A cuartos de final con la mochila a cuestas

Los Pumas dieron otro paso, clasificaron a los cuartos de final de Francia 2023 luego de un partido cambiante frente a Japón. El triunfo por 39 a 27 en Nantes fue como una especie de desahogo para un equipo que todavía no logra librarse de sus ataduras y que consiguió la clasificación gracias al peso de sus individualidades.

El próximo fin de semana, en Marsellla, el rival será Gales, una exigencia mayor sin dudas, pero de sólo un partido. Allí Los Pumas podrán demostrar si están para algo más o si seguirán con la tendencia que mostraron en este Mundial. Cuesta encontrar cuál es el verdadero nivel. El duelo definitorio ante Japón transitó por tantos estados diferentes, que el simpatizante común o el que debe realizar algún análisis sobre el juego sintieron las mismas inseguridades que el equipo transmitió desde adentro de la cancha.

Nunca pudo asegurarse el triunfo hasta el final del partido. Con 15 minutos por jugarse el marcador estaba 29 a 27 y las preguntas surgían con más fuerza que las certezas. Fue allí, donde apareció la gran figura del partido, el tucumano Mateo Carreras, para anotar uno de sus tres tries decisivo. El de la liberación, el de la mochila cargada que tanto pesó en este Mundial a partir de la derrota contra Inglaterra.

¿Qué le pasa a Los Pumas?

Difícil de explicar, da la sensación que el equipo se complica sólo, le da una vida más a su rival, lo mete en partido. Con el try de Chocobares en el arranque todo parecía clarificarse para el elenco dirigido por Cheika. No podía ser mejor, se arrancaba con un 7 a 0. Pero, como por arte de magia o de un tabú mental para analizar, el equipo empezó a tomar malas decisiones que agrandaron al rival. Así, una a una, sobra cada acción positiva de Los Pumas llegaba la reacción de Japón, para estar siempre en partido.

Con un parcial escueto al terminar el primer tiempo, 15-14, otra vez el sube y baja emocional nos llevó a pensar que todo podría terminar mal. Sin embargo, esa lucidez que tuvieron sólo por momentos fue lo único que los sacó a flote del naufragio.

¿Por qué? Tras la derrota ante Inglaterra, algo que en los papeles podía suceder, la sensación de vacío general dejó a toda la selección en un punto suspensivo. Para colmo, los 13 días entre partido y partido no ayudaron para matar la ansiedad que generaba jugar para resurgir contra Samoa. No les quedaba otra que ganar los tres partidos que tenían por delante para poder clasificarse. Después de los isleños llegaba Chile y la definición era contra Japón.

La segunda etapa fue un mar de nervios. Golpe a favor, respuesta inmediata de Japón por increíbles desatenciones defensivas. Los nipones apoyaron tres tries y llevaron riesgo cada vez que llegaron a los 22 metros argentinos. Allí, Montoya, Kremer y Chocobares se pusieron hombro a hombro para tacklear más que ninguno, sin alcanzar al oriental Himeno, que con 21 tackles fue el mejor defensor del partido.

El cierre fue a pura fiesta, con un triunfo ahogado en la garganta de tanto sufrir, por una victoria esperada desde la mismísima eliminación de Tokio, en 2019, cuando el equipo que dirigía Mario Ledesma cayó en el partido clave contra Francia y nunca pudo reponerse.

Los Pumas hoy ganaron por 39 a 27 y están como en el Mundial del 2015 en los Cuartos de Final. Todavía queda mucho por repasar de esas imágenes del domingo que combinaron festejos con sufrimientos. Fue un triunfo bien a lo argentino, pasando del cielo al infierno en sólo unos minutos, disfrutando del logro con las manos mojadas y el cuerpo al borde de la transpiración.

El equipo de Michael Cheika y Felipe Contepomi quiere escribir su propia historia. Puede meterse en otra semifinal mundialista, sólo les queda un partido ante Gales. Pero, para eso, y sin lugar a dudas, tiene que jugar mejor. Tal vez, sin cargar con la responsabilidad de ser el favorito, sin tener el peso de la mochila que lo acompañó desde el partido contra Inglaterra, puedan liberarse. Al fin de cuentas Los Pumas, saben que todo depende de ellos.

*Desde Francia, Hernando De Cillia, editor de Rugby Champagne