Las diferencias entre hombres y mujeres al invertir
Al momento de invertir dinero, los hombres y las mujeres poseen ciertas características que benefician a diferentes tipos de operatorias.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Aunque en muchos aspectos de la vida los hombres y las mujeres son iguales, según los especialistas, al invertir existen ciertas diferencias.
En primer lugar, las mujeres tienden a arriesgar menos dinero que los hombres, lo que significa que no suelen caer en la tentación del apalancamiento o de la compra en grandes cantidades de un mismo activo por una cuestión emocional.
A su vez, los hombres diversifican menos. Esta cualidad genera que las mujeres tengan portafolios mejor distribuidos entre diferentes activos, lo que reduce el riesgo y la volatilidad y permite mantener una inversión algo más estable.
Ambos aspectos se relacionan con la seguridad en uno mismo. De acuerdo a los expertos que llegaron a estas conclusiones, las mujeres se sienten más inseguras al realizar inversiones, mientras que los hombres incluso pueden llegar a pecar de cierto exceso de confianza.
Como consecuencia de esta característica, los hombres tienen horizontes temporales más cortos y las mujeres más largos, a la vez que estas últimas están más predispuestas a pedir ayuda, mientras que los hombres creen que pueden administrar su dinero de forma correcta sin recibir ningún consejo o tutoría.
Asimismo, las tendencias o modas del mercado generalmente son más seguidas por hombres, ya que las mujeres saben controlar sus emociones y realizar sus propios análisis de manera más efectiva y sin dejarse influenciar fácilmente por la opinión de las masas.
En cuanto a los métodos de análisis, los hombres prefieren el análisis técnico, el cual estudia el comportamiento del mercado en base a las cotizaciones. Por su parte, las mujeres optan más por el análisis fundamental, que busca encontrar el valor intrínseco de una compañía según variables económicas y financieras.
Debido a las características de cada grupo, los especialistas llegaron a la conclusión de que los hombres son más efectivos invirtiendo a corto plazo y de manera más activa mientras que las mujeres obtienen mejores retornos en el largo plazo a través de técnicas más pasivas.