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Hipoteca divisible: una herramienta clave para que el crédito vuelva a tocar la puerta de los inquilinos

El Gobierno Nacional acaba de reglamentar la figura de la hipoteca divisible mediante la Resolución Conjunta 2/2025, en ejecución del DNU 1017/2024.

El crédito hipotecario sigue despertando fuerte interés en el último tiempo y la tendencia se consolida en 2025. Foto: Shutterstock
El crédito hipotecario sigue despertando fuerte interés en el último tiempo y la tendencia se consolida en 2025. Foto: Shutterstock

Un nuevo crédito hipotecario que llega en el momento justo

El Gobierno Nacional acaba de reglamentar la figura de la hipoteca divisible mediante la Resolución Conjunta 2/2025, en ejecución del DNU 1017/2024. Esta figura legal, poco difundida pero muy potente, permite que quien compra una vivienda en pozo pueda financiar solo su unidad, sin esperar la subdivisión o la escritura definitiva.

La novedad no es solo jurídica: llega en el momento exacto. Con inflación en baja, bancos líquidos y miles de inquilinos pagando alquileres indexados por IPC (índice de precios al consumidor), se abre una oportunidad histórica para que esa cuota mensual empiece a construir patrimonio propio.

¿Qué es una hipoteca divisible y cómo funciona?

La hipoteca divisible permite constituir un crédito hipotecario sobre un inmueble no subdividido (como un edificio en obra). A medida que avanza el proyecto y se determinan las unidades, la deuda total se divide y se asigna individualmente a cada comprador.

Es decir: no necesitás esperar la escritura ni confiar ciegamente en un fideicomiso. Con esta figura, accedés al crédito bancario desde el pozo, con respaldo registral y responsabilidad limitada a tu unidad.

Ventajas reales para quienes alquilan y buscan su casa propia

– Hoy los alquileres se actualizan por IPC (índice de precios al consumidor). Las hipotecas UVA también se ajustan por IPC. Pero una te endeuda y te deja sin nada, la otra construye tu casa.

– Las tasas bancarias para primera vivienda son competitivas: van del 4% al 8% anual, muy por debajo de los préstamos tradicionales.

– Comprar en pozo permite acceder a precios de preventa, muy inferiores a los de mercado una vez terminada la obra.

– El banco, a través de una hipoteca formal, ofrece mejores condiciones de financiación que los desarrolladores, que suelen exigir adelantos altos, sin garantías y en negro.

– Cada unidad tiene su hipoteca individual, inscripta en el Registro de la Propiedad. Esto significa transparencia, seguridad jurídica y protección frente a deudas ajenas.

Advertencias necesarias: no todo lo que se llama crédito es justo

Apoyamos esta herramienta porque creemos que puede ayudar a miles de familias. Pero el apoyo no implica mirar para otro lado. Estas son las advertencias clave que deben tener en cuenta los compradores:

– Hoy la figura está reglamentada, pero no hay una oferta concreta de los bancos en el mercado masivo.

– El trámite exige una ingeniería legal compleja: planos aprobados, escritura específica, certificaciones notariales, registración ágil. Todo eso cuesta y puede demorar el proceso.

– Si el proyecto inmobiliario se frena, el comprador puede quedar atrapado en un limbo jurídico: ni vivienda ni devolución, pero con una deuda activa.

– No hay una regulación nacional de los costos extra: los gastos de escribanía, certificación y registro pueden variar y ser usados para “licuar” el beneficio real del crédito.

Qué hace falta para que funcione: reglas claras y voluntad política

Para que esta figura no quede en letra muerta ni sea solo para desarrolladores con amigos en los bancos, el Estado y el sistema financiero tienen que ponerse a trabajar en serio:

Los bancos deben lanzar productos hipotecarios accesibles, claros y con requisitos razonables.

Los registros provinciales y los colegios de escribanos deben acompañar sin demoras ni costos ocultos.

El Estado tiene que controlar, informar y garantizar que esta herramienta esté al servicio del consumidor.

Esta puede ser la puerta que miles de familias necesitan para salir del alquiler eterno. Pero no alcanza con buenos decretos: hace falta voluntad, control y decisión política para que el crédito hipotecario no sea solo una promesa, sino una realidad concreta para quien trabaja, alquila y quiere su casa.

¿Querés acceder a una hipoteca divisible? ¿Estás por comprar una unidad en pozo? Pedí asesoramiento, exigí transparencia y no firmes nada sin respaldo legal. Porque el derecho a la vivienda también se construye con información y organización.