Qué dijo Emma Raducanu, la tenista acosada durante un partido: “Fue una experiencia difícil, pero…”
El WTA 1000 de Dubái que se está disputando esta semana quedó marcado por un episodio extratenístico que se convirtió en noticia y dio la vuelta al mundo. Es que la británica Emma Raducanu (61º) se largó a llorar luego de ver que un hombre que la había acosado observaba su partido de segunda ronda ante Karolina Muchova. La persona fue expulsada del predio, sancionada por la WTA y Raducanu se expresó en redes sociales.
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Raducanu enfrentaba a la checa Muchova por la segunda ronda de Dubái y cuando el encuentro estaba solamente 2-0 se acercó entre lágrimas a la jueza de silla al reconocer entre los espectadores a quien, el día anterior, había intentado acosarla. La seguridad echó a dicha persona del Aviation Club Tennis Centre, el partido se reanudó (victoria 7-6 y 6-4 para Muchova) y, más tarde, la víctima del tenso episodio se pronunció.
La campeona del US Open 2021 subió a su cuenta de Instagram una foto de una taza de café junto al libro titulado Emma, de Jane Austen, y valoró la solidaridad de los fanáticos: “Gracias por los mensajes de apoyo. Fue una experiencia difícil la de ayer, pero voy a estar bien y orgullosa de cómo volví y competir a pesar de lo que pasó en el inicio del partido”.
Además, la británica de 22 años le agradeció el gesto de empatía a Muchova, quien ni bien Raducanu se acercó entre lágrimas a la jueza Miriam Bley le hizo saber su apoyo y respetó los tiempos de su rival antes de reanudar el encuentro. “Gracias a Karolina por ser una gran deportista”, escribió.
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Qué se sabe del acosador
No se reveló aún la identidad del hombre que acosó a la tenista, sin embargo, la WTA ya hizo saber su decisión: lo expulsó de por vida de torneos organizados por la entidad. Y Daily Mail dio detalles del episodio que se había dado el lunes, un día antes del partido entre Raducanu y Muchova, y que sirvió de precedente: el acosador se acercó al hotel de la jugadora y le entregó una carta; al día siguiente, al reconocerlo al lado de la cancha, Raducanu se sumió en angustia.