Independiente Rivadavia derrotó a Quilmes e ilusiona a sus hinchas
En el partido con el que abrió la 11º fecha del torneo de la B Nacional, la Lepra venció con justicia al equipo bonaerense por 2 a 1. Gómez y Tonelotto convirtieron para los locales.
No para de crecer. Independiente Rivadavia derrotó 2 a 1 a Quilmes y certificó esta condición de progreso consistente.
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Los primeros 45 minutos de juego fueron una imagen de surrealismo para el ferviente seguidor azul, que atesoró en sus retinas una demostración de juego atildado con caudales futbolísticos propios de esos tiempos de sobrada solvencia individual.
La definición de Martín Gómez para abrir la cuenta goleadora de la noche a los 19’, tras una asistencia de Buján, y las innumerables oportunidades gestadas en los pies de los enchufados volantes y desperdiciadas en la zona caliente fueron una muestra de superioridad azul.
La potencia, por momentos arrolladora de las huestes de la dupla Bolado - Carbini se esparció a lo largo de todo este periodo, y esa potencia arrolladora dejó sin efecto cualquier atino de emparde por parte de la visita.
El 1 a 0 final de esta etapa terminó siendo un resultado fallido en el momento de las síntesis de juego.
En la segunda mitad, el cervecero ejerció una ostensible levantada y atacó las escasas dudas que la Lepra tuvo a lo largo del cotejo. Pero apareció Osvaldo Barsottini para contener ese ímpetu adversario. El central ganó por arriba y por abajo con total firmeza, y su férrea demostración por defender la casa propia contagió a sus compañeros que mancaron el partido hasta el final.
El segundo gol de Independiente, a través de la puntería de Luis Tonelotto, que utilizó su mano para ayudar a bajar la pelota al piso y ejecutar al arquero, fue la máxima expresión de emoción para el nuevo mundo azul. El tanto tímido del descuento de Juan José Morales fue sólo eso.
Volvió a ganar y ahora de noche. El tiempo no se detiene para Independiente, que no para de crecer e ilusionar.
En la segunda mitad, el cervecero ejerció una ostensible levantada y atacó las escasas dudas que la Lepra tuvo a lo largo del cotejo. Pero apareció Osvaldo Barsottini para contener ese ímpetu adversario. El central ganó por arriba y por abajo con total firmeza, y su férrea demostración por defender la casa propia contagió a sus compañeros que mancaron el partido hasta el final.
El segundo gol de Independiente, a través de la puntería de Luis Tonelotto, que utilizó su mano para ayudar a bajar la pelota al piso y ejecutar al arquero, fue la máxima expresión de emoción para el nuevo mundo azul. El tanto tímido del descuento de Juan José Morales fue sólo eso.
Volvió a ganar y ahora de noche. El tiempo no se detiene para Independiente, que no para de crecer e ilusionar.