Entrevista con MDZ

Natacha Pérez: "La Selección argentina ha sido mi vida"

La mendocina Natacha Pérez, figura del básquet local y nacional, habló de todo en un mano a mano con MDZ: sus ganas de jugar un Juego Olímpico, la Selección argentina, su actualidad en San José y la satifacción de una carrera en la que casi no quedó nada pendiente.

Juan Andrés Tuzzi
Juan Andrés Tuzzi miércoles, 26 de abril de 2023 · 14:10 hs
Natacha Pérez: "La Selección argentina ha sido mi vida"
Foto: Instagram Natacha Pérez

Natacha Pérez es una de las referentes históricas del básquet de Mendoza. Su talento, su trayectoria y sus años representando a la Selección argentina así lo demuestran.

A sus 32 años, aún con mucho para dar y después de un pequeño lapso de tiempo alejada de las canchas, por decisión propia, volvió y hoy disfruta del día a día en San José, club que hoy representa orgullosa y con el que disputará el Torneo Federal, además del certamen local.

En esta extensa entrevista con MDZ, Natacha dejó en claro que el básquet y la Selección argentina han sido su vida, que hizo lo que quiso y que, si tiene que destacar algo pendiente en su carrera, es la chance de disputar unos Juegos Olímpicos.

- Natacha, contanos un poco cómo estás hoy, todo lo que estás haciendo hoy, además de jugar…
- Sí, estoy jugando actualmente en San José, empecé el año pasado. Estoy trabajando ahí también como nutricionista. Contenta obviamente de ser parte, hemos crecido mucho en el club, se está apostando mucho al desarrollo de las jugadoras en inferiores. Estoy siendo parte de un club que tiene mucha historia, pero que en el básquet femenino es reciente. Estoy muy contenta y agradecida. La verdad que en el lugar que me están dando me siento cómoda. Hice un cambio grande cuando cuando volví de la Selección en el 2021, estuve unos meses sin jugar ahí con algunas cosas mías y encontré en San José un espacio muy lindo de familia, de trabajo, de seriedad, de profesionalismo, que por ahí es lo que lo que nos está costando mucho en el femenino, en Mendoza. Y bueno, decidí ser parte y la verdad es que no me arrepiento y me siento muy bien jugando. Me volvieron esas ganas de jugar. Decidí quedarme en Mendoza, cerca de mi familia. He estado como dando vuelta por todos lados desde los 17 años y si bien no soy tan vieja, haber vivido con tanta intensidad te genera ese cansancio de decir lo he disfrutado al máximo, hice todo lo que quise, me encantó, fui feliz y bueno, ahora como que estoy en otra etapa que también la disfruto mucho y soy feliz también acá. También estoy trabajando en la selección como nutricionista y como asistente. Poder aportar un poquito de todo lo que uno ha ido aprendiendo es muy lindo. Sentirse valorada, que te digan “queremos que estés porque tu experiencia, porque tu trayectoria…”.

Natacha, en MDZ. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

- Me dijiste recién “me volvieron las ganas de jugar”. ¿En qué momento se te fueron y por qué?
- No sé si se me habían ido las ganas de jugar, había tenido una situación ahí como media rara. En la última citación de la selección, algunas cosas que me pasaron, también había tenido una situación familiar con mi abuela. Entonces fue como un poco de todo, que no sé si me sacó las ganas de jugar, pero no me quería ir a ningún lado y estaba más concentrada en tus cuestiones personales que deportivas. Como que siempre me guié por lo que sentía, y en ese momento sentí que me quería quedar acá y no me arrepiento. Disfruté a mi abuela de último tiempo, estuve con mi familia otra vez y estuve sin jugar porque no tenía ganas y la verdad es que no me arrepiento porque también me empecé a dedicar a lo que había estudiado durante tanto tiempo, porque se me hizo larga la carrera y dije bueno, por fin puedo usar esa herramienta que no sabía que iba a ser tan importante, porque pude estudiar a la par del alto rendimiento. Y me concentré en eso. Dije “no es el fin del mundo dejar de jugar”. Después volvieron esas ganas. Fue como un in pass que tuve y me gustó, me hizo bien y como que me volví a reencontrar de vuelta con esa cosita linda que te genera el deporte.

