Situación crítica

Sin dólares, muchas empresas ya no pueden producir ni exportar

La escasez de divisas cada vez es más evidente. Llega al extremo de que haya sectores industriales que deban dejar de producir porque no les autorizan el ingreso de insumos importados. El rubro autopartista es uno de los más delicados, pero se repite en otras actividades. Peligran empleos

Horacio Alonso
Horacio Alonso viernes, 1 de octubre de 2021 · 10:53 hs
Sin dólares, muchas empresas ya no pueden producir ni exportar
Foto: toyota.com.ar

Cada vez es más difícil producir en la Argentina. En el mundo, los problemas de logística, en materia de comercio exterior, se hicieron evidentes a medida en que los países salían de la pandemia y la demanda volvía a recuperarse. Esto demoró la llegada a los niveles de actividad deseados.

Uno de los temas más delicados es la escasez de semiconductores que se utilizan en todos los productos e insumos que impliquen un componente.

Esto hace que estén paradas plantas en todas las regiones y de todos los sectores.

Un caso evidente es el del sector automotor. En Brasil, por ejemplo, hay varias fábricas cerradas por este motivo. En la Argentina, también.

Ford, por ejemplo, no trabajará durante casi medio octubre por esta cuestión. El resto, tienen paradas permanentes por el retaso de alguna pieza, por cuestiones logística o por faltante de chips.

Pero el país suma otro inconveniente que es cada vez más notorio. La limitación generada por la escasez de dólares ya es un problema productivo.

Ayer se conoció el caso de la autopartista alemana ZF Sachs, radicada en Córdoba, que comenzará a suspender personal porque no logró que le autorizaran la importación de insumos. El gerente de la compañía – es líder mundial en la fabricación de amortiguadores – señaló que el motivo es un problema de falta de divisas.

Esta compañía produce unos 2 millones de unidades por año, de las cuales el 55% es para la exportación.

Según explicó el directivo, si no se soluciona el conflicto, tendrán dificultades para cumplir con los compromisos internacionales y poder el riesgo los contratos. “Otras filiales están al acecho de esos mercados en caso en que no podamos cumplir” dijo a la prensa.

En un mundo competitivo, cualquier traspié de un país, es aprovechado por otro.

Por suerte, a raíz de las notas periodísticas, el Gobierno nacional sintió el impacto y esta mañana les liberaron las piezas, pero es imposible trabajar así.

La Argentina necesita dólares y perder exportaciones significa eliminar una fuente de divisas genuina. Descuidar ese aspecto es casi suicida.

Otro empresario autopartista – que prefirió la reserva - reveló a MDZ que se encuentra en igual situación. Produce para el mercado interno y para la exportaciones y enfrenta los mismo problemas para que le autoricen permisos de importación (conocidos como formulario SIMI).

“Desde hace meses no nos aprueban los permisos y no podemos producir. Estamos desvinculando a unos 40 operarios y pensamos cerrar nuestras operaciones de exportación y concentrarnos en el mercado interno. Fallar a un cliente extranjeros es algo de lo que no se recupera” explicó.

En conversaciones con empresas del rubro, se comprueba que es un caso generalizado. Muchas abastecen a las terminales locales, pero exportan parte de su producción a otras automotrices de exterior o a mercados de reposición de repuestos. Esto, hoy, ante la restricción de divisas se hace imposible.

“Hay decenas de empresas que necesitan importar  productos terminados para complementar la oferta del mercado de reposición y producen productos que, parte va al mercado interno y otra parte a la exportación que están en situación complicada. También, para provisión de terminales, que tienen falta de insumos, hay siete u ocho que están al limite y pueden cortar la provisión” dijo una fuente del sector automotor.

Esta situación no es nueva. Desde hace meses se viene registrando un cuello de botella productivo, en distintos sectores, por la falta de dólares, pero en las últimas semanas se agudizó, ante la caída de reservas del Banco Central, y el panorama industrial es delicado.

La preocupación en las empresas es que de no solucionarse, empezarán a sentirse las consecuencias en materia laboral. El fantasma de las suspensiones y despidos está presente. Un panorama preocupante. 

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