Los hinchas de Independiente Rivadavia coparon el estadio de la Gloria y se hicieron sentir desde temprano
Miles de hinchas viajaron desde Mendoza y llenaron las tribunas del estadio de Instituto para alentar al Azul en la final de la Copa Argentina ante Argentinos.
El hincha con la bandera azul y toda la fiesta leprosa en la cancha de Instituto.
Daniel Cáceres /MDZEl “¡Dale, dale, dale Leeee, dale, dale Leeee...!” sonó más fuerte que nunca en Alta Córdoba. Desde temprano, los hinchas de Independiente Rivadavia coparon el estadio Juan Domingo Perón y convirtieron la espera en una fiesta. Las 7.500 entradas se agotaron en pocas horas, y hasta hubo quienes viajaron desde Mendoza y otras provincias o países sin tickets, solo para estar cerca del equipo de Alfredo Berti en la noche más esperada.
Con banderas, globos, sombrillas y todo tipo de accesorios, la hinchada del Azul del Parque marcó presencia desde que el plantel salió a reconocer el campo de juego. “La gente campeonó desde temprano”, se escuchaba entre los leprosos, que no pararon de cantar pese al cansancio del viaje y a las complicaciones del operativo policial.
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La Lepra se hizo sentir en Alta Córdoba pese a los controles y las demoras
El entusiasmo contrastó con el malestar generado por las demoras y las requisas. Según los testimonios de los propios hinchas, varios micros fueron retenidos durante horas en distintos puntos del trayecto, especialmente en Alta Gracia, por controles exhaustivos dispuestos por la Policía de Córdoba. En redes sociales, los simpatizantes denunciaron un trato desigual respecto de los fanáticos de Argentinos Juniors, quienes llegaron sin mayores inconvenientes y pudieron disfrutar la previa en un camping habilitado.
Aun así, el aliento no se detuvo. Desde las tribunas del estadio de Instituto, el colorido azul y las canciones leprosas se hicieron sentir en toda la cancha. La pasión mendocina volvió a decir presente, incluso en medio de la bronca por la organización.
La final de la Copa Argentina entre Independiente Rivadavia y Argentinos Juniors prometía ser una celebración deportiva, pero terminó marcada por la polémica. Sin embargo, la hinchada del Azul demostró que, pase lo que pase, su fidelidad no entiende de distancias ni obstáculos.
