La chance histórica que dejó pasar Godoy Cruz

Parecía que esta vez sí era el momento. La tanda de los penales, errática e infartante, siempre le dio una vida más a Godoy Cruz cuando Platense lo tuvo match point en tres oportunidades. Ese destino que privaba al Calamar de la victoria en reiteradas ocasiones suponía ser un mensaje de que este era el momento de dar definitivamente ese paso hacia la historia, pero entre Rasmussen, el palo y Macagno enterraron las esperanzas. El empujón de Lozano al abismo de la eliminación sepultó la ilusión.

Godoy Cruz hizo una gran temporada que pudo coronarse con el primer título en la elite para un equipo mendocino y en algún momento más de uno lo imaginó posible. Este formato de Copa permite que en el mata mata de play offs pueda pasar cualquier cosa, sino miren el título de Colón o a este finalista Platense y la pandilla del Gato venía a paso firme hacia el sueño.

El guiño del fixture le dio, además, un espaldarazo más al deseo: el gris Banfield en cuartos, Platense en semifinales (al que venció en los dos partidos del año) y el golpe final, ya con el Tomba afuera, de tener como finalista a Rosario Central y no a River Plate. Parecía todo armado para poder entrar en la historia grande, pero no alcanzó.

El equipo sintió el trajín de una larga temporada y se desinfló en la recta final hacia la bandera a cuadros, ganando solo un partido de cinco: perdió con Tigre, le ganó a Platense, cayó con Boca Juniors (todos de primera fase), empató con Banfield (cuartos) y nuevamente ante el Calamar, sentenciado su estadía en el torneo desde los doce pasos.

En la Copa Argentina le ocurrió algo similar en esto de tener un camino un poco menos espinoso para poder ser campeón: pasó a CADU pero la ilusión se frenó en segunda ronda ante Villa Mitre (un equipo del Federal A). Luego, hubiese tocado Chaco For Ever, Defensa y Justicia y Estudiantes de la Plata, equipos que estuvieron lejos de descollar en el año.

Ahora, habrá que esperar el objetivo de poder estar en Copa Libertadores, hecho que se dará si Platense pierde la final contra Rosario Central, depositando al equipo en segunda fase de Repechaje. De lo contrario, irá a la instancia de grupos de Copa Sudamericana.

El vaso medio lleno dirá que el Tomba arrancó el año con el descenso soplando en la nuca, que tuvo que cambiar rápido de entrenador porque Flores tenía más espinas que soluciones y que el Gato llegó como bombero (cuándo no) para levantar una tropa que tenía destino de iceberg. Fue el quinto mejor equipo en la sumatoria de puntos del año, engrosó el promedio y potenció a jugadores que estaban casi enterrados. Quedará en el tintero el sinsabor de saber que el título estuvo otra vez a dos pasitos, escurriéndose una oportunidad histórica de impregnar su nombre en la galería de campeones nacionales.