La tajante decisión de Conmebol tras los rumores sobre la final de la Libertadores en el Maracaná

Este jueves, desde Brasil explotó una bomba con repercusión directa en Boca: el Maracaná corría riesgo como sede de la gran final de la Copa Libertadores entre el Xeneize y el Fluminense, dado un conflicto con el Flamengo. Luego de una jornada repleta de diferentes versiones, hubo una reunión entre Conmebol, la Confederación Brasileña de Fútbol, la Asociación del Fútbol Argentino, dirigentes de los finalistas y hasta integrantes del gobierno de Rio de Janeiro.

Según informó Globo Esporte, el encuentro en Luque, Paraguay duró varias horas. Allí, la casa madre del fútbol sudamericano tomó una decisión tajante: la final de la Copa Libertadores de América se jugará en el Maracaná, y no habrá nada que Flamengo pueda hacer para modificarlo.

De esta manera, el medio brasileño afirma que la CBF deberá reunirse con el Mengao, club "dueño" del estadio Mario Filho, para determinar los pasos a seguir con el partido entre el rubronegro y RB Bragantino. El riesgo de cambio de sede para la definición había nacido desde la involuntad del conjunto carioca de ceder la localía en su partido del Brasileirao el próximo 28 de octubre, justo una semana antes del Fluminense-Boca.

De hecho, Flamengo sigue en pie de guerra con su postura de recibir a Bragantino en el Maracaná, ante la imposición de Conmebol de tener el estadio a su disposición dos semanas antes de la final de la Libertadores. Así las cosas, la CBF llegará a un acuerdo para cambiar de fecha el partido que generó el conflicto, siempre de acuerdo a Globo Esporte.

Dicha reunión entre el ente brasileño y el Flamengo será este viernes. A partir de allí, la Conmebol recibirá la notificación de cuánto tiempo antes de la final tendrá el Maracaná en su poder. Algo está claro: el 4 de noviembre, Rio de Janeiro consagrará al campeón de la Libertadores.