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Pese a los continuos traspiés, Gimnasia tiene aún posibilidad

El Lobo mendocino desaprovechó varias oportunidades. Pese a ello aún está en carrera. Depende de sí mismo.

Gimnasia perdió con Agropecuario en Carlos Casares. 

Gimnasia perdió con Agropecuario en Carlos Casares. 

Prensa Gimnasia de Mendoza

El campeonato de Primera Nacional es un tsunami continuo de viajes, triunfos inesperados, derrotas dolorosas, partidos jugados con encomio y vehemencia y equipos de prosapia, como Colón y Ferro Carril Oeste con pobres desempeños durante todo el año, que tienen al equipo verde en situación peligrosa por la posibilidad de descender. Arsenal de Sarandí, el equipo de la familia Grondona aparece más comprometido que Ferro. Ambos en la cuerda floja. Postales de un torneo difícil y enrevesado.

Denominador común: el campeonato es arduo y exige un esfuerzo a instituciones y jugadores, pero tiene un punto común que lo enmarca: el pobre nivel de juego en general de todos los equipos, aún de los que ocupan los puestos de vanguardia y expectantes para ascender a la Liga Profesional.

No es de extrañar. Vale recordar el papelón de River y Boca en el mundial de clubes, para dejar expuesta la calidad de juego de los campeonatos locales. Mediocre, flojo.

Gimnasia de Mendoza no está ajeno a esta situación Llega a tres fechas del final del torneo en una posición privilegiada para disputar en un sólo partido la posibilidad de ascender a la Liga Profesional.

Esto pese a haber dilapidado situaciones muy favorables para llegar en este momento con ventaja casi decisiva. Inexplicablemente, de cuatro partidos de visitante, sobre 12 puntos posibles, sólo obtuvo uno.

Lució como equipo sin juego, pero también sin el carácter, experiencia y temple para cosechar mayor cantidad de puntos. Lo está pagando con creces.

Al Lobo, durante todo el campeonato le costó mucho elaborar juego ofensivo asociado que redundara en la red del arco contrario. Ha reinado, a lo largo del torneo, el envío de balones aéreos, de donde en forma directa o luego de algún rebote favorable consiguió varios triunfos, incluso en los momentos finales de los partidos.

En el período de la conducción técnica a cargo de Ezequiel Medrán, Gimnasia mostró solidez defensiva. Era difícil marcarle goles. Separado del cargo luego de un par de derrotas consecutivas, se hizo cargo de la dirección técnica Ariel Broggi. Comenzó con el pie derecho y sumó cuatro triunfos consecutivos, pese a no mostrar el equipo mejora en su juego.

El devenir del torneo, le propició más desventuras que alegrías. El equipo dilapidó oportunidades extraordinarias de consolidarse en la punta del torneo. Llega a tres fechas del final con la misma cantidad de puntos que el sigiloso Estudiantes de Río Cuarto, que sin avisar lo equiparó en puntos y lo aventaja por tener más cantidad de goles convertidos.

De los tres partidos faltantes, dos son en condición de local. Favorecido. También hay que tener en cuenta el vaivén de resultados, que puede darle al Lobo nuevas posibilidades. Cualquiera le gana a cualquiera. Pero atención, el mensana no puede ser uno de los cualquiera Debe concentrarse en ganar los tres partidos.

Ante esta situación y dado lo que hay, que es poco en capacidad técnica y táctica y en calidad de jugadores, Gimnasia debe centrarse y lograr el 100% de lo que es posible.

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Broggi debe poner foco en devolver al equipo la solidez defensiva que supo tener. Si eso estuvo es posible recuperarlo. Clausurado el arco propio es más sencillo y tranquilizador pensar en la ofensiva. Deben mejorar el capitán Mondino y el arquero Petrucci, fundamentalmente. La defensa y el mediocampo tienen que neutralizar los pelotazos cruzados y los envíos filtrados. Tarea imprescindible.

Logrado eso viene lo más difícil. Marcar en el arco contrario. Tarea compleja dado con lo que se dispone.

Deben afrontar los tres partidos, jugadores con temple, entereza y mente fría. Con esas cualidades y el compromiso total de todos los jugadores que entren al campo de juego, hay posibilidades. Si Lencioni, se recupera de su lesión y abandona los largos minutos que desaparece de los encuentros, hay ahí una opción cierta de un pase preciso o de un tiro libre bien ejecutado.

Queda afiatar la posibilidad del juego aéreo. No se pueden enviar entre 25 30 centros al área, la inmensa mayoría en forma defectuosa. Práctica intensa a cargo de jugadores con capacidad para ese tipo de envíos.

No hay mucho más, pero la posibilidad está. No hay que desaprovecharla o dejarla escapar. Está al alcance de la mano. Que la hinchada acompañe y también la suerte juegue su papel. Vamos Gimnasia; es posible.