Análisis

La dificultad del Tomba, más allá de los refuerzos

La situación es crítica. La derrota parece cerca, o por knock out este mismo año o por puntos el año que viene. Ojalá aparezca un golpe demoledor.

Ariel Fernandez
Ariel Fernandez domingo, 9 de febrero de 2020 · 11:26 hs
La dificultad del Tomba, más allá de los refuerzos

El momento de Godoy Cruz Antonio Tomba sigue siendo preocupante y si bien la alarma sigue sonando hace tiempo, el daño pareciera no ser tan importante y real como definitivamente lo es. Es que el Tomba deambula por la Superliga como si fuese un invitado en la maxima categoría, desde un lugar en el que en la historia en Primera División nunca ocupó. 

Casi una década y media ocurrió para que el Tomba realizase una campaña como tal, mirándolos a todos desde la última plaza de la tabla de posiciones. 

Hemos tratado el tema desde la primara parte de la Superliga 2019-2020 e inclusive a principio del año pasado, cuando Diego Dabove dejaba la institución y su salida parecía, para la dirigencia, nada más que una cuestión anecdótica, y no una determinación que, a futuro, sería mucho más complicada y sustancial como la pérdida de identidad de un equipo. 

Lo primero que se viene a la cabeza ante la crisis futbolística de Godoy Cruz, en estos momentos, es hablar de aquellos refuerzos que parecían llegar a la institución, justamente para reforzar de forma inmediata y necesaria, como el caso de Jaime Ayoví o Wilder Cartagena y, justamente, ambos futbolistas arribaron a Mendoza con problemas físicos. 

Sería prematuro caerle de lleno a un DT que recién agarra el equipo. Mario Sciacqua arrancó la pretemporada antes de navidad y de alguna forma se notan indicios de trabajo y superación luego de lo que fue el penoso cierre de año de Godoy Cruz tras la salida de múltiples entrenadores. Aunque con esto solo no alcanza. 

El rendimiento individual de algunos, por no decir todos los futbolistas, es realmente preocupante. Godoy Cruz ha recibido 39 goles en 18 partidos y esto marca un promedio de más de dos goles recibidos por encuentro. Una verdadera locura. Números que son inviables.

Sin embargo, el mayor déficit recae en la línea media, desde el doble cinco al que le cuesta no solo crear, sino también recuperar, con una falta de velocidad y explosión notoria respecto a los rivales de turno, como aquellos que van por las bandas y se les torna imposible hilvanar en tres cuarto de cancha para proveer a un Morro Gacía o a Tomás Badaloni que, muy alejados de todos lo que pasa, les cuesta muchísimo encontrar espacios en lugares decisivos. ¡A Godoy Cruz le cuesta dar tres pases seguidos!

El equipo aun (ya van 18 partidos) no encuentra identidad, de ninguna clase: podría ser una formación que intentase hacerse del balón para jugar o de recuperar rápido y salir de contra. Se abren infinitas aristas y posibilidades. Pero Godoy Cruz no sabe a qué juega. Cuesta encasillarlo. 

La tabla de posiciones poco importa ya, los promedios comienzan a acechar inclusive para esta temporada y no para 2020-2021 como todos especulábamos. La Copa de la Superliga que se avecina también recauda puntos en la lucha por no descender y el Expreso está cada vez más sobre las cuerdas. 

Por ahora los refuerzos no refuerzan y los técnicos siguen sin hacer evolucionar definitivamente al equipo. La situación es crítica. La derrota parece cerca, o por knock out este mismo año o por puntos el año que viene. Ojalá aparezca un golpe demoledor de esos que el Tomba ha sabido dar para cambiar la historia. Las chances se achican y el nerviosismo es cada vez mayor. 

Archivado en