Miguel Ángel Russo: por qué se retiró del futbol a los 31 años y cómo comenzó su gloriosa carrera como DT
Miguel Ángel Russo tuvo un retiro anticipado con la camiseta de su querido Estudiantes y, a partir de eso, se introdujo en una profesión que lo convirtió en prócer.

La figura de Miguel Ángel Russo quedará inmortalizada en el futbol argentino. El entrenador de Boca falleció el pasado miércoles a los 69 años tras luchar por ocho largos años contra el cáncer, y lo hizo de la manera que más deseaba: dirigiendo hasta el último día al club de sus amores y respirando esa pasión inquebrantable por la pelota.
Peleador de mil batallas, Miguelo vivió la vida entera dentro de una cancha de fútbol y dejó una huella marcada en cada uno de los 16 clubes que dirigió. Pero eso también se vio reflejado en su etapa como jugador, donde supo serle fiel durante toda su trayectoria a un único equipo: Estudiantes de La Plata.
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Un momento difícil para Miguel Ángel Russo: su retiro anticipado
Debutó en noviembre de 1975 y nunca vistió una camiseta que no sea la del Pincharrata hasta el momento de su retiro 13 años después, en 1988. Sin embargo, la decisión de colgar los botines a la temprana de 31 años estuvo vinculada a una lesión en su rodilla que le impidió estar en plenitud física.
"Estudiantes entendió que había terminado mi ciclo, y yo me cansé de luchar contra mi rodilla. No me costó asumirlo, me ayudó mucho Helena, mi ex mujer. Fue en 1988", comentó el DT en 2003 al someterse a las clásicas 100 preguntas de El Gráfico.
Si el legado de Miguel Ángel Russo ya había quedado marcado como futbolista profesional disputando 432 partidos en Estudiantes y representando a la Selección argentina, entonces no hay rótulo alguno que pueda ilustrar lo hecho en su etapa como entrenador. Fue escalando barreras y logrando objetivos únicos en la profesión que abrazó durante 36 años.
¿Cómo empezó la idea de ser DT?
Pero claro, lo más importante del interminable recorrido es acordarse los primeros pasos. Y los de Miguelo, contado por él mismo, llegaron casi que por obligación: Yo tenía pasaporte italiano, entonces después de dejar Estudiantes me fui a Europa. Mi idea era vivir la previa del Mundial 90 desde adentro, viendo cómo se preparaban los equipos y, si podía hacer una experiencia jugando al fútbol, mejor. Fui a una Segunda de Italia, pasé la revisación médica, pero en esa época ni siquiera siendo oriundo te dejaban, porque había jugado en la Selección Argentina", comentó en primera instancia.
"Me acuerdo de que iba en tren de Génova a Barcelona, paré, llamé a mi mujer y le dije: 'Dejo el fútbol… Pero me quedo en Europa viendo cosas, porque quiero ser técnico'. Y me quedé más de dos meses, bañándome en las estaciones de tren, guardando las cosas en lockers de la estación para salir a buscar hotel. Iba con mi grabador y me presentaba. Así fui hablando con todos", explayó Miguelo, ilustrando la primera de las incontables páginas que escribió sentado en un banco de suplentes.
La influencia de Arrigo Sacchi y Jorge Valdano para meterse en la profesión
En suelo tano, fue la clave el contacto con un histórico entrenador de la Selección italiana: Arrigo Sacchi, una pata importante cuando Miguelo "tenía el bichito ese" de introducirse en la dirección técnica. "Estuvo con Arrigo Sacchi, le dije que era amigo de Bilardo, y se portó bárbaro. Después, en Nápoles, cuando fui a pagar el hotel, Diego (Maradona) ya había pagado todo, ni él se debe acordar, pero son gestos que yo valoro mucho".
Ya en España, se retroalimentó con ayuda del gran Jorge Valdano, leyenda de la Selección Argentina y del Real Madrid: "Estuve en Madrid, y Valdano me abrió las puertas del Real. Así fui almacenando cosas, pensando que en algún momento todo eso me iba a servir. Me gustaba hablar de táctica con los entrenadores, tenía el bichito ése".
Como si todo se hubiera pergeñado en una película, la primera experiencia de Miguel Ángel Russo como DT fue nada menos que en el club del barrio donde nació y se crio: Lanús. A partir de ahí, comenzó a escribir una envidiable -en el buen sentido de la palabra- historia que quedará marcada por la eternidad. Un verdadero ícono entre los entrenadores argentinos que se fue estando en el lugar en el que siempre priorizó estar: una cancha de fútbol.