Independiente Rivadavia: un paso en falso que no debe modificar el plan

Independiente Rivadavia cayó contra Atlético Tucumán de visitante en lo que marcó la primera derrota después de un inicio casi perfecto del segundo semestre con dos triunfos y un empate. Un primer tiempo completo donde sacó la ventaja con el primer gol de Fernando Romero con la camiseta de la Lepra y sin sufrir en defensa, lo que ya viene siendo una costumbre. En el segundo tiempo todo se desmoronó con desatenciones en el área propia y con algunas decisiones extrañas del entrenador Martín Cicotello. Así y todo, el Azul debe seguir por el mismo camino.

Un equipo armado de atrás para adelante, que los rivales le generan muy pocas situaciones de gol y en donde los delanteros tienen mucho terreno para lastimar con su velocidad y movilidad. Así vino el gol del paraguayo Romero, que presionó y puso el 1-0 en Tucumán. Este plan funciona a la perfección y por eso la línea de cinco en el fondo debe continuar porque le da mucha seguridad al equipo. Ham-Romero-Ríos, el tridente de la mitad de cancha, se sienten cómodos teniendo respaldo defensivo y en este segundo semestre, más sueltos, han tenido más protagonismo en ataque y en la generación de juego. Ríos llegó al área rival y le dio el triunfo a la Lepra con Gimnasia LP en el Gargantini, y Ham está teniendo sus mejores partidos en primera. 

Por todo esto y porque la derrota en Tucumán vino por errores individuales y solamente fueron 5 minutos fatídicos en el comienzo del segundo tiempo es que la Lepra no debe cambiar su plan inicial que viene dando buenos resultados y los jugadores han encontrado su zona de confort. El equipo de Facundo Sava nunca complicó desde el juego al de Cicotello. 

Lo que si hay que tener en cuenta y donde debe ajustar Cicotello es en la forma en la que Independiente Rivadavia va a buscar los partidos. La Lepra nunca ha remontado un encuentro con el DT en el banco de suplentes y el domingo en Tucumán no fue la excepción. En 8 partidos su equipo ha empezado perdiendo y nunca lo pudo dar vuelta. El domingo algunas decisiones, como la salida de Tomás Palacios, que era uno de los mejores, atentó contra el rendimiento del equipo. La salida de Ezequiel Ham que estaba siendo el mejor de la cancha o el ingreso de Jorge Sanguina, que llegó para ser el centro delantero, tirado a la banda derecha para dejarle el puesto de "9" a Mauricio Asenjo, hicieron que Independiente no patee al arco en el segundo tiempo. 

Si bien se equivocaron los caminos y seguramente Cicotello tome nota para lo que viene, la Lepra tiene que seguir aferrado a su plan A, que tanto le costó encontrar y ahora le está dando resultado. El camino es largo. Independiente Rivadavia tomó aire en las tablas y si bien sigue estando en descenso directo, se ve un equipo que da confianza y seguridad, y es por eso que las derrotas ya no duelen como en la Copa de la Liga. Dan bronca porque se podía ganar.