Análisis

Los actores del fútbol argentino lo degradan día a día

Es la pasión de la mayoría de los argentinos. Lamentablemente, lleno de logros, afloran debilidades, sospechas y caminos errados.

Belén Sánchez lunes, 11 de noviembre de 2024 · 11:07 hs
Los actores del fútbol argentino lo degradan día a día

Es un contrasentido evidente e inexplicable, la Argentina en fútbol es el último campeón mundial, ganó las últimas dos copas de América y es primero en las eliminatorias para el próximo campeonato mundial. Período de éxitos continuos y satisfacción colectiva.

El problema reside en la competencia doméstica. Prácticamente ninguno de los actores de los variados torneos que existen, se apartan de la serie de desvaríos, sospechas, conductas erradas y poco profesionales que nos brindan semana a semana.

Haremos alguna enumeración, a propósito:

1) Jugadores: por ser las figuras principales del juego, son los mayores responsables y lamentablemente quienes más inciden en los aspectos que entorpecen y ensombrecen el juego.

Exageraciones: cualquier contacto de juego provoca simulaciones de violencia, retorcimiento y gestos de dolor en el suelo, que en ocasiones alarman a los espectadores. Concluido el acting, todo continúa como si nada hubiera sucedido. Simuladores perfectos.

Protestas permanentes: la mayoría de los fallos arbitrales son discutidos y muchos en forma airada. Incumplida con creces la disposición de la AFA que dispuso que sólo los capitanes actúen con los referís. Cualquier jugador se dirige a ellos, protestando, reclamando e incluso exigiendo y embistiendo en grupo frente a los jueces.

Demoras indebidas: en caso que su equipo vaya venciendo, cuando se producen cambios de jugadores, el tiempo que se pierde es excesivo. En oportunidades, los jugadores que presumen su reemplazo se alejan en el campo del lugar por donde deben retirarse. Luego su retiro es a paso lento, bien lento, demorando lo máximo posible.

Arqueros primeros actores: insólitamente, muchos de ellos, cuando detienen pelotas fáciles, sin ningún peligro, se arrojan al suelo, donde permanecen un rato perdiendo tiempo en forma premeditada e innecesaria. Mal ejemplo para niños y jóvenes arqueros de divisiones infantiles e inferiores, que los imitan.

Actitud patoteril: ante los roces habituales del juego, algunos jugadores se enfrentan entre sí  con gestos, actitudes y palabras agresivas y/o violentas, totalmente innecesarias y excesivas.

2) Entrenadores: quienes por su posición debieran ser los más mesurados y racionales, en demasiadas ocasiones tienen conductas que aumentan la tensión en el juego.

Protestas continuas ampulosas: con los brazos en altos, palabras  y gestos exagerados muestran su disconformismo con los fallos durante el juego. Continuamente protestan ante el cuarto árbitro, agregando presión indebida al cuerpo arbitral.

Los entrenadores deben proporcionar tranquilidad al espectáculo y no ser también actores del desvarío y nerviosismo aumentado general.

3) Árbitros: estos actores son los más complicados. Quienes deben encauzar el espectáculo en la normalidad y previsible continuidad, muchas veces se convierten por su inidoneidad, parcialidad y afán exhibicionista ampuloso, en las principales figuras de espectáculos denigrantes que nos ofrece el deporte más popular.

Con capacidad, conocimiento de las reglas, autoridad serena evidente y tranquilidad, deben encauzar el desarrollo de los partidos por carriles normales, totalmente alejados de emociones exageradas y nervios o urgencias de jugadores y público. Es dable reconocer que la tarea no es sencilla por la tensión social prevalente y muchas veces por lo que está en juego. Su labor es superar todas esas dificultades y no incrementarlas.

El VAR: esta innovación tecnológica destinada a favorecer y mejorar el juego, no está cumpliendo acabadamente su misión. El silencio de los jueces a cargo del VAR, ante circunstancias evidentes que demandan su llamado al árbitro principal, agregan sospecha a las muchas que envuelven el juego en la actualidad. Colaboradores ciegos y mudos.

También se pone en discusión muchas resoluciones tomadas por el VAR. Inconcebible, ante un sistema tecnológico que debería asegurar 100% de certeza en sus decisiones.

4) Barras bravas: estos delincuentes organizados se han constituido en una enfermedad crónica imposible de erradicar. Su nefasta participación diaria, cuenta con la complacencia de políticos, para los que también “trabajan”, con la de varios dirigentes( no todos), algunos cómplices y otros temerosos.

Aprietan jugadores a la luz del día, manejan los negocios alrededor del juego, trafican droga, atemorizan a hinchas pacíficos y tienen enfrentamientos graves con otros barras y a veces entre los del mismo club, por el control de la tribuna y “los negocios”. Queda muerte detrás de estos encuentros.

Hay algunos pocos entre rejas, otros con prohibición de entrada a los campos de juego, pero lamentablemente no se ha conseguido erradicarlos en forma definitiva. Tarea pendiente. 

5) Dirigentes: la mirada puesta principalmente en los de AFA. Las sospechas alrededor de ellos abundan.

El cambio imprevisto de reglas con los torneos comenzados se ha convertido en una habitualidad. El sometimiento de los dirigentes de la mayoría de los clubes es evidente. La anulación de descensos en el presente torneo lució vergonzoso. La opinión general puso la vista en Deportivo Riestra, Barracas Central (equipo de “Chiqui Tapia), Central Córdoba de Santiago del Estero e Independiente Rivadavia. Salvados por el escritorio, expresaban las tribunas.

En conflicto extremo con el presidente de la Nación y algunos dirigentes como el presidente de Talleres de Córdoba y también con Mauricio Macri, por las SAD; sociedades anónimas deportivas, la virulencia del enfrentamiento resulta exagerado.

El pueblo futbolero mayormente apoya que los clubes sean sociedades civiles, a cargo de dirigentes elegidos por los socios. Clubes de los socios.

No resulta contradictorio que los mismos socios, por mayoría, en alguna oportunidad decidan que algún inversor participe con aportes para mejorar la situación económica y financiera de las instituciones en dificultades. Es respetar su propia voluntad. Ninguna imposición.

Lamentablemente la mayoría de los clubes  hoy atraviesan dificultades de dinero. El fútbol es una burbuja aislada de la realidad nacional.

Salarios largamente superiores a la generalidad de la población y a los recursos que el mismo fútbol genera. Cuerpos técnicos numerosos, Ayudantes varios, entrenadores de arqueros, analistas de video, más de un preparador físico, médicos, kinesiólogos, utileros varios y más gastos como alquileres de inmuebles, aumentan costos en demasía frente a una realidad de escasez.

Así transcurre el día a día de los torneos del equipo, último campeón del mundo  y doble campeón de América. En casa de herrero cuchillo de palo. Atención; dirigentes, árbitros, jugadores y entrenadores y el mismo poder, para erradicar, en su caso, la violencia.

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