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El negocio del miedo: cómo operan los estudios de cobranza al margen de la ley

Sin juicio, sin expediente y sin firma válida, miles de personas reciben amenazas disfrazadas de notificaciones legales. Detrás de estas prácticas hay un negocio informal y violento que opera con impunidad en nombre de la cobranza.

Estas llamadas suelen ser muy molestas para los usuarios

Una joven trabajadora recibe un mensaje por WhatsApp con tono intimidante: “Se procederá al embargo de su sueldo y el de su padre”. No hay sentencia, ni número de expediente, ni resolución judicial. Solo un texto genérico, con membrete falso, remitido por un supuesto estudio jurídico que no se encuentra matriculado ni identificado legalmente.

Este no es un caso aislado. Es el modus operandi de un sistema paralelo de cobranza, disfrazado de legalidad, que funciona al margen del derecho y a plena luz del día. Bancos, financieras, fideicomisos y estudios de cobranza han convertido la presión psicológica en una herramienta rentable para cobrar deudas, muchas veces prescriptas, discutidas o directamente inexistentes.

El terror cotidiano que llega por WhatsApp

Los mecanismos son siempre los mismos: mensajes con amenazas de embargo, inclusión en el Veraz, “instancia judicial iniciada” o “notificación de sentencia”. Se mencionan montos millonarios y se insinúan acciones inmediatas. La víctima no sabe si es verdad o mentira, pero reacciona como se espera: con miedo. Muchas veces, paga.

En el caso que recibimos esta semana, la presunta deudora fue hostigada por mensajes donde se le informaba no sólo el embargo de sus haberes, sino también el de su padre jubilado, de 75 años, quien jamás firmó nada. El mensaje mencionaba su nombre completo y DNI. La mujer, en shock, nos escribió: “Si mi papá se entera, no me lo perdona más”. El impacto emocional ya estaba consumado.

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Cuando la deuda se cobra con violencia simbólica

La Ley 24.240 de Defensa del Consumidor protege expresamente a quienes enfrentan estas situaciones. Aunque una deuda exista, su cobro debe ajustarse a criterios de legalidad, veracidad y respeto. No puede ser que se despliegue una estructura de miedo para doblegar al consumidor.

Los principales abusos detectados incluyen:

  • Reclamos de deudas vencidas hace años o ya canceladas.
  • Mensajes sin información detallada sobre el origen, composición ni fecha de la deuda.
  • Comunicaciones dirigidas a empleadores, familiares o recursos humanos.
  • Cartas que simulan ser notificaciones judiciales.
  • Intimidaciones con plazos perentorios para pagar bajo amenaza de “embargo inmediato”.
  • Inserción del consumidor en situaciones vejatorias, con graves efectos emocionales.

Esto constituye una violación directa de los artículos 4°, 8 bis y concordantes de la Ley de Defensa del Consumidor, y también de los principios establecidos en el artículo 42 de la Constitución Nacional.

Tip legal clave: saber quién te acosa cambia todo

Hay dos tipos de cobradores, y diferenciarlos puede cambiar radicalmente la estrategia de defensa:

  • Si se trata de un estudio de cobranza sin respaldo legal, no hay obligación alguna de responder. Nadie está obligado a atender llamadas o mensajes por una deuda propia o ajena, y mucho menos a recibir presiones por canales informales.
  • Si el hostigamiento proviene de un estudio jurídico, se debe exigir la matrícula profesional del abogado interviniente. Con ese dato, es posible denunciarlo ante el Colegio correspondiente por uso indebido de su condición y violación al Código de Ética.

Y una aclaración necesaria: estos estudios no inician juicio porque no pueden. Las deudas suelen ser de monto muy bajo, están prescriptas o no cuentan con la documentación mínima para ser reclamadas en un tribunal. Por eso prefieren el camino del amedrentamiento. Porque saben que en la Justicia perderían.

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¿Cómo se puede defender el consumidor?

La primera regla es no pagar por miedo. El segundo paso es exigir que cesen las intimidaciones. Y si continúan, iniciar reclamos administrativos y judiciales. A continuación, compartimos un modelo de reclamo que puede ser utilizado por cualquier consumidor para responder formalmente ante este tipo de hostigamiento.

Modelo de reclamo por intimación extrajudicial abusiva

A la atención de: [indicar nombre de la empresa o estudio remitente]

Domicilio o Correo Electrónico o Whatsapp: [si se conoce]

Quien suscribe, [Nombre completo], titular del DNI N° [número], con domicilio en [dirección completa], localidad de [localidad], provincia de [provincia], teléfono de contacto [número], me presento por este medio a fin de manifestar lo siguiente:

He recibido una intimación por una presunta deuda sin que se brinde información clara y completa: fecha de origen, monto total, composición de intereses y entidad acreedora. Esta omisión configura una infracción a los artículos 4°, 8° bis y concordantes de la Ley 24.240, con sustento en el artículo 42 de la Constitución Nacional. Asimismo, informo que la presunta deuda podría encontrarse prescripta, conforme lo establece el artículo 2560 del Código Civil y Comercial, motivo por el cual no reconozco obligación de pago alguna.

Por tanto, rechazo la intimación recibida, cuestiono la legitimidad del reclamo, y exijo el cese inmediato de todo contacto, directo o indirecto, que implique presión, intimidación o contacto con terceros.

Adjunto copia de la comunicación recibida.

Solicito expresamente:

  1. La abstención total a nuevas intimaciones, conforme artículo 8 bis de la Ley 24.240.
  2. La indemnización por el daño directo ocasionado, conforme artículo 40 bis.
  3. La aplicación de las sanciones previstas en los artículos 47 inciso b) y 49 de la misma ley, por la gravedad de la infracción, el carácter reincidente del método, el daño ocasionado y su proyección sobre otros consumidores.

Me reservo el derecho de iniciar acciones judiciales por daños y perjuicios y formular denuncia ante el Colegio de Abogados y demás organismos competentes.

Sin otro particular, saludo atentamente.

Firma: [Nombre y apellido]

Fecha: [día/mes/año]