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No va en el living ni en la cocina: dónde conviene ubicar la lengua de suegra según el Feng Shui

Para el Feng Shui, la lengua de suegra funciona como un filtro del ambiente, pero su efecto depende del espacio donde se la ubique.


Hay plantas que se compran por estética y otras que llegan a casa con una historia encima. La lengua de suegra entra en ese segundo grupo. Es fácil de mantener, queda bien en casi cualquier rincón y, además, carga con una reputación particular: en la tradición china se la asocia con protección, orden energético y prosperidad.

El Feng Shui, que mira la casa como un mapa de circulación invisible, sostiene que no alcanza con tenerla. Hay que ubicarla bien para que “trabaje” a favor y no al revés.

La ubicación que recomienda la tradición china

En Feng Shui se repite una idea: la energía entra por la puerta principal. Por eso, el punto más recomendado para la Sansevieria es el ingreso del hogar. Cerca del umbral o en el recibidor, sin tapar el paso. La lógica es simple. La planta actúa como un “primer filtro” y acompaña la llegada del Chi hacia el interior. En términos simbólicos, funciona como una barrera que frena vibraciones densas antes de que se repartan por los ambientes.

También se la vincula con la noción de abundancia, como si el movimiento de entrada quedara “ordenado” y favoreciera un clima más estable en la casa.

El truco casero para hacer crecer la sansevieria

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Dónde conviene evitarla (y por qué)

Así como hay un lugar que la potencia, hay zonas donde la recomendación es no insistir. Una de ellas es la sala de estar. La explicación tradicional apunta a que su presencia puede intensificar demasiado el “elemento madera” en un espacio pensado para descanso y convivencia, y generar una sensación de saturación. Otro sitio poco aconsejable es el baño. No solo por la humedad, que puede debilitarla si el ambiente es muy cerrado, sino porque el Feng Shui lo asocia a la salida constante de energía.

La tercera zona que suele mencionarse es el escritorio u oficina: se cree que su carácter “fuerte” puede volver el ambiente más rígido y afectar foco creativo o concentración, en vez de ayudar.

Un plus real: lo que aporta al aire de tu casa

Más allá del plano simbólico, la lengua de suegra también ganó fama por algo muy concreto: su aporte al aire interior. En divulgación se la menciona como una de las especies que pueden colaborar con la reducción de ciertos compuestos presentes en ambientes cerrados, como formaldehído y benceno. También se destaca un rasgo poco común: libera oxígeno durante la noche, a diferencia de muchas plantas de interior. Esto no la convierte en un “purificador mágico”, pero sí explica por qué tanta gente la elige para departamentos, dormitorios ventilados o espacios donde se busca una sensación de frescura.

En el día a día, su atractivo es que no exige demasiado. Tolera olvidos, sobrevive con poca luz y se mantiene firme incluso cuando otras plantas se rinden. Ese carácter resistente también encaja con el significado que se le atribuye: firmeza, protección, constancia. Por eso suele ser un regalo típico para casas nuevas o mudanzas, como un guiño de buenos deseos sin caer en lo obvio.

Para que se vea bien y dure años, lo más importante es no excederse con el agua. Se riega recién cuando el sustrato está seco. Si queda empapada, sufre. También conviene usar una maceta con buen drenaje y evitar platos con agua acumulada. Soporta interiores con luz baja, aunque agradece claridad indirecta. Y un detalle clave en invierno: prefiere temperaturas por encima de los 10 °C. Con esos cuidados simples, la planta se mantiene saludable y, para quienes siguen el Feng Shui, conserva su rol de “guardiana” en el lugar indicado.