Natacha, con la selección argentina.

- ¿Qué aprendiste en tantas años de competencia, que te dejó el deporte?
- Creo que es un estilo de vida. Los valores que me ha dejado. Mis amigas, tengo amigas por todos lados. El otro día hablaba con una que vive en Gales y con otra que está en Italia y digo “qué lindo que te genere esas redes, siempre tengo alguien para extrañar de mis amistades”. Eso por sobre todo, las persona, la calidad de entrenadores, dirigentes muy buenos también, compañeras, darle el valor a mi familia, que siempre se lo he dado obviamente, pero saber que realmente lo que importa es eso, nuestra familia, nuestros amigos y el deporte es un estilo de vida. La disciplina, como me formó como jugadora. Yo me fui a los 17 y extrañaba muchísimo y es como que a los golpes aprendí a cocinar, a los golpes aprendí a organizarme, a estudiar, a vivir en Buenos Aires, que era un monstruo para mí. Acá mi viejo me llevaba y me traía a todos lados. Y ahí aprendí a subirme a un colectivo, a cuidar que no me roben, a cuidar que que no me rapten, a salir de un tren, meterte a otro. Como que me formó como persona, como jugadora, como profesional también. Y bueno, como que crecí sin darme cuenta en un montón de aspectos y obviamente reforcé el valor de mi familia que que era lo que siempre tuve conmigo y lo que más me costó desde que me fui y hasta el último día que estuve lejos. Amo jugar al básquet, siempre quise eso y fui por ese camino. Salió bien por suerte, pero bueno, también fueron momentos difíciles de familia, de estar lejos y bueno, ir creciendo en eso. Después desde lo deportivo también maduré muchísimo.

- ¿Por qué llegaste? Seguramente porque hay talento ¿y qué más?
- Al trabajo, claramente, a la constancia, al día a día. Uno siempre ve, por ejemplo, a la Selección argentina de fútbol, y dice “qué suerte o qué bueno”, pero no ve todo en realidad de lo que pasó para atrás. El otro día vi una nota de Manu (Ginóbili) que hablaba de Jordan y contaba que son más los campeonatos que perdió que los que ganó. Uno dice bueno, ganó 8 y jugó 20 temporadas. Hubo 12 que perdió. Entonces es eso, el recorrido que uno tiene atrás, que por lo general no se ve, no se sabe. Cuando pasan las cosas malas uno está con los suyos, con su familia. Una de las cosas más importante que aprendí con el básquet es que a veces uno da todo y no se da. Lo importante es mantener el foco. O sea, yo siempre dije “bueno, quiero estar acá, lo elijo, estoy lejos de mi casa, de mi familia, estoy en la Selección, estoy estudiando, me estoy volviendo loca, pero lo elijo”. Y a veces me salía bien, a veces me salía mal. Había torneos que no quedaba, torneo que viajaba, torneo que jugaba más, jugaba menos. Entonces uno tiene que estar preparado de la cabeza para todo. Pueden pasar muchas cosas, pero si vos tenés ese objetivo hay que intentando seguir buscando.

- ¿La diferencia entre un deportista que llega y uno que no, es la mentalidad, la cabeza?
- Hay un libro que leí, que si no lo leíste te lo recomiendo, se llama “El talento nunca es suficiente” y habla exactamente de eso que está diciendo, de que justamente el talento te ayuda, obviamente, te posiciona en un mejor lugar, quizá por encima de la que tiene un poquito menos de talento, pero con eso solo no llegás a nada. Y lo he visto en un montón de jugadoras. Yo la verdad es que no me acuerdo mucho de cómo jugaba cuando era chica, tengo como flashes así de situaciones, pero yo nunca me consideré una jugadora talentosa, nunca nadie me dijo qué talento que tenés para jugar, pero sí lo que yo veía de mí o lo que veían los entrenadores o compañeras era la constancia, el esfuerzo, el ir a tirar, el repetir una sesión, preguntarle a un entrenador qué tengo que mejorar, qué hago, la actitud. Yo siempre he entrenado con todo lo que tenía, o sea, jugaba y entrenaba y me moría ahí entrenando, entonces obviamente que eso me hacía crecer. Siempre iba buscando esa “perfección” que es lo que te hace crecer y no quedarse. Bueno, la alimentación también, el descanso. Considero que sí, que con el talento no llegamos a ningún lado. Solo se necesita un poco, Sí, obviamente. Pero bueno, yo creo que el otro es un 80% y contra un 20% de talento.

- ¿Qué significa para vos haber representado al país, jugar en la Selección?
- La selección ha sido mi vida. Uno por ahí lo naturaliza, no mide todo lo que ha vivido o lo que ha pasado. No sé. En el 2009 ganamos una medalla de bronce en un Mundial. Fue histórico y sigue siendo histórico y va a ser histórico toda la vida, porque en U19 es muy difícil. En un U19 nunca habíamos tenido más que un décimo puesto y trajimos el bronce. Y a medida que va pasando el tiempo digo, que impresionante lo que logramos y en ese momento no entendíamos nada. Yo tenía 18 años, imaginate. Me pasa eso, que por ahí no mido y digo “che, cuántas cosas”. Como que uno no se va dando cuenta y la verdad es que es difícil poner en palabras lo que representa para mí o lo que uno siente cuando está ahí con esos colores y escucha el himno. Es muy fuerte, la verdad. A mí me genera muchísimo. La Selección fue lo que me sacó de mi casa, fue lo que me hizo alejarme de lo más importante de mi vida, mis viejos, mi hermana y después, llegaron mis sobrinos, mis abuelos. Falleció mi abuelo, yo estaba lejos y así y todo lo sigo eligiendo. No sé qué nombre ponerle. Cuando estoy ahí, escucho el himno, veo la bandera y pienso “cuántas cosas hay atrás de esta situación, de este momento”. Si le tengo que poner un nombre, es pasión, es amor, porque la verdad es que es amor. Hacerlo todos los días de esa forma, con esa exigencia, estudiar a la par, no dormir. Es ese plus que se necesita. Uno deja hasta la piel, porque a ese nivel el deporte no es salud, es mucha presión, mucho estrés, mucha demanda física, autoexigencia, más allá de que yo soy muy buena conmigo en ese sentido. Yo siempre estoy conforme conmigo porque doy el 100. Yo estoy tranquila siempre y bueno, si la de al lado dio el 102 y, bueno, se lo merece.

Siempre con la 22, representando a la selección.

- ¿Sentís que te queda algo por cumplir en el básquet?
- Me hubiera gustado jugar un Juego Olímpico. Sería como que ahí cierro todo. Pero si no llegara a pasar nada, no tengo nada pendiente. Hice todo lo que quise, jugué donde quise porque lo elegí y siempre fueron buenas decisiones. Tuve la oportunidad de ir a España, a Italia. Estudié, me recibí, competí, gané una liga, he ganado argentinos con Mendoza, he conocido amigas, que es lo más lindo y lo más importante. He recorrido y viajado muchísimo gracias a la selección, he conocido muchísimo, Rusia, Tailandia, China, Europa, lugares que no los hubiese conocido en mi vida si no hubiese sido por el deporte. Estoy agradecida con todo lo que he vivido, no me queda nada pendiente. Si hoy dejo de jugar, estoy satisfecha.

- ¿Cómo vez el básquet femenino en Mendoza?
- Las condiciones que tienen las jugadoras en inferiores en Mendoza es impresionante. Es impresionante todo lo que hay para trabajar y me da bronca que no podamos tener un marco o una competencia espejo arriba para que esa jugadora llegue y se pueda seguir desarrollando y que no llegue a los 17 años y diga “¿qué hago?”. Eso es hoy lo que más me moviliza. Yo no sé si esto pasa por ahí por la concepción que hay en el deporte, en el básquet, particularmente, con respecto a la cosa interna entre los clubes, o con la federación o con los dirigentes. Cosas extras que no son del deporte, que es lo que nos impide crecer. Nos faltan más formadores de jugadoras. Yo veo esas condiciones, pero no veo que las explotemos o que les enseñemos. Tenemos mucho material para trabajar y no tenemos esa competencia que se desarrolle, obviamente, porque nuestro básquet no es profesional. Necesitamos que se apueste más al básquet femenino porque hay material y un montón para hacer. Mendoza tiene con que ser una potencia.

La entrevista completa 

 

Archivado en