenda electoral al oficialismo

En medio de una contienda electoral, la realidad económica y social le marca los pasos al oficialismo. El dólar y la inflación son temas que preocupan.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño domingo, 1 de agosto de 2021 · 09:21 hs
El dólar y la inflación le marcan la agenda electoral al oficialismo
Alberto Fernández durante un encuentro por zoom. La campaña del oficialismo ya inició. Foto: Télam

El gobierno no devaluará. Ni antes ni después de las elecciones. El dólar oficial, en lo que resta del año y gran parte del 2022, sólo acompañará desde atrás la evolución de la inflación; la que, para el Gabinete Económico, irá disminuyendo en lo que resta del 2021. Esta fue una decisión tomada el viernes 23 de julio, en la conversación privada que mantuvieron el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a horas del cierre de las listas para las legislativas de noviembre y donde los dos principales referentes de la coalición gobernante se juramentaron cerrar filas para llegar a la elección de la mejor manera política y económica posible.

Fue en el mismo encuentro donde el jefe de Estado cerró con su compañera de fórmula el aval para que el ministro de Economía Martín Guzmán utilice libremente los fondos de los Derechos Especiales de Giro (DEGs), para cumplir con los dos vencimientos del año con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El segundo tema económico que conversaron ambos Fernández fue la necesidad de garantizar la estabilidad del dólar durante la campaña, y después también.

El responsable del Poder Ejecutivo le garantizó a la ex presidenta, que la posición del Banco Central es sólida. Al menos lo suficiente como para poder enfrentar cualquier tipo de embestida de los mercados en contra de la política cambiaria oficial; ya que durante el primer semestre del año el resultado de la entidad que maneja Miguel Pesce, pudo terminar con un saldo positivo de aproximadamente 7.000 millones de dólares. E incluso pudo mantener el saldo positivo en el primer mes del segundo semestre.

El resultado final de julio 2021 será revelado esta semana, pero se asegura que habrá sido positivo en no menos de U$S 750 millones, pese al nivel de ventas de divisas del BCRA de la última semana del mes. El argumento del oficialismo para mostrar esta fortaleza, incluye la necesidad de mantener las fuertes trabas al acceso a las divisas desde el sistema financiero; pese a que se sabe que producen malhumor en las clases medias y altas urbanas, alejando alternativas de votación al oficialismo desde estos sectores.  

Sin embargo, se reconoce desde el oficialismo que se trata del mal menor, ante la posibilidad de abrir el grifo de compras de dólares a través del sistema financiero, lo que derivaría en un inevitable drenaje que complicaría la posición defensiva del BCRA. Inmediatamente después, está convencido el oficialismo la situación derivaría en una corrida con bajas posibilidades de éxito de parte del gobierno. Esta alternativa es la última que espera el oficialismo en la campaña, con lo que se descarta cualquier alternativa de flexibilización del cepo cambiario actual. Cualquier alternativa de análisis de esta posibilidad, quedará para el 2022. Si es que las condiciones macroeconómicas generales ayudan al gobierno.

Desde la coalición gobernante, conocido el pacto entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner cerrado el viernes anterior a la presentación de las listas legislativas; renació la sensación de tranquilidad en cuanto al manejo de la economía durante la campaña.

Internamente se celebró, tal como se consideró en estas columnas el jueves pasado, que la corrida en el dólar alternativo haya terminado. El cierre semanal en los 180,5 pesos, implicó una caída de 5 pesos en comparación con el viernes anterior; día de la charla entre el presidente y la vicepresidenta. Si bien el dólar Blue fue una de las mejores inversiones del mes, el hecho que la caída haya ocurrido luego de las presentaciones oficiales de los candidatos del gobierno (y de conocida la conversación entre ambos políticos), hubo una relación directa entre la mejora del clima cambiario y las novedades de la política del oficialismo. Al menos esa es la visión desde la Casa Rosada.

Se asegura que el hecho de haber llegado a los nuevos pisos del Blue sin la intervención de las "manos amigas"  y con los movimientos habituales de ese particular mercado alternativo; es un logro. Especialmente ante la sospecha de los operadores privados que en cualquier momento puedan aparecer esas manos y colocar el valor en niveles incluso inferiores. Nadie tiene la certeza que eso pueda suceder, pero sólo el temor que ocurra disciplina al Blue. O al menos eso se cree en el gobierno, lo que debe suponer llevaría  tranquilidad para la campaña.

Queda un tema molesto por tratar. En la misma conversación, se habló de la inflación. El indomable problema será el eje económico de la campaña; y el oficialismo lo sabe. Adormecido el problema del tipo de cambio y bloqueado el debate interno por el acuerdo con el FMI, el principal factor corrosivo en materia económica para poder conseguir votos díscolos, será la comparación odiosa mes a mes entre el alza del IPC y el salario. Empieza mal el gobierno. En términos futboleros, el primer semestre los sueldos están perdiendo por goleada. Terminado el primer tiempo y en el comienzo del segundo, el ingreso real de las familias viene perdiendo 3 a 0. La esperanza es que con los cambios de titulares, y el ingreso de las mejoras en Ganancias y al monotributo (más los recurrentes bonos a jubilados), se pueda pelear el empate. Está difícil el partido.

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