El insólito motivo por el que se postergó el inicio de Roland Garros

Aún en plena pandemia y con el mundo entero tratando de solucionar los problemas que ha causado la misma, los organizadores de Roland Garros decidieron postergar una semana el torneo para poder recibir al máximo posible de espectadores, mientras las autoridades francesas intentan frenar la tercera ola de contagios de coronavirus.

Así, Roland Garros se disputará este año entre el 30 de mayo y el 13 de junio, y con esta postergación el Grand Slam de tierra batida pretende "maximizar las opciones de que el torneo pueda jugarse ante el máximo posible de espectadores", señalaron desde la organización en un comunicado.

La fase previa tendrá lugar una semana antes, entre el 23 y el 29 de mayo y la decisión se produce de acuerdo con las autoridades sanitarias francesas, con quienes la Federación Francesa de Tenis (FFT) mantenía conversaciones desde hace varios días con el fin de organizar el torneo en las mejores condiciones posibles.

"Este retraso va a dejar un poco más tiempo para la mejora de la situación sanitaria y permitirá optimizar las posibilidades de acoger espectadores en este estadio que tras su modificación se extiende a más de 12 hectáreas", indicó el presidente de la FFT, Guilles Moretton, quien agregó que la presencia de público es "esencial para el torneo", que es el "evento deportivo más importante de la primavera".

La FFT apuesta a que la situación sanitaria en Francia mejore en junio gracias al avance de las campañas de vacunación, lo que puede llevar al Gobierno a incrementar el número de espectadores autorizado a acudir a los eventos deportivos. Entre las previsiones que baraja el Ejecutivo figura la de reabrir las terrazas de bares y restaurantes a mediados de mayo y el interior a partir del 1 de junio.

El retraso tendrá consecuencias también para el calendario del tenis, ya que se celebrará en fechas en las que estaban previstos los torneos de Stuttgart (ATP), s'Hertogenbosch (ATP y WTA) y Nottingham (WTA), en los que se debía lanzar la temporada de hierba.

Como ya sucedió a principios de año con el Abierto de Australia, que también se retrasó unas semanas, el Grand Slam francés podría verse obligado a pagar una indemnización a esos torneos.

Además, dejará solo dos semanas entre Roland Garros y Wimbledon, programado entre el 28 de junio y el 11 de julio, una configuración que ya existía antes de 2015, cuando se modificó para dejar más tiempo entre los dos gigantes